Por Carlos Boidi

Hoy bajarán miles de estrellas a la fábrica del pueblo, aunque no suenen las sirenas, ni se encuentren los obreros.
Llegarán en un mar de bicicletas y en cansado pedaleo, como en las viejas épocas cuando el alba se bebia en un sueño.
Hoy bajarán miles de estrellas y nada de lo que vean les será cierto: ni el mes al que no se llega, ni el olvido del obrero muerto.
Vendrán del infinito todas ellas para este día de Mayo, el primero.
Solo para encontrarse aquí en la tierra con el obrero que ellas fueron».
