Por Emilia Baigorria
García Lorca, uno de los poetas más insignes de nuestra época, nació en Fuente Vaqueros, un pueblo de Granada el 5 de Junio de 1898.
La cultura popular es el fondo escénico en toda la obra de Federico García Lorca aún en su creación lírica donde la maestría del poeta extiende todos los márgenes de significaciones en marcos poblados de imágenes.
Cuando llegaba la noche,
noche que noche nochera,
los gitanos en sus fraguas
forjaban soles y flechas.
O:
En la alameda
un manantial recita
su canto entre las hierbas
Y el caracol, pacífico.
El campo
de olivos
se abre y se cierra
como un abanico.
El poeta rinde homenaje al significado existencial de vivir en su lugar propio, con el que siente entrañable pertenencia a tal punto, que la atmósfera que sostiene al ambiente ocupa el lugar de personaje co-protagonista. Desde ese sustrato se elevan el sentir humano más profundo, el amor, la muerte, las creencias, los ritos, diseñando el imaginario poético del gran Federico.
Así Granada, su tierra, está presente en el aire, en la respiración, en el baile, en el viento, en la guitarra.
La Carmen está bailando
Por las calles de Sevilla.
Tiene blancos los cabellos
Y brillantes las pupilas.
O:
El mar baila por la playa
un poema de balcones.
En la redonda
encrucijada,
seis doncellas
bailan.
Tres de carne
y tres de plata.
El viento está presente a través de sus formas metamorfoseadas, ya sea en alusión a la sensualidad impertinente:
Su luna de pergamino
Preciosa tocando viene.
Al verla se ha levantado
el viento, que nunca duerme.
También como parte de su realidad climática:
Tierra seca,
tierra quieta
de noches inmensas.
(Viento en el olivar,
viento en la sierra.)
O:
Viento del Este:
un farol
y el puñal
en el corazón.
También:
En las torres
amarillas
doblan las campanas.
Sobre los vientos
amarillos
se abren las campanadas.
La guitarra es un instrumento fundamental en el universo granadino, así se desgrana su canto en Las seis cuerdas:
La guitarra
hace llorar a los sueños
el sollozo de las almas
perdidas
se escapa por su boca
redonda.
Y como la tarántula,
teje una gran estrella
para cazar suspiros,
que flotan en su negro
aljibe de madera.
Aunque no se conoce con precisión la fecha de su muerte, se sabe que el 16 de Agosto de 1936 fue detenido; en documentación expedida en Granada consta que antes del amanecer del 18 de Agosto del mismo año fue fusilado constituyendo en una de las atroces acciones de la Guerra Civil española. Ese hecho ha privado al mundo de una de las voces poéticas más excelsas.
La altura de la estética de su palabra alcanzó tal dimensión que cada año y en especial el mes de Agosto, el mundo lo evoca con más fuerza y emoción.
Las Tertulias de Juana Manuela 