Por Jorge Triviño Rincón

La mayor cantidad de cuentos de carácter infantil, nos ha llegado de forma oral. Son ejemplos de ellos, las narraciones de los hermanos Jacob Karl Grimm y Wilhelm Grimm, de Hans Christian Andersen y de Charles Perrault, quienes llevaron a cabo la recopilación de las narraciones de campesinos y que habían pasado de boca en boca.
De tal manera, la tradición oral ha sido la artífice de que hayan llegado a nuestras manos estos preciosos textos, que contienen sabiduría para aquel que lea con sentido de comprensión del alma humana y busque en verdad aprender, ya que las tradiciones orales forman parte de la sabiduría popular, y de la humanidad en conjunto.
Los cuentos de hadas, tienen en su médula la preciosa miel del conocimiento. Así mismo, debemos embebernos de esa savia nutricia que busca con ansias nuestra preciosa alma.

Dentro de la literatura infantil, se destacan textos de autores anónimos, que nos dejan grandes enseñanzas. Sabiduría elevada para quienes leen con detenimiento y además meditan en ellos.
Nos daremos a la tarea de buscarlas para ponerlas luego a la disposición de nuestros distinguidos lectores.
Este es uno de los cuentos más explícitos en contenido, y que debiera leerse en las aulas a los niños de la actual generación, para que queden grabadas las enseñanzas en su endoconsciente. Nada en la naturaleza se pierde. Cada semilla que se siembra en la mente de los infantes, crecerá indefectiblemente.
Espero que disfruten tanto como yo de este magnífico cuento que les abrirá horizontes más vastos y luminosos.
EL PODER DE LA IMAGINACIÓN
“Érase una vez tres gusanos de seda que ignoraban su futuro como mariposas. Sus nombres eran: Pesimista, Realista e Idealista.
Se les acercaba la hora de su transformación y empezaron a sentir los primeros síntomas.
Su voraz apetito fue desapareciendo, su movilidad menguaba a gran velocidad y, finalmente, sintieron cómo el capullo les aislaba del mundo conocido, de la seguridad de lo cotidiano.

En la oscuridad del misterio de su futuro, tuvieron pensamientos distintos: Pesimista se dijo a sí mismo que estaba viviendo el final de su vida, y en lo más profundo de su sentir, se despidió de los buenos momentos.
Realista se dio ánimos diciéndose que todo aquello sería momentáneo y que, tarde o temprano, todo volvería a la normalidad.
Idealista sintió que, aquello que le estaba ocurriendo, podría ser la oportunidad para que se cumpliese su sueño más preciado: poder volar. Y aprovechó la oscuridad para perfeccionar sus sueños.
Cuando los tres capullos se abrieron, dejaron ver tres realidades iguales y distintas, a la vez.
Pesimista era una bellísima mariposa, pero…estaba muerta… Había muerto de miedo.
Realista era una hermosísima mariposa, pero a pesar de ello, empezó a arrastrarse como cuando era gusano. Con satisfacción, dio las gracias al cielo por haber podido seguir igual.
Idealista, nada más ver la luz del día, buscó sus alas… y al verlas, su corazón rezumó alegría, emprendió el vuelo, y dio las gracias, repartiendo su dicha por todo el bosque.”[1]

[1] GONZÁLEZ Pérez Carlos. VEINTITRÉS MAESTROS DE CORAZÓN. Un salto cuántico en la enseñanza. Pág. 13. Disponible en: http://www.ladanzadelavida12.blogspot.com/arcoirisdan@yahoo.es

Me parece muy bueno Fomentar la lectura para aquella nueva generación que se esta alejando de la lectura y de la educación.
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Definitivamente sí, Sandro, y sobre todo, nosotros los adultos debemos prepararnos para indicar a los niños y jóvenes en las lecturas que pueden guiarlos en búsqueda de sabiduría. Reciba un saludo cordial.
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