Un joven escritor abre su universo de sensibilidad y reflexión

Por Emilia Baigorria

Pablo López, joven escritor nacido en Salta (1998) nos acerca un universo de sentimientos y sensaciones dedicadas a esos seres caracterizados por la nobleza y fidelidad del mundo animal. Vida de Perro es el título de esta Antología de cuentos en la cual reúne una serie de historias que se convierten en metáforas de la vida cotidiana.

Ya el Prólogo anticipa la búsqueda de reflexión y hasta una mirada profunda hacia el mundo de ese compañero incondicional, el perro.

La Antología consta de nueve cuentos, son ellos:

Perro guía, Vida de perro (que da título al libro), La tía Casandra, Salvar vidas, La Injusticia, El reencuentro, Un universo de perros y La rabia.

Desde una simple apreciación a esos nombres podemos advertir que comprende el amplio mundo de la relación de las personas con sus guardianes y compañeros.

Es innegable el amor desplegado en cada una de estas historias donde la narrativa ágil del autor atrapa al lector.

Desde cada lugar de la Antología surge una sensibilidad suprema hacia estos seres maravillosos.

Los personajes de los cuentos como Amaia, Jorge, Ricardo, los Sánchez Ávalos, Casandra, Roberto Mariana y otros son síntesis de cantidad innumerable de personas. El autor caracteriza en ellos la variedad de particularidades de los “dueños” de los perros. De la misma manera muestra la amplia gama de situaciones que se presentan en esa relación, como la adopción, la rabia, los paseos, la tristeza, el maltrato, la injusticia, el envenenamiento. Los cuentos hacen un tránsito novedoso que parte del relato de historias desde un observador testigo que cuenta en tercera persona:

Cuando Pipo volvió a buscar “el postre” es decir el mejor pedazo del asado se dio con que no estaba en la parrilla (p. 50).

A veces es el mismo perro el que tiene la voz y cuenta en primera persona su vida en familia en la calle:

La vida callejera nos dio el primer gran golpe cuando perdimos a mamá. Y me duele más aún saber que en parte fue mi culpa. Un día había encontrado carne tirada en un parque, era tan especial la ocasión que le insistí a mamá para que comiera ella. Después de convencerla entre todos accedió. Y ese fue su fin. Algún ser despreciable le había puesto trozos de vidrio a la carne. Mamá murió sufriendo (p. 26).

También nos acerca el autor una escena de la sociedad frecuente y muy actual, lógicamente tamizada con un matiz de teatralización.

La violencia empezaba a aparecer en las grandes ciudades, los perros salían a manifestarse. Querían arriesgarse y vivir, no querían quedarse eternamente en casa. No era una cuestión egoísta decían, tenían que comer y si no abrían sus locales no tenían dinero para alimentar a sus familias. La sociedad se dividió en dos, por un lado estaban los que se quedaban en casa, atemorizados con justa razón por la rabia y por otro lado estaban los que se quedaban en casa, atemorizados con justa razón por la rabia y por otro lado estaban los que estaban aterrados pero por el hambre (p. 109).

Es innegable el amor, el compromiso y la sensibilidad del autor por este tema al que lanza como un desafío que induce a la reflexión. Desde esa perspectiva la Antología tiene un perfil didáctico y merece todos los aplausos.

¡Quién no cuenta en su vida con heridas por estos seres de cuatro patas que un día partieron! Para ellos y para los que habitan en las calles el anhelo que el cielo los cobije.

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Publicado por Juana Manuela

Empresa destinada a la publicación de textos de difernetes géneros literarios, como así también a la difusión de nuestra cultura latinoamericana.

Un comentario en “Un joven escritor abre su universo de sensibilidad y reflexión

  1. Magnífica nota!!! Nos deja inmersos y queriendo más de esta intrigante antología recreando la maravillosa compañía de estos hermosos seres de cuatro patas.

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