Por Eduardo Ceballos

Ingresamos a una nueva semana de mayo, y próximamente estaremos conmemorando un nuevo aniversario del nacimiento de nuestra Nación, con el ferviente deseo que sigamos siendo un pueblo que respeta su libertad y su soberanía, un pueblo argentino que sea capáz de defender a nuestra Patria contra invasores, que ya no son colonizadores, sino personas comunes, que con su accionar mutilan los ideales patrios y el sentido de argentinidad.
Todavía siento el murmullo de la gente. Opiniones que iban y venían por la ciudad. El Rey de España estaba debilitado, Napoleón avanzaba victorioso. Era el momento. Participaban todos: comerciantes, profesionales, religiosos. Una pequeña población pensante gestaba la idea de una patria nueva. Cornelio Saavedra comandaba las fuerzas y era la garantía. Había españoles y americanos, que querían el cambio.

Un pueblo nervioso, sin entender bien la situación, se preguntaba expectante que estaba sucediendo.
Luego de agotadoras jornadas, se concretó la revolución, aquel glorioso 25 de mayo de 1.810. Se terminaba para siempre el poder del Virrey y se empezaba a escribir en un libro de páginas blancas la historia de esta nueva esperanza.
Ese entusiasmo se fue reglamentando, dividiéndose la tarea entre los hombres valerosos, para juntos trabajar por el éxito de la Argentina naciente.
La noticia anduvo al galope por toda la geografía, sumando voluntades por la causa. Las poblaciones se abrazaban, porque percibían lo glorioso del momento.

Esos hombres primeros le pusieron capacidad y calidad; astucia y coraje; renunciando a todo, ya que la patria lo pedía y minuto a minuto la fueron construyendo.
El amor por esta noble lucha, hizo que se olvidaran de sí mismos, aunque algunos cometían errores, porque es parte de lo humano, lo cierto es que los caminos se fueron abriendo y las provincias acercaron sus distancias para estar en el ruedo.
Más de doscientos años han pasado patria y por el piso de tu historia han caminado los criollos abuelos con sus caballos y sus lanzas. Era una pasión que les venía de la sangre. La nobleza de la raza, se hacía fuerte en todo el mapa.

Tiempos de valor, de generosa entrega, lo que brindaron esos próceres verdaderos, que con inteligencia y con hierros, fueron doblegando al enemigo de afuera.
Han pasado los años, se fueron las carretas, las galeras y los caminos polvorientos que no los transitaba cualquiera.
Ahora están asfaltadas las rutas de mi tierra y los motores rugen con el progreso a cuestas. La fragancia del presente, moderna, bien vestida, se olvida con frecuencia del esfuerzo de la primera época.
Como cambian los tiempos: ayer todo austeridad y sacrificio; hoy comodidad y resultado.
La patria de hoy es una teoría para las escuelas, el adulto tiene su patria en la moneda.

La Patria es una oportunidad geográfica, aplicado a casi todos los quehaceres sociales, que permite manejar recursos. El poder es apetecible, porque la conciencia es una sombra, se ha hecho personal y pasa por el bolsillo.
Es menester trabajar para volver por la vieja senda, respetando la historia, la soberanía cultural, y la constitución que es la norma. Es necesario pensar medidas, que refundan la idea de Patria, de buscar de todos los tiempos, esos modelos históricos que devuelvan la identidad.
Los niños, los jóvenes deben recibir lecciones magistrales, que enriquezcan la realidad del momento. Como comprender al General Manuel Belgrano, o al General José de San Martín o a nuestro Héroe Gaucho el General Martín Miguel de Güemes, por ejemplo, y ver la corrupción que es pública y se difunde por los medios. Como leer Sarmiento, José Hernández, Juan Bautista Alberdi y ver en la actualidad esa producción televisiva, que apunta hacia otros fines.
Las conmemoraciones no deben servir solo para recordar la historia, sino para producir los cambios que el país implora, que nos lleven de vuelta a los senderos de gloria que narra nuestra historia.

Viva la Patria! Gracias Eduardo por tu texto, no une a todos este hermoso sentir que es camino y destino de la argentinidad
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Gracias Claudia por acompañarnos desde la lectura de nuestra revista!
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