El movimiento y la vida

Por Eduardo Ceballos

Que maravilla observar el movimiento por donde pasa la vida. Es como un milagro que está presente en todo el cosmos, desde lo máximo hasta lo mínimo. Nuestro cuerpo, siempre en movimiento, es un viajero permanente por el cauce de la sangre. Aparece en la astronomía, en las doctrinas, en la música, en el ajedrez, en el espíritu, en la danza, en la política, en las economías, en las religiones, en la esgrima, en la mecánica, en la física, en la vida vegetal y animal.

El movimiento es eterno, indestructible, el modo de ser de la materia, su propiedad más esencial e inalienable. La vida es movimiento, el movimiento es vida. Cada célula viva de su cuerpo recibe los nutrientes necesarios, a través del movimiento, con profunda armonía.

En la filosofía se relaciona con los efectos y las causas. Este año, en nuestro país hay elecciones y cada uno aportará su visión a través del voto, será el discernimiento, el amor y el movimiento que nos lleven a la conquista de nosotros mismos, a una vida plena.

Nos enseñan que la vida es un camino que inicia con la fecundación y el nacimiento, que continúa con la infancia, la niñez, la adolescencia y la juventud y que termina con la adultez y la vejez, donde en forma permanente estamos en movimiento.

Cuando abrimos los ojos de la inteligencia, vemos con asombro el mundo circundante que se mueve en forma incesante. Es menester disfrutar cada pintura que producen las jornadas: la lluvia, con su ropa líquida alimentando el verde, el río que pasa cantando, arrastra a su paso la riqueza de las montañas. Maravilla ver el brote en las plantas, los pequeños pimpollos fragantes de colores y perfumes. Como juega la brisa con las ramas de los árboles, produciendo pinturas naturales. La piel nueva de un pequeño perrito, que nos llena de ternura, porque es vida y movimiento.

La vida cambia cada segundo, tanto afuera como adentro. Bien sea con grandes o con pequeñas crisis, las transformaciones son evidentes y no se pueden evitar. Nada se repite exactamente, todo es distinto por el gran trabajo del movimiento.

La vida es cambio, transformación, movimiento, mutación, una excelente posibilidad para recomponer la ruta y encontrarle nuevos sentidos a la existencia. Mirar con atención lo que nos rodea, nos energiza y nos enseña el camino de la vida.

Aprovechemos los movimientos bruscos de la vida, para revisar nuestra realidad, para poner la mirada dentro de nosotros y para comprender las razones por las cuales nos cuesta asumir los cambios. Todo sirve para construir la experiencia, que siempre ayuda a comprender.

El cambio es natural, esperable, inevitable e ineludible. nos quedamos anclados, anhelando un pasado que ya no está y un futuro que nos atemoriza por lo incierto.

El diario vivir tiene música, color, poesía, luz, alegría. Se deben multiplicar las miradas para enaltecer la existencia. Cuánta vida nos muestra el movimiento en todos los espacios.

Siempre es posible aprender, ajustarse, transformarse, cambiar, es en esencia, la vida. Vale la pena ponerse en la tarea de asumir la vida como un continuo movimiento y más que asustarse por sus fluctuaciones, dejarse sorprender por la misma para seguir trazando la ruta vital. El vuelo de los pájaros viste de fiesta la visión, con su vuelo, piruetas y su canto.

Que el mundo virtual no opaque nuestra relación con la naturaleza. No debe la máquina quitarnos el movimiento de la alegría, de la caricia, del abrazo, que asoma por la piel y por los dedos como un milagro existencial.

Publicado por Juana Manuela

Empresa destinada a la publicación de textos de difernetes géneros literarios, como así también a la difusión de nuestra cultura latinoamericana.

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