Pablo Neruda: el poeta de la militancia política

Por Emilia Baigorria

Pablo Neruda nació en la ciudad Parral ubicada en la región central de Chile un 12 de julio de 1904. Su verdadero nombre fue Ricardo Eliecer Neftalí Reyes Basoalto, fueron sus padres Rosa Neftalí Basoalto y José del Carmen Reyes. En 1910 inició el camino escolar ingresando al Liceo de Hombres de Temuco donde realizó todos sus estudios hasta terminar el ciclo de humanidades.

Se trasladó a Santiago a estudiar francés y continuó allí su intensa actividad literaria. En 1924 apareció la edición original de Veinte poemas de amor y una canción desesperada publicada por editorial Nascimento.

Hacia 1.925, dirigió la revista Caballo de Bastos y colaboró en diversas publicaciones literarias tales como Andamios, Alí Babá, Dínamo, Renovación y diario La Nación. Publicó el poema Galope muerto que luego encabezará Residencia en la tierra.

En 1.927 lo nombran cónsul ad honorem en Rangún (Birmania) y comienza una larga carrera en consulados y embajadas. Desde allí envía sus crónicas al diario La Nación de Santiago y publica poemas en El Sol y Revista de occidente de Madrid.

Desde muy joven militó en política y defendió su pertenencia al partido comunista y esto le acarreó problemas. En 1.947 publicó en Caracas Carta íntima para millones de hombres, en ese momento existía censura de prensa efectiva en Chile y el Presidente de  la República inicia su juicio político. Su actividad militante fue muy intensa y subyace en su obra literaria. El año anterior fue condecorado por el gobierno de México con la Orden del Águila azteca.

La producción de Neruda perteneció a los movimientos vanguardistas y posmodernistas. Su repertorio poético pasó por tres etapas: la de transición hacia la innovación, la oscura y hermética y la relacionada con la política. El escritor usó un lenguaje expresivo y cargado de sentimientos.

Recibió muchas críticas en razón al desfasaje entre su vida personal y su palabra poética.

También fue galardonado con innumerables premios y en 1.971 recibió el Nobel de Literatura, en ocasión de la ceremonia de entrega pronunció un profundo discurso en el que dijo entre otras cosas:

Extendiendo estos deberes del poeta, en la verdad o en el error, hasta sus últimas consecuencias, decidí que mi actitud dentro de la sociedad y ante la vida debía ser también humildemente partidaria. Lo decidí viendo gloriosos fracasos, solitarias victorias, derrotas deslumbrantes. … Nuestras estrellas primordiales son la lucha y la esperanza. Pero no hay lucha ni esperanza solitarias. En todo hombre se juntan las épocas remotas, la inercia, los errores, las pasiones, las urgencias de nuestro tiempo, la velocidad de la historia. Pero, ¿qué sería de mí si yo, por ejemplo, hubiera contribuido en cualquier forma al pasado feudal del gran continente americano?

¿Quién no ha leído Veinte poemas de amor y una canción desesperada? Sin duda es su obra más famosa, pero tienen enorme envergadura poética también Residencia en la tierra, Canto general de Chile, España en el corazón, Alturas de Macchu Picchu, Los libertadores, La arena traicionada y muchos más. Su poesía se volvió “impura” (surrealista) según sus propias palabras.

Canto general (fragmento – I)

La lámpara en la tierra

Amor América
Antes que la peluca y la casaca
fueron los ríos, ríos arteriales:
fueron las cordilleras, en cuya onda raída
el cóndor o la nieve parecían inmóviles:
fue la humedad y la espesura, el trueno
sin nombre todavía, las pampas planetarias.

El hombre tierra fue, vasija, párpado
del barro trémulo, forma de la arcilla,
fue cántaro caribe, piedra chibcha,
copa imperial o sílice araucana.

Tierno y sangriento fue, pero en la empuñadura
de su arma de cristal humedecido,
las iniciales de la tierra estaban
escritas.

Nadie pudo
recordarlas después: el viento
las olvidó, el idioma del agua
fue enterrado, las claves se perdieron
o se inundaron de silencio o sangre.

No se perdió la vida, hermanos pastorales.
Pero como una rosa salvaje
cayó una gota roja en la espesura
y se apagó una lámpara de tierra.

Yo estoy aquí para contar la historia.
Desde la paz del búfalo
hasta las azotadas arenas
de la tierra final, en las espumas
acumuladas de la luz antártica,
y por las madrigueras despeñadas

de la sombría paz venezolana,
te busqué, padre mío,
joven guerrero de tiniebla y cobre,
oh tú, planta nupcial, cabellera indomable,
madre caimán, metálica paloma.

Yo, incásico del légamo,
toqué la piedra y dije:
¿Quién me espera?

Y apreté la mano
sobre un puñado de cristal vacío.
Pero anduve entre llores zapotecas
y dulce era la luz como un venado,
y era la sombra como un párpado verde.

Tierra mía sin nombre, sin América,
estambre equinoccial, lanza de púrpura,
tu aroma me trepó por las raíces
hasta la copa que bebía, hasta la más delgada
palabra aún no nacida de mi boca.

La propuesta es volver a la poesía conocida de Pablo Neruda, asimismo ampliar el conocimiento de su obra.

Sobre su fallecimiento hay todo un misterio, ya que algunos señalan que fue envenenado. La investigación sobre las causas de su muerte tiene más de 13 tomos de expedientes que se extiende por casi 14 años, con idas y vueltas para determinar si hubo o no intervención de terceros.

Sólo se sabe que el poeta chileno, amigo del expresidente chileno Salvador Allende, murió el 23 de septiembre de 1973, días después del golpe que intauró el régimen militar de Augusto Pinochet y apenas horas antes de volar al exilio en México.