Por Emilia Baigorria

Abel Mónico Saravia (apodado “Abicho”) nació en Salta el 24 de Agosto de 1.928, descendiente de un inmigrante italiano, Giovani Mónico quién se casó con Doña Eduviges Gorriti Corvalán, sobrina de Juana Manuela Gorriti. De esa unión nació su padre Abel Emilio Mónico casado en segundas nupcias con Argentina Saravia. Conformó una familia numerosa en la que fue el abrigo de sus hijos. Estudió en los colegios Salesiano y Belgrano de Salta, graduándose más adelante como abogado y doctor en Leyes en la Universidad de La Plata.

Su infancia fue el campo, estancia Gualiama de Rosario de la Frontera, realidad que fue su sello para siempre llevando en su esencia ese hábitat con todas sus actividades para recrearlas desde su palabra poética y el canto.
En el ámbito profesional se desempeñó como fiscal, llegando a ser Ministro de la Corte de Justicia de Salta, buscando siempre la Justicia.
A la par del amor por su tierra profesión el don de la amistad; la defensa de la tradición y en ella la historia de su gente y el reconocimiento permanente al gauchaje al que consideraba semilla de la Patria.
Sobresalió en la poesía y en la música. Fue autor de numerosas piezas musicales como La Cerrillana de la que escribió la letra componiendo la música Marcos Thames, La invasora, Chacarera de Gualiama, Amalaya, Prenda robada, Chacarera del carancho, Ojos bellos y tantas otras cantadas por los referentes máximos del folklore salteño, algunas se encuentran recopiladas en su libro Bajo el cielo de Gualiama.

Su canto musical abre su universo para conocer sus sentimientos, además de su filosofía existencial desde la cual dialoga con el tiempo como en su composición Velay no sé o Quién ha dicho que mi muerte o para expresar su tristeza y su alegría.
Será que la vida es corta
o es largo el tiempo, velay, no se,
volando pasan los años
o yo estoy quieto, velay, no se.
Sus canciones describen además de los sentimientos, el paisaje y el amor a la naturaleza como en la suprema imagen “por las sendas del agua sigo tus huellas” o la referencia al suri.
Su poesía es clara, casi directa, reservándose un cauce de márgenes donde la plurisignificancia no se desprende demasiado de su intencionalidad. Su palabra no traiciona la sinceridad. Desde esta poética tan propia describe el paisaje y sus sentimientos.
Si bien el lenguaje literario es semánticamente autónomo y tomando un concepto teórico de Víctor Manuel Aguiar e Silva en referencia a ese universo “ el poder suficiente para organizar mundos expresivos enteros”, se puede decir que Abel Mónico Saravia creó su propio lenguaje, su mundo expresivo y desde él su verdad. Así estableció una relación singular entre la palabra y su sentido porque es ella misma la que crea su propia realidad, ésto es: su palabra poética es contestataria con su realidad extraverbal.
Al leer o escuchar las obras del músico poeta, no se conoce su realidad objetiva pero él lleva a quien se acerque a su creación por un camino libre hasta el lugar de su veracidad. Despega de la realidad para diseñar la silueta de su canto y regresar irremediablemente a ella donde está su refugio.
La música es para el poeta su residencia, en ella deposita las realidades de su intrahistoria personal y colectiva; entonces ahí su palabra cobra dimensión total porque no concibe su universo sin El Otro.

El privilegio del vuelo de su obra es su vigencia, el acercamiento a ella para beber su esencia y reeditarla o recrearla.
Abel Mónico Saravia fue poeta, escritor, músico, abogado, amigo, gaucho. Un creador.



QUIEN HA DICHO (a Don Chacho Royo)

¿Quién ha dicho que mi muerte
pondrá lutos en los pechos?
Mentiras son, mi vidita,
que el día que yo me muera
balarán fuerte los toros,
como olfateando tormenta;
y en el corral de mi pago,
con el zumbar de los lazos
y en el humo de las yerras
se irá templando mi canto.
Tormenta hay ser, mi vidita,
después de larga sequía
cuando mi sangre se vierta,
cuando rajando la herida,
de este pecho de salteño
corra en raudales la vida
por la arena devorada
de esos mis campos desiertos.
Que florezcan guayacanes,
que me canten los cencerros.
Y en las noches cuando el viento
ponga quejidos de pena
en la copa de las tipas
y en los ojos de los perros
sombras de ánimas perdidas
junto al rescoldo del fuego
dormirá, negra, la pausa
de mi pavita hollinada;
esperando que mis manos
la acaricien con el alba.
Sembrando notas de espina
por la tierra apisonada
llorando irán mis espuelas
en los talones del viento.
Mi viejo perro “lionero”
soñando que lo acaricio,
hará un barrido de polvo
con su cola de “pichana”,
cuando dormiten la siesta
echado bajo mi catre.

Que puedo decir que ya no se dijo de mi querido y admirado Abicho,
al cual pude conocer a fondo ,ya que a veces se alojaba en casa ya que su sobrino Acero mi esposo ,y él se
querían mucho ,adenas del parentesco los unia ese PROFUNDO amor a la tierra salteña .Mi homenaje sentido desde el fondo de mi corazón lo hacen inolvidables, todo lo que me enseño en largas de tertulias de mates y vinito ,la guitarra siempre presente ,ahora tengo la dicha de conocer a fondo a dos de sus hijas ,Alejandra y Argentina y los dos varones por supuesto Sólo puedo decir ,gracias gracias gracias, porque la vida con sus meandros me hizo tener el honor de conocerlo,lo mismo que a su querida y admirable señora Clyde ,,todo homenaje es pequeño, que estés descansando en paz ,con una guitarra en tus manos y la bonhomia de tu corazon. Un beso al cielo querido Abicho!!!!!
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Gracias Alicia por tan cálidas palabras yo sé que te salen del corazón porque nos une el vínculo familiar y sobre todo por el aprecio por esta gran persona que como decía Castilla ha dejado una huella y media.❤
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MI QUERIDO AMIGO Y TIO!!
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Hola Félix un placer que te hayas conectado por esta revista digital, cuando gustes compartir tus cosas serás bienvenido!
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Buenas tardes..soy Gabriel Salvatierra, nacido en Rosario de laFrontera..orgulloso de ser Salteño..actualmente hace diez años vivo en jujuy..Quería darle las gracias por compartir esto con nosotros..como me habría gustado conocerlo a Don Abel Monico Saravia y charlar aunque sea un ratito con el..la verdad que fue una persona maravillosa y nos dejó muchas enseñanzas y sus letras que le salían del corazón..canciones que hoy en día las canto y digo..le pertenece a Don Abel Monico Saravia y saco pecho con mucho orgullo diciendo..el es Salteño como yo..de los pagos de Gualiama Rosario de la Frontera!!! Gracias por todo Don Abicho..voy a seguir buscando sobre su vida para seguir conociendo lo grande que fue y será para todos los Criollos y Gauchaje Salteño!!!
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Qué maravillosos recuerdos de un ser especial que ha sembrado su esencia y conmueve con su obra. Emilia.
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A veces surge un gigante poeta con lazos de gaucho y nos conmueve y revuelve el corazon y amor por nuestras raices.Quien no quisiera conocer o platicar y pernoctar con tal hombre?
Solo escucharlo cantar y rimar acompañado de una guitarra y su fiel perro.No he tenido esa suerte pero si de ser parte de cierto modo de su familia poetica.Salta es una grande provincia que llena uno de emociones,colores y huele tan bien todo que uno quisie8ra quedarse para siempre.
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Gracias Gabriel por tan hermosas palabras y la verdad que seguimos su legado defendiendo lo nuestro💪
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Me declaro ferviente admirador y defensor de la obra de semejante exponente de nuestra salteñidad. Y por es digo aquí lo que repito siempre: “Salta aún le debe el homenaje que don Anel merece”…
Por suerte cuenta con el fiel afecto y apego a su obra entre cantores y guitarreros y amigos y poetas.
Don Abel y su obra son para mi … puertas… gracias a las cuales fui cosechando amigos de toda laya y en diferentes ámbitos.
La misión conjunta es nunca olvidarlo. Una obligación para que todos los que vengan conozcan su maravilla. Viva la memoria de Don Abel ! Viva Salta y viva el gauchaje !
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Mil gracias Adrián!! Gracias por tanto cariño!!
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