Por Hilda Palermo

El Perú también cuenta con una réplica de La Pieta que, por su perfección, fue examinada por una comisión especial del Vaticano, para hacer la restauración de la original de Miguel Ángel, que fuera atacada el 21 de mayo de 1972 por un visitante húngaro.
¿Cómo es que una réplica de esta magnífica obra de arte universal se encuentra en la ciudad de Lampa, departamento de Puno, en lo alto de los Andes, a 3900 metros sobre el nivel del mar, en la frontera con Bolivia?

Nadie conoce los motivos que expuso el señor Enrique Torres Belón, por entonces senador de la República, para convencer al Papa Juan XXIII, en 1960, de enviar una réplica de La Pieta a su pueblo natal, Lampa. El Pontífice era conocido por ser renuente a enviar réplicas de las obras de arte del Vaticano, sin embargo, aparecieron dos réplicas de La Pieta, en el Perú, enviadas por el Vaticano para que, según comentaron, para adornar la cripta de los vecinos notables de la ciudad.
Investigando en los archivos vaticanos, se encontró un documento que se refiere al envío al Perú de una réplica de la escultura, especificando que es para la ciudad de Lampa, Puno en la cordillera de los Andes.

Es así como llega a la ciudad de Lima, una réplica, en yeso, de esta monumental obra de arte, con destino a la ciudad puneña, pero se dieron con la sorpresa que era muy pesada para colocarla sobre el domo de la cripta, por lo que optaron por hacer otra réplica, en aluminio, menos pesada, que es la que se encuentra actualmente en la capilla de la Iglesia de Santiago Apóstol, en Puno.

La particularidad de esta réplica de aluminio es su color negro, autorizada por el Papa con la condición que destruyeran la de yeso, pero eso no se hizo, se conservan las dos, la de yeso está en un salón de la municipalidad local.
Pero lo más curioso es que la comitiva de expertos enviada por el Papa para la restauración de la obra original no examinó la copia de aluminio sino la copia en yeso que el Pontífice había ordenado se destruyera.
Así una tarde de 1972, apareció una comitiva enviada por el Papa Paulo VI, después de haber viajado casi 10500 km para observar y tomar medidas de esta réplica y así restaurar la original.
Esta es la historia de La PIeta en el Perú…
