Por Gustavo Rubens Agüero

Enfermo sin vos
Qué hago aquí la misma calle sin no estás. Camino la huella sin sombra. Sin nadie adentro, vacía la noche. Un hueco -un grito- .
Absurda manera de estar con el amanecer de ojos sin nadie.
Resolana tristeza el abrazo que nunca llega al momento sagaz, tu canción me destruye, en la inusitada dársena de las Tres Palmeras.
Allí: en la periferia de los humildes las acequias de La Ciénaga lavan las culpas de los mercaderes del poder, en medio de una resolana de espuma, el agua nos ahoga y no la beberemos en una lluvia de sal dentro del alma.
Escribe mi sangre enferma despertar en una botella sin vos.
Qué hago aquí con gente que nunca volveré a ver, el humo sus respiraciones habituales.
La candela nostalgia, mis rincones. Dolida fiebre a cada momento.
Mis ademanes de payaso que escupe alcohol en la tumbera de mis desvaríos a la salida de la bailanta.
Nadie más que despertar mi corbata suicida en mi cuello abandonado de tus malas palabras a la hora de cenar, ardiendo el brasero de una sopa pavesa en tugurios que nadie sabe.
Abrazos de trapos, arpegios salidos mi oído triste.
Aplaudir cuando uno cae antes de llegar a las escaleras de la sombra maltrecha.
Imaginar que estás en este vaso de whisky. Arrimada al bar de copeo de los corazones mal queridos.
Allí susurro aventando vidrios molidos cada vez que se oyen penurias en la casa de mis hermanos olvidados.
La música es un viento que se va al otro lado de las vías del tren que ya se ha ido en el negro aceite de su quimérico viaje.
Volcada mi vida en una esquina. Qué hago aquí: tramoya de ciegos.
A maquillarse los rostros cada día que fuimos. Qué hago aquí, roto de mi mismo. El hospital de Pinocho ya no existe en este mundo.
Muero en este vaso de whisky, no se vivir sin vos.
Abajo….muy de tierra derramado sigo. Enfermo….en la fatiga de dejarme ir.
G. Rubens Agüero (Agosto, 16 de 2020)