Jesús y el niño

Por Luis Ponce

-Buenos días.
-Buenos días, qué deseas niño?
-Quiero diez cristos, dijo, mientras miraba los estantes de la santería.
-Tengo de algarrobo, de palo santo, de cochucho, de alambre, de cerámica y de bronce; dijo entusiasmado el vendedor.
-¿Y cuál es el más milagroso? Preguntó el niño inocente.
-El que vive dentro tuyo, dijo el vendedor, conmovido por la confusión del niño.
-Éste lo contempló desde el cielo de sus ojos, miró una vez más aquel batallón de figuras, bajó la mirada y comenzó a llorar sin consuelo.
El comerciante fue a la puerta y cerró con llave, tomó al niño entre sus brazos y buscó una silla. Allí, con toda parsimonia y corazón de padre, comenzó a contarle lo que él pensaba de las figuras de su negocio.
-Estoy aquí porque no puedo hacer otra cosa, es herencia de mis padres. Pero quien puede ayudarte, es el Dios verdadero, el Creador, quien nos dice que no debemos creer en imágenes, que no debemos matar, ni robar, etc.
El niño secó sus ojos en la manga de su camisa, miró a su nuevo amigo con profunda admiración y comenzó a contarle de sus necesidades y de su triste realidad.
Hicieron buenas migas y el comerciante, que se llamaba Raúl, invitó a tomar un café con leche a su amiguito, que se llamaba René.
Conversando, Raúl invitó a René para que le ayudara en el negocio, en los momentos libres de la escuela – no voy a la escuela- dijo el niño, y el adulto sintió que se le partía el corazón.
Así fueron descubriendo la terrible realidad de René, hasta que Raúl lo invitó a vivir con él.
Hechos todos los trámites de adopción, René comenzó la escuela.
Vió otros negocios y se preguntaba por qué no había ventas de platos, tazas, cubiertos etc.
Ahí comenzaron a cambiar de a poco el negocio, hasta desembarcar en un hermoso bazar.
El día que René cumplió 18 años, recibió un sobre de regalo. Al abrirlo, volvió a llorar; pero esta vez era de emoción: el negocio estaba a su nombre.
-Gracias papá Raúl, alcanzó a decir entre sollozos de alegría.
¡No! Tienes que dar gracias al Jesús que vive en ti; Él te bendice, mi pequeño valiente!

Lucho Ponce

Publicado por Juana Manuela

Empresa destinada a la publicación de textos de difernetes géneros literarios, como así también a la difusión de nuestra cultura latinoamericana.

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