Gastronomía de Pascuas

Por Mary Dib Ashur

En la edición de hoy, conoceremos algunas costumbres culinarias, arraigadas en el mundo, durante la Semana Santa.

Esto significa muchas cosas, desde lo que puede ser para quienes son acérrimos seguidores de la fe católica, hasta los que simplemente desean unos días de descanso; pero sobre todo significa la transformación de la gastronomía, y un cambio radical en la forma de comer de los argentinos, como así también ciudadanos de otros países.

Para quienes desconocen estas tradiciones puede parecer algo curioso, pero para los devotos, durante unos días es imperativo eliminar por completo el consumo de la mayoría de carnes, excepto la de pescados y mariscos.

Entonces comienzan a reaparecer platos especiales de la fecha como las empanadas de vigilia (normalmente rellenas de atún o de verduras variadas), y los guisos de pescados como el bacalao y el cazón, y preparaciones con choclos, quesos etc., especialmente en nuestra zona, como humitas, pasteles entre otros.

Aquí también ganan popularidad los vegetales y legumbres, ya que son los encargados de traerle «tradición» – y cierta normalidad – a estos platos poco usuales.

En los países árabes se tiñen los huevos, haciéndolos hervir con cáscara de cebolla, dándoles un colorido especial,  se reparten entre los integrantes de la familia a la hora del almuerzo, luego se juega a quien rompe el huevo del otro, muy divertido, este juego colabora a la unión de la familia en un día tan especial

En el siglo XVII el Papa Pablo V bendijo el huevo en una plegaria, quizás para dejar la prohibición decretada por la Iglesia en el siglo IX de no consumirlos durante la Cuaresma. La llegada de la Pascua suponía el levantamiento de la norma. Se puede decir que se realizaba el “festín del huevo”, porque representaba el regocijo y la vuelta a la alegría. Con el tiempo se levantó el veto y se mantuvo la costumbre de celebrar la Pascua consumiendo y regalando huevos.

También comento que en las iglesias de Estados Unidos los niños realizan una búsqueda de huevos de chocolate o de plástico con golosinas dentro. Se hace en un clima pascual, es por el gozo de la resurrección del Señor, que es dulce. Para los niños  es un día especial porque sus padres no batallan con ellos por comer dulces, sino que lo permiten.

En el caso del conejo de Pascua, indica  que este, proviene del hecho que antiguamente la figura de la liebre silvestre se utilizaba como recurso de catequesis para hablar sobre cómo debía ser el camino del cristiano hacia la resurrección.

Las patas traseras de la liebre son grandes, poderosas y sirven para ascender por terrenos empinados. En cambio, las patas delanteras son pequeñas y débiles.

Esas patas hacen que al conejo le sea fácil ascender y difícil descender. Esto era utilizado para representar el camino de la vocación del cristiano. Debe ser difícil para ir hasta abajo en su vida moral y a la vez debe ser pronto, presto y ágil para ir hacia arriba, hacia la resurrección del Señor.

Mi opinión es que en nuestro diario vivir, debemos tomar como ejemplo el accionar de la liebre silvestre, tratar de tener esperanzas y decisiones para mejorar nuestras vidas con esperanza de un ascenso exitoso.

El consumo y preparación de la tradicional Rosca de Pascuas varía en cada país, en algunos lugares representa, a través de la figura de un anillo, el amor y la amistad que unen los pueblos. En otros, representa la unidad familiar y el concepto de continuidad, de volver a comenzar cada año, el renacer eterno.

En Argentina, sobre todo, la rosca de Pascua está muy arraigada entre las costumbres culinarias de la festividad cristiana. Es muy parecida, en este sentido, a la rosca de Reyes.

Con el tiempo cada país fue creando su propio pan de pascua, agregando ingredientes, cambiando cubiertas, y así llegan a nuestros días propuestas de roscas rellenas con distintas variedades de cremas, roscas almendradas, roscas de chocolate o con frutas. Mona de Pascuas (España), Kulich (Rusia), Ostertorte (Alemania), Colomba (Italia), Pan de Pascua (Chile), Roscón Pascual (México) o nuestra Rosca de Pascuas tradicional, cubierta con crema pastelera, fruta confitada y azúcar granulada son algunos ejemplos que se unifican en una misma tradición.

Otra historia de la Rosca de Pascuas, se remonta al año 476, cuando un rey bárbaro había sitiado la ciudad de Pavía, en Italia. En ese lugar, un humilde pastelero preparó un postre con forma de paloma para la Pascua, símbolo de paz y amor y se lo regaló al monarca.

Tan conmovido quedó el rey, que en prueba de amistad levantó el sitio de la ciudad y liberó a la población. Con el correr del tiempo, fue cambiando la forma del postre, hasta llegar a la rosca tan conocida, que representa con un anillo el amor y la amistad que unen los pueblos.

Distintas decoraciones, variadas formas, pero el símbolo es siempre el mismo: representar la unidad familiar y el concepto de continuidad, de volver a comenzar cada año y del renacer eterno.

ROSCA DE PASCUA MUFFINS

Es una deliciosa idea de presentar la Rosca de Pascua en forma individualizada.

INGREDIENTES

• 10 grs levadura fresca
• 75 cc leche tibia
• 200 grs harina 0000
• ½ cdita azúcar
• 1 cda miel
• ½ cdita sal
• 1 huevo
• 40 grs manteca
• 40 grs azúcar impalpable
• ½ cdita esencia vainilla
• Ralladura de naranja
• Crema pastelera para horno, grana, confites, almíbar

PREPARACION

En un bols disolver la levadura con la leche tibia, ½ cdita de azúcar y 2 cucharadas de harina. Mezclar con cuchara hasta que la levadura se disuelva bien, tapar con un repasador y dejar reposar en lugar tibio hasta que duplique su volumen.

Colocar en otro recipiente la manteca blanda, el azúcar impalpable, batir hasta que se forme una crema. Agregar la harina y hacer un hueco en el centro, incorporar el huevo, la miel, vainilla, ralladura naranja y el fermento ya duplicado, unir todos los ingredientes mezclando de adentro hacia adentro hasta unificar la masa. Amasar unos 10 minutos, cuando esté suave y elástica la masa, dejar descansar otros 10 minutos para que la preparación se relaje.

Colocar la masa en la mesada, aplastar con los dedos, separar en partes iguales, de esta cantidad pueden salir de 6 a 8 bollitos.

Moldear cada pedacito y colocar dentro de los moldes para muffins. Dejar leudar nuevamente en lugar cálido hasta que dupliquen su volumen.

Cuando estén duplicados, llevar al horno precalentado a 180*, cocinar 10 minutos, retirar, pintar con huevo batido la superficie, luego la crema pastelera (debe estar un poquito blanda para que de efecto de glaseado), volver los muffins nuevamente al horno, unos 10 a 15 minutos más.

Retirar del horno, dejar enfriar, pincelar con almíbar, espolvorear con grana de colores y adornar con confites.

Quedan con el riquísimo sabor de la rosca, de textura suave y esponjosa.

Acompañar con un café o un rico lemoncello…….