Amado Bonpland y yo

Por Olivier Pascalin

Allá en 1817, el diario porteño “La Gaceta” publicaba esta noticia:

“Ayer, 29 de enero, llegó a Buenos Aires el primer botánico y zoologista que nos visita. Se llama Amado Bonpland y es también médico».

La Gaceta 1817

Aimé Jacques Alexandre Goujaud, o simplemente, Amado Bonpland fue un médico, botánico, académico, agricultor e industrial y erudito. Nacido en La Rochelle, Francia, el 28 de agosto de 1773. Vivió más de la mitad de su vida en Corrientes (Argentina), la tierra sin mal de la que quedó enamorado; realizó diversos viajes exploratorios junto a Alexander Von Humboldt, otra eminencia de la biología.

Además de cirujano, fue botánico, naturalista y zoologista. En su primer viaje a Sudamérica, clasificó más de 60 mil plantas. La mayor parte de su vida profesional fue en territorio argentino, donde dijo haber vivido “los años más felices” de su vida.

Bonpland había sido médico de Napoleón y distinguido en la corte francesa por sus méritos científicos. Su esposa, que lo acompañaba, era –nada menos- dama de honor de la emperatriz Josefina.

Yo interpreté en 1989 Bonpland en la pelicula «La ascencion del Chimborazo» primera y última coproducción entre las 2 alemanas y fue mi primer contacto con América del Sur y Ecuador tal como él.

En París, conoció al naturalista alemán  Alexander von Humboldt, geógrafo, astrónomo, humanista, naturalista y explorador, considerado como uno de los fundadores de la geografía, entendida como ciencia empírica y con quién realizó numerosas expediciones por Sudamérica.

Compañeros de viaje

La aventura comenzó cuando conoció a Humboldt, el verdadero Alejandro Magno según George Sarton -el fundador de la historia de la ciencia como disciplina académica-, pues el nacido en Macedonia en 356 a.C. «degeneró en un dictador».

Con Humboldt, Bonpland hizo ese viaje a la región equinoccial de América en el que, entre 1799 y 1804, cubrieron unos 15.000 kilómetros, casi todos por territorios inexplorados.

Mapa del viaje de Humboldt y Bonpland

A pesar de muchas dificultades y tribulaciones, regresaron con una inmensa cantidad de información que sigue dando frutos. Desde determinaciones de longitudes y latitudes hasta mediciones de los componentes del campo geomagnético de la Tierra; de observaciones diarias de temperaturas y presión barométrica a datos estadísticos sobre las condiciones sociales y económicas de México. Además una vasta colección de nuevas plantas.

Tras su triunfal regreso a París, Humboldt se aseguró de que se reconociera el mérito de quien, por cuestiones burocráticas, había sido descrito como su asistente, subrayando siempre que Bonpland había sido quien había recolectado la mayoría de esas plantas y descrito el 80% de lo hallado.

Obtuvo para él una pensión del gobierno francés y más tarde le consigió trabajo con la emperatriz Josefina, la primera esposa de Napoleón I, como su jardinero en jefe (y luego intendente) en el castillo de Malmaison.

«A pesar de todo» -escribió en una carta de 1848 Aimé Bonpland una década antes de morir- «estoy feliz«.

«Sí, mi estimado amigo, soy un viejo juvenil y feliz, viviendo entre flores y seres queridos. Esta maravillosa América, llena de contrastes, me ha atado con fuertes lazos».

Aimé Bonpland (1848)

Fuentes:

Publicado por oberlus1954

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