Vallejo, poeta del bicentenario

Por Hilda Palermo

Uno de los poetas más significativos de la literatura peruana es César Vallejo, quien nació un 16 de marzo de 1892, en la ciudad de Santiago de Chuco, en las serranías de La Libertad, es uno de los poetas más clásicos en lengua castellana.

De su obra, podemos destacar Los Heraldos Negros, Poemas Humanos, Trilce, Tungsteno, cuyos personajes viven en angustia, son gente de trabajo, conocen el dolor, la pobreza y la marginación. Esta angustia es propia de la obra de Vallejo, quién conoció de cerca la explotación del indio.

Realiza sus estudios universitarios en la Universidad Nacional de Trujillo, en la Facultad de Letras, pero por problemas económicos familiares debe regresar a su ciudad natal.

Después de unos meses, viaja a la ciudad de Lima, a matricularse en la Facultad de Medicina de San Fernando, pero tampoco pudo continuar, regresando a la ciudad de Trujillo, a trabajar en una hacienda azucarera.

Todos estos episodios fueron moldeando su carácter y dejando huella en su vida, decidiendo incorporarse a movimientos que luchaban contra las injusticias sociales de la época.

Empieza a publicar en diarios y revistas, 1917, y ya estando en Lima, se conoce con muchos intelectuales como José Carlos Mariátegui, Luis Alberto Sánchez, Manuel González Prada y el laureado Abraham Valdelomar.

Publica Los Heraldos Negros en 1919, donde retrata la angustia, el dolor y la solidaridad con el hombre, sentimientos que se encuentran en casi toda su obra.

En 1920, empieza a escribir Trilce mientras estaba preso por, posiblemente, haberse involucrado en una revuelta popular.

En Junio de 1923, Vallejo llega a París, donde empieza a relacionarse con los intelectuales de la época, sufriendo toda clase de penurias en sus primeros dos años de permanencia en Francia, solamente se comunicaba con el representante de la revista Amauta, a quién le entregaba sus colaboraciones.

En ese tiempo residían en Paris figuras como Pablo Neruda, Vicente Huidobro o Juan Larrea, con quiénes iniciaría una amistad muy estrecha.

Establecido ya en París, se relaciona románticamente con Georgette Philippart, con quién contrae matrimonio y con quien viaja muchas veces a la Unión Soviética y a España, donde funda, junto a otros intelectuales, el Comité de Defensa de la República Española.

Entre 1923 y 1937 escribe sus últimas obras, Poemas Humanos, España aparta de mi este cáliz, que dan una visión de la guerra de España. El 24 de marzo de 1938 es hospitalizado, falleciendo el 5 de abril, viernes santo, lluvioso, atacado por el paludismo.

Pronosticó su muerte al escribir: “Me moriré en París con aguacero, un día del cual tengo ya el recuerdo”.

El poema dice que moriría jueves, pero fue un viernes de 1938.

Para conocer más sobre su obra, un homenaje a este gran poeta peruano:

Publicado por Juana Manuela

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