Guerrera indomable

Juana Azurduy de Padilla

Por Anita Gutiérrez

La figura de Doña Juana Azurduy de Padilla, nos remite a los inicios de la lucha por la Independencia, al gran sacrificio que hicieron los pueblos del norte del Virreinato del Río de la Plata en Sudamérica y que, a inicios del año 2000 se rescata su historia casi del olvido por lo cual destacamos que es muy importante salvaguardar su memoria, como la de muchos próceres que se involucraron convencidos del surgimiento de una Patria Libre Soberana e Independiente, de cualquier dominio imperialista y que se vislumbraba en un movido y tumultuoso surgimiento de los nuevos estados Sudamericanos.

Finalizaba el siglo XVIII en América se estaba gestando con esperanza de libertad el fin de la brutalidad y sometimiento durante el período colonizador que cegó miles de vidas y la destrucción sistemática de sus naciones originarias.

El antecedente más destacado de la lucha fue la gran revolución andina iniciada por el cacique Túpac Amaru y su compañera Micaela Bastidas que marcó el inicio de un nuevo tiempo de rebelión y de la lucha por el amor a su terruño, el resurgir de su sangre con ansias de libertad, de justicia y terminar con las desigualdades sociales de la colonial, el oprobio y la esclavitud.

Recordemos que la situación de explotación de las minas en Sudamérica habían apagado miles de vidas de hombres mujeres y niños originarios como también los esclavos africanos, obligados a trabajar hasta la muerte, para llenar las arcas españolas y solventar las mezquinas Guerras de poder en Europa.

Diversos factores desencadenaron el surgimiento de un pensamiento independentista en América, impulsado por la llegada de las ideas del iluminismo y la necesidad del surgimiento de un nuevo tipo de gobierno de los criollos lejos del Absolutismo Monárquico.

Alejados de Buenos Aires el interior dejo, marcado a fuego el heroísmo de su gente, con ejércitos formados en su mayoría por gente con escasa formación militar, que tuvo muchas veces salir a pelear con lo poco que tenía, para defender su familia y la tierra donde había nacido. Destacamos la humildad de sus grandes caudillos, de sus aguerridos combatientes y sus mártires en una guerra desigual. Por mucho tiempo una historia que cruelmente quiere ser silenciada, en las nuevas generaciones, transformadas en solo un hecho anecdótico para actos escolares y no comprendido cabalmente.

Rescatar del olvido el sacrificio de estos próceres fundantes de los pueblos Sudamericanos es muy relevante para la formación de nuestros estudiantes con una mirada crítica y atenta a reconocer los principios y valores que hacen a una nación soberna. También debemos destacar el papel de la mujer en su compromiso por la Independencia de las Naciones de América, colaborando a la par del hombre de diferentes maneras sin medir esfuerzo y sacrificio.

Como figura notable destacamos a doña Juana Azurduy de Padilla, una mujer que jugo un gran papel, junto a su esposo y luego al enviudar, un liderazgo de arrojo y entrega por la Emancipación de la Patria Grande, así lo veía ella para toda su nación.

Breve Biografía

Juana Azurduy nació el 12 de julio de 1780 en Toroca, una población ubicada en el norte de Potosí perteneciente al Virreinato del Río de la Plata (actualmente Bolivia).

Hija de Juliana Llanos, una “chola” o mestiza proveniente de Chuquisaca, y de Isidro Azurduy, un hacendado de raza blanca de buena posición económica y tierras en la región, Juana aprendió el oficio de las tareas de campo por acompañar a su padre mientras trabajaba, y de esta forma entró en contacto con los pobladores originarios de su tierra, aprendiendo así el idioma quichua y el aymara. Sin embargo, quedó huérfana siendo muy joven y debió completar su crianza entre sus tíos y el convento.

En 1800, se casó con Manuel Asencio Padilla, un estudiante de derecho que era hijo de unos vecinos y amigo de la familia. Tuvieron cinco hijos: Manuel, Mariano, Juliana, Mercedes y Luisa.

En 1809, luego de que estallara la revolución independentista de Chuquisaca, un 25 de mayo, tanto Juana como su esposo se unieron a los ejércitos populares y ayudaron a destituir al gobernador y a formar una junta de gobierno que duraría hasta 1810, cuando las tropas realistas vencieron a los revolucionarios.

A partir de ese entonces, a través de una organización conocida como «Los Leales», el matrimonio combatió contra imperio español destacándose especialmente Juana por su valentía y su capacidad de mando, hecho que le valió el nombramiento de Teniente Coronel, en el verano de 1816, y la entrega simbólica de un sable del Gral. Manuel Belgrano por las tropas enviadas desde Buenos Aires con objetivo de liberar el Alto Perú. Aun costo alto ya que en estos cruentos combates y persecuciones mueren cuatro hijos.

Ese mismo año, ya embarazada de su quinto hija, Juana sufrió una herida en la batalla de la Laguna, y al intentar rescatarla, Manuel Asencio Padilla muere en combate (Noviembre de 1816). 

Fue degollado y su cuerpo colgado por los realistas. Doña Juana luego de dar a luz sepulto los restos de su esposo y con un pequeño grupo de Leales en una escaramuza rescato la cabeza de su esposo para darle el debido descanso eterno.

Después ocultándose se trasladó y se unió a la guerrilla de Martín Miguel de Güemes, que operaba en el norte del Alto Perú defendiendo en seis ocasiones las invasiones realistas, hasta la muerte del Héroe Gaucho. Pierde su protección y ella nuevamente se oculta y permanece sobreviviendo como puede en el Chaco salteño hasta 1825 consigue un magro subsidio del Gobernador Don Antonio Alvares de Arenales, este dinero que le permite regresar a su tierra y reencontrarse con Luisa, que estaba bajo el cuidado de su hermana, la única hija que le sobrevivió de la Guerra.

Muerte y reivindicación 
Años después, tras caer el último reducto realista del ex virreinato del Río de la Plata en el Alto Perú, el 1 de abril de 1825, Simón Bolívar la ascendió a coronel y le otorgó una pensión que recibió durante cinco años. Luego de la proclamación de la independencia de Bolivia, la Coronela intentó recuperar sus tierras, sin lograrlo, y murió en la miseria el 25 de mayo de 1862, a los 81 años en la Ciudad de Sucre Bolivia. Fue enterrada en una fosa común.

Cien años más tarde, sus restos fueron exhumados y trasladados a un mausoleo construido en la ciudad de Sucre, Bolivia, y en 2009 fue ascendida a Generala del Ejército argentino y mariscal de la república boliviana.

Finalmente el reconocimiento póstumo de esta enorme mujer revolucionaria, se llevó a cabo oficialmente a partir del año 2009 con mayor importancia tanto en Argentina como en Bolivia lugar donde nació y marco a fuego su destino nacionalista.

Cabe recordar que también aparecieron distintas publicaciones de libros y otros textos impresos como digitales, de carácter educativo que bien puede ser usado en la enseñanza escolar y que poca importancia se le está dando en desmedro del aprendizaje de los estudiantes, es muy urgente poner en conocimiento dichas publicaciones a las instituciones para que tengan un mayor alcance en la formación de aspectos que hacen a la revalorización histórica y cultural en sus distintas expresiones, alimentado de contenidos que conllevan a la comprensión cabal de nuestra identidad nacional. Rescatar y refirmar la memoria de distintos hombres y mujeres de la Patria será de gran apoyo en el reconocimiento de nuestra pertenencia sudamericana.

Bibliografia consultada:

  • Ceballos de Marin, Fanny. San Remo, Javier (2012). «El sable y la rosa». Salta: Editorial Mundo Gráfico.
  • Bombara, Paula. Zaramella, Juan Pablo (2019). «La Fuerza Escondida». Editorial Norma.
  • Sitio http://www.cultura.gob.ar

Publicado por Juana Manuela

Empresa destinada a la publicación de textos de difernetes géneros literarios, como así también a la difusión de nuestra cultura latinoamericana.

Un comentario en “Guerrera indomable

  1. La Revalorización Histórica y Cultural: Un Pilar de la Identidad Nacional en la Educación

    ​La enseñanza de la revalorización histórica y cultural en todos los niveles educativos, desde la escuela primaria hasta la universidad, es de primordial importancia para la consolidación de cualquier identidad nacional y el fortalecimiento de una conciencia como mas importante aun parte de la región sudamericana. No se trata solo de transmitir datos y fechas, sino de integrar contenidos que permitan una comprensión cabal de quiénes somos, de dónde venimos y cuál es nuestro lugar en el mundo. ​La Urgencia de la Formación Docente

    ​El punto de partida de esta revalorización debe ser la educación de los maestros de historia y de todos los docentes involucrados en la enseñanza de las ciencias sociales y humanidades. Es crucial invertir en su formación continua y especializada.Los programas de formación deben ir más allá de la simple cronología. Es necesario que los futuros y actuales docentes profundicen en los fragmentos cruciales de nuestra historia que a menudo se pasan por alto por «facilidad o ignorancia». Esto incluye la historia de los pueblos originarios, las gestas de mujeres y hombres olvidados, y los procesos sociales y económicos que moldearon la nación.Deben ser equipados con herramientas pedagógicas y teóricas para fomentar una visión crítica de los procesos históricos, entendiendo que la historia es un campo en constante debate y reinterpretación, no una narrativa monolítica. Proporcionar acceso a materiales didácticos actualizados y a fuentes primarias y secundarias que enriquezcan su práctica. ​El Contenido Educativo es como un Espejo de la Identidad!!

    ​El currículo debe ser el vehículo para rescatar y reafirmar la memoria de los distintos protagonistas de la Patria, no solo los próceres canónicos, sino también las figuras anónimas que contribuyeron a forjar una nación.

    Viva la patria ,viva!

    Dr.Olivier Pascalin

    Un nacionalista del mundo!

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