Recordando la Batalla de Salta

Por Argentina Mónico

Se cumple un nuevo aniversario de la Batalla de Salta y los salteños celebramos este hecho histórico, que nos permitió alcanzar nuestra independencia. Fue además la primera vez que el Ejército del Norte, al mando del Manuel Belgrano, enarboló nuestra insignia nacional: la bandera argentina. 

Esta batalla se desarrolló un 20 de febrero de 1813, en los campos de Castañares, donde las tropas españolas a cargo del brigadier Juan Pío Tristán, fueron vencidas por el Ejército del Norte, al mando de los Generales Manuel Belgrano y Eustoquio Díaz Vélez.

El capitán salteño Apolinario Saravia guió al Ejército del Norte para atravesar la ciudad, sorteando los lugares donde se habían ubicado los realistas, establecidos en el Portezuelo, para imposibilitar el ataque y así bloquear el acceso a la ciudad.

En la mañana del 20 de febrero comenzó el enfrentamiento, Belgrano envió tropas a cargo de Manuel Dorrego, logrando romper la línea enemiga y los realistas al verse acorralados en la Plaza Mayor, decidieron rendirese al son de las campanas de la Iglesia de La Merced.

El General Manuel Belgrano acordó que el ejército vencido entregara sus armas, banderas e instrumentos, y juraran no volver a luchar contra la nueva patria naciente, a cambio, se les perdonaría la vida y una retirada en paz.

Si bien esta decisión de Belgrano se entendió como una actitud enaltecida de su espíritu, también recibió críticas -incluso hasta hoy- por la liberación de las tropas españolas.

Siempre se divierten los que están lejos de las balas, y no ven la sangre de sus hermanos, ni oyen los clamores de los infelices heridos; también son esos los más a propósito para criticar las determinaciones de los jefes: por fortuna, dan conmigo que me río de todo, y que hago lo que me dictan la razón, la justicia, y la prudencia, y no busco glorias sino la unión de los americanos y la prosperidad de la Patria”.

Carta de Belgrano a Feliciano Chiclana

La Bandera Argentina había sido jurada por las tropas de Belgrano en el Río Pasaje el 13 de febrero de 1813, una semana antes del combate.

Yo no puedo manifestar a V. E. cuánto ha sido el regocijo de las tropas y demás individuos que siguen este ejército: una recíproca felicitación de todos por considerarse ya revestidos con el carácter de hombres libres, y las más ardientes y reiteradas protestas de morir antes de volver a ser esclavos, han sido las expresiones comunes con que han celebrado tan feliz nueva y que deben afianzar las esperanzas de cimentar, muy en breve, el gran edificio de nuestra libertad civil.

Manuel Belgrano

Hechos históricos como la Batalla de Salta, merecen ser recordados, porque permitieron que nuestra Patria sea libre y soberana.

Nuestro amigo y poeta José Cantero Verni, nos regala un romance alusivo a la fecha.

También el escritor de Rosario de la Frontera, Carlos Maita nos deleita con su romance:

ROMANCE DE BELGRANO EN EL NORTE DE LA PATRIA

Carlos Jesús Maita, 2012

(Publicado en el libro «Bicentenario de la Batalla de Salta», Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina, 2013)

I

A la sombra de un gran árbol,
el árbol de la memoria, 
voy cantar mi romance
como quien canta una copla.
Romance de tropa altiva
labrando a sable la historia,
Romance con cien cañones
y banderas de victoria.

Romance del Norte antiguo
de la Patria, el escenario 
de la epopeya argentina
en los tiempos de Belgrano.
Romance de unas hazañas
que cumplen bicentenario.
Como un río van mis versos,
con fuego y sangre, cantando.

II

En el siglo diecinueve
cuando mandaba el rey godo,
la Patria buscó librarse
de sus tiranos cerrojos 
y convocando a sus hombres
mano a mano, codo a codo,
fue a pelearle a la corona
al Norte del territorio.

Tras la derrota de Huaqui 
-al mando de Pueyrredón-
llegó don Manuel Joaquín
-Jesús en el Corazón-
a combatir palmo a palmo
por liberar la nación.
Romance del gran coraje,
de un hombre que fue un león.

En Yatasto, en Las Fronteras,
se hizo cargo de las tropas,
llevaba consigo un paño
pura luz como una antorcha
y blandió su mano el sable,
cabalgó, fue grito y pólvora,
abogado y estratega
de memorables victorias. 

III

En éxodo a Tucumán
de Jujuy bajó Belgrano
con el cielo por bandera,
sus hombres y sus caballos
y a retaguardia venían
persiguiéndolos, osados,
las banderas de oro y sangre:
Pío Tristán y sus soldados.

Al arribar a Río Piedras
Belgrano plantó bandera
y al irrumpir Pío Tristán
el río fue un rumor de guerra,
los patriotas lo enfrentaron
filo y bala a cancha abierta.
Se tiñó de gloria el río
en la histórica Frontera.

Fue en el río de Las Piedras
que se libró aquel combate,
fue en mil ochocientos doce,
3 de septiembre, a la tarde.
El ejército patriota
de Belgrano, fuego y sable,
derrotó a los realistas
de Pío Tristán, barro y sangre.

Y la hazaña resonó
monte adentro, en esa fronda
del tiempo, canto inmortal
de un ave entre las estrofas
del Himno donde el laurel
corona a la Patria toda.
Romance del río Las Piedras
que está sonando en la historia.

Camino de Tucumán
siguió Belgrano su estrella,
atravesó el río Rosario,
Rosario de la Frontera,
donde las aguas termales
humean entre las piedras.
Los cristales de las aguas
reflejaron la bandera.
Belgrano con sus soldados,
sus cañones, sus carretas…

Y atrás de nuevo Tristán
siguiendo terco su huella.
En Tucumán la batalla
de Belgrano fue sangrienta…
¡Veinticuatro de septiembre:
triunfó en campo Las Carreras!

Desde el verde Tucumán
Tristán baja derrotado
y es vencido nuevamente
en las tierras del Rosario,
en Arenal y en el río
los soldados y los gauchos
de La Madrid y Díaz Velez
son cuchillos, tiros, lazos…

Y al cruzar el río Pasaje
prometieron lealtad 
a la bandera que al cielo
Belgrano supo copiar.
(Esta historia tiene al agua
como la sed, a la par).
Y siguieron, Norte arriba,
en pos de la libertad.

Así, peleando y venciendo,
llegó hasta Salta Belgrano.
En Salta estaban los godos,
feroces y atrincherados
pero el héroe los burló
por camino de baqueanos,
entró una noche de lluvia
por Chachapoyas al llano.

En la Batalla de Salta
el victorioso destino
vio pelear junto a Belgrano
a un tal Sargento Sanguino,
valiente de La Frontera,
noble gaucho rosarino.
Aquel veinte de febrero
del trece, no tiene olvido.

Los realistas se rindieron
y en el campo de difuntos
los muertos de los dos bandos
fueron sepultados juntos.
Y Belgrano con Tristán
se abrazaron. Fue un minuto
de una enseñanza ejemplar
para los hombres mundo.

IV

Ningún romance se alumbra
por Cristo, con tanta luz,
como este de aquel Manuel
del  Corazón de Jesús.
Romance del Norte patrio
que tuvo su gran virtud
en la noble valentía
de su gente, en su actitud.

Romance, simple romance,
romance del Norte antiguo,
cuyos versos van trenzados 
con tientos de sacrificios
de heroicos hombres que fueron
comprometidos vecinos.
Romance, ejemplar romance,
del bravo Norte Argentino.

Fuentes:

Publicado por Juana Manuela

Empresa destinada a la publicación de textos de difernetes géneros literarios, como así también a la difusión de nuestra cultura latinoamericana.

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