La Encandiladora, una obra de José Cantero Verni

Por Emilia Baigorria

La Encandiladora II es un romance épico lírico de autoría del poeta salteño José Cantero Verni.

Los romances son poemas épicos o épico líricos, compuestos originariamente para ser cantados o recitados al son de un instrumento. Es una de las características de este romance desde el cual la musicalidad se desprende desde sus versos. Tiene la particularidad también de reunir tres géneros literarios: lírico, narrativo, dramático.

Por ejemplo momentos de lirismoexquisito:

La coplera es una estrella
que copleando viene y va,
con ese encanto secreto
de saber encandilar.

Roza el género dramático  cuando revela una puesta en acción en escenarios que en este caso son reales y están nombrados: lugares abiertos y campos extensos de las ciudades de Salta y Tarija, como Bermejo, El Huancar, San Lorenzo, Iruya, Tomayapo, Canasmoro. También  la ciudad de Salta y sus calles.

El género narrativo está presente en la épica, en el relato de las hazañas con las que sueñan las tropas y el despliegue de su accionar.

El Romance recorre el camino de la memoria mediante la reedición de una composición de la Edad Media, S. XV y albores del Renacimiento, S. XVI; es decir que trae al presente un texto que está en el filo entre los Romances Viejos  y los Romances Nuevos.

De los Romances Viejos tiene además de la manera de comunicar, el tema: una historia a la que el poeta convierte en épica, es el cortejo a una bella dama de Iruya favorecida con un don especial y único que es el de encandilar con su mirada.

Queremos a esa coplera
pa´ que cante en nuestras tierras,
ella vendrá con nosotros
por las malas o las buenas.

De los Romances Viejos tiene también la presencia del cantor.

La Encandiladora II tiene en su desarrollo la virtud de reunir el oficio del juglar, también del trovador. El poeta trae al presente el oficio que anoticiaba a los pueblos de los acontecimientos del lugar; así a modo de la juglaría se anoticia de la existencia de una dama que encandila con sus ojos y su canto. El romance resalta el estilo trovadoresco mediante la construcción poética con estrofas de cuatro versos y métrica octosílaba.

De los Romances Viejos La Encandiladora tiene también la oralidad o versos para ser contados y cantados. También el carácter colectivo ya que participa la comunidad.

De los Romances Nuevos tiene la presencia de un autor conocido, desapareciendo el anonimato; artístico, porque se utilizan recursos como imágenes y repeticiones.

La Encandiladora II es un romance que crea un mundo de ficción y se destaca por la sencillez de su propuesta tanto temática como en la descripción de situaciones.  La dama protagonista provocó  la formación de ejércitos buscando cada uno adueñarse de su donaire.

José Cantero Verni ha diseñado desde la palabra una serie de audacias de los integrantes de las milicias bordeando pinceladas picarescas.

El romance no busca heroicidad sino un anhelo colectivo de descubrir y adueñarse de ese misterio que porta La Encandiladora hasta el punto de enceguecer.

El poeta ha creado con maestría superlativa lo que llamo “impertinencia temática” o lo increíble de la historia elegida apelando a despropósitos, desatinos y torpezas como declarar la guerra para conquistar a La Encandiladora buscando la risa del lector cuando constate lo inverosímil de la historia.

Una mención especial para el tratamiento del eje central de este Romance: la mujer. Una mujer a la que se la ubica en un lugar elevado acercándole elogios. A esta altura, el personaje femenino protagonista tiene nombre y apellido, Rosita Herrera, de ella se trata.

Conocedor de su oficio en la palabra, José Cantero Verni describe como en secuencia cinematográfica el desarrollo del encuentro bélico y con ritmo vertiginoso presenta un desfile inagotable de  personajes de la política y de las coplas; así también la llegada de los ejércitos de copleros se anuncia con el paso amenazante de sus corceles.

Un tema fundamental que se convierte en eje es el canto unido al sonido de las cajas que pueblan hasta el aire, así Rosita Herrera encandila con sus ojos pero también con su canto el que destella un extraño misterio y subyuga hasta el límite que se han lanzado los copleros en lanzas. 

La Encandiladora al paso
a todos encandiló,
de su encanto y su carisma
ninguno creo se salvó.

Hemos recorrido una propuesta por las calles de la Historia y los campos de la Intrahistoria. Por allí han pasado los nombres propios y los pueblos profundos.

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