Rabelais,el humanista

Por Olivier Pascalin


Este escritor, enamorado de la farsa y el humanismo, es un gran original. Contemporáneo de François I testigo del Renacimiento, es uno de los que hizo dar un gran paso a la lengua francesa.

El padre de los gigantes, que consideraba el francés como una lengua plural, participó en efecto en la formalización del uso de muchas palabras griegas, latinas, árabes o italianas (dominaba todas estas lenguas).

Esto se evidencia, por ejemplo, en la primera aparición en francés del término “enciclopedia” en la primera edición de Pantagruel, una palabra que hasta entonces solo se había utilizado en latín (o griego).

En 1527 comienza un nuevo capítulo en la vida de Rabelais, deja el hábito y la vida monástica sin autorización (lo que lo convertirá en un apóstata).

Viajó por toda Francia (Burdeos, Toulouse, Orleans, París) antes de matricularse en 1530 en la Facultad de Medicina de Montpellier. Finalmente, dos años más tarde, fue nombrado médico del Hôtel-Dieu de Lyon donde nació el autor de esa reseña.

Estos años de estudio le habrán hecho descubrir autores y obras que nunca le abandonarán (Hipócrates, Galeno, Tomás Moro, Platón, Séneca, Luciano o incluso… el todavía desconocido autor polaco Nicolás Copérnico).

Fue un período fructífero que le permitió ampliar su círculo de relaciones (Étienne Dolet, Mellin de Saint-Gelais, etc.) e iniciar una correspondencia con su mentor Érasme.

El mismo año, publicó su primer trabajo, Pantagruel (o Los horribles y espantosos hechos y proezas del famosísimo Pantagruel Rey de los Dipsodes).

La condena de la obra por parte de la Sorbona, en 1533 (la obra está salpicada de duras críticas contra la universidad y su enseñanza, designándolas Rabelais con los sobrenombres de «sorbonagres» y «sorbonicoles») siendo la obra un verdadero éxito, marca el comienzo de una nueva era para Rabelais.

Su condición de narrador adquiere una nueva dimensión con esta obra «gigantesca», su pluma es afinada y sus declaraciones, en particular a través del arte de la sátira, son más asertivas.

En 1535 realizó un segundo viaje a Roma donde el Papa Pablo III consiguió que se le liberara debidamente de sus votos monásticos.

El tercer período de la vida de François Rabelais está marcado por su influencia en la corte de los reyes de Francia, François I, luego Henri II. En 1543, mientras la Sorbona volvía a condenar a Pantagruel y Gargantua, Rabelais fue nombrado «maestro de las peticiones del rey» por François I.

También es gracias a François I que logró que se publicara el Libro Tercero con su nombre real (o Libro Tercero de Hechos y Dichos Heroicos del Noble Pantagruel: compuesto por el Sr. François Rabelais, Doctor en Medicina, y Calloier des Îles d ‘Hyères) en 1546, mientras que la Sorbona continuaba condenando las obras del autor, al mismo tiempo que obtenía el privilegio de imprimir libremente sus libros durante diez años.

François Rabelais fue un hombre de transición: heredero del arte de la farsa y de las ideas espirituales de la Edad Media, se consagró sin embargo como un feroz humanista, apasionado de la medicina y de los autores griegos, así como militante del retorno a la naturaleza.

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