Por Silvana Irigoyen

La primera biblioteca popular de Sudamérica nació en San Juan en 1866: La Biblioteca Popular Franklin. Su impulsor fue Domingo Faustino Sarmiento y el nombre fue elegido en homenaje al estadounidense Benjamín Franklin quien, en 1727 en la ciudad de Filadelfia, creó los Clubes de Lectores que dieron origen al desarrollo de bibliotecas en las aldeas y ciudades.
«No es casual porque Domingo Faustino Sarmiento era sanjuanino y además de promover la educación pública, pensó estos espacios para democratizar los libros. Acceso a educación, con escuelas y bibliotecas para todos», señala el titular de la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip)
Leandro de Sagastizabal. Presidente Conabip
La Conabip aglutina a más de 2000 bibliotecas populares en todo el país. Nacieron «inspiradas por las ideas de Sarmiento», uno de los grandes impulsores de la educación pública en Argentina, pero fueron acompañadas después por una sociedad con una gran tradición cooperativa.
«Las bibliotecas son asociaciones civiles creadas por los vecinos, no por el Estado, no son estadodependientes. Eso es lo identitario que las hace distintas a las de otros países, el 95% es voluntariado».
De Sagastizábal

La biblioteca tiene que ver con la pluralidad. Es un espacio muy democrático, de resistencia. Hay un concepto que las define: es el de ‘la patria de las bibliotecas’. Y en cada biblioteca hay un pedacito de esa patria.
La estrecha relación con los vecinos es la clave de estos espacios populares.

«En los barrios hay personas que no tienen biblioteca en su casa, que no tienen libros, y es fundamental que pueda haber estos espacios. Con la lectura se amplía la capacidad de reflexión y de expresión, y tiene un impacto directo en la calidad de vida de las personas».
Estos círculos de lectura iniciáticos se convirtieron en espacios sociales fundamentales en las dinámicas comunitarias. En ellas hay mates, talleres, capacitaciones, meriendas, una puerta que tocar ante cualquier problemática. También hay libros, hay escuchas, hay amigos y hay lectores que escriben la historia colectiva de cada comunidad.
