Por Daniela Leiva Seisdedos

Evaluar ¡NO! Evaluar los procesos de enseñanza-aprendizaje para mí una necesidad en el momento en el que debemos rendir cuentas de nuestro trabajo docente y esto se traslada al aprendizaje de nuestros alumnos en cada curso escolar, pongo un ejemplo: ¿Cómo detectamos los docentes si un alumno aprendió un tema?
La escuela sigue estando vigente, hoy más que nunca, los chicos quieren volver al aula. La educación es un Derecho Humano, es inalienable.
Una evaluación eficaz, pensada nos ayuda a detectar dónde están las dificultades del alumnado y como re evaluar nuestras prácticas docentes pero sobre todo es ayudarle a superarlas. Evaluar no es un castigo, al evaluar al alumno nos autoevaluamos nuestras prácticas docentes.

Los docentes no estamos en contra de la evaluación. Parece ser que lo importante no es que los alumnos aprendan, sino que «pasen» así sin más.
Todo el mundo tiene derecho a ser informado de cómo es la educación que tenemos. El fracaso escolar es una tragedia en nuestras sociedades por eso nunca tienen que estar al margen preguntas como esta:
¿Qué educación queremos para nuestra sociedad? ¿Hacia dónde vamos con la educación que tenemos?
Otra premisa que me surge es que el trabajo docente no es fácil, el problema es que lo pagan como fácil, y esa también es una de las causas de los fracasos, pero…eso es para otra nota.
La fórmula educativa de progreso en Argentina es que lo crucial no es educar sino simular educación. Un mayor nivel educativo se asocia a mejores condiciones de vida y a sociedades más avanzadas, igualitarias y justas, esto lo seguimos viendo ¿así?


Todo te lo da el Estado para que dependas de él comiendo de su mano, en educación pronto tendremos que aprobar a los alumnos, aunque no pisen las aulas. Solo por el mero hecho de estar en la lista de matriculados. La exigencia y la evaluación son fundamentales para el aprendizaje y el crecimiento. No tengamos miedo, es la fórmula que hizo grande a la Argentina.
La preocupación por la mejora cualitativa de la educación está presente en la práctica de la totalidad de los países desarrollados o en vías de desarrollo, pero…Argentina es otro mundo mis amigos.
¿Un alumno que en 2020 fue a primer año recién en tercer año va aprobar? cuando todos los docentes sabemos que NO son los mismos conceptos; ahhh si los docentes de aula lo sabemos, las autoridades que gestionan la educación NO lo saben. Nadie debería oponerse a que se evaluara el sistema educativo como servicio público.
La evaluación debe ser entendida como oportunidad para registrar aspectos en los que mejorar ¿Van a aprobar a todos?, sin decirles que en el primer escalón de la facultad o en un trabajo al valorar su estudio o trabajo se les va a decir que están desaprobados y hasta pueden perder el trabajo o rendir mal una materia. ¿Cómo les enseñamos a manejar la frustración y luego salir adelante?
La evolución es una parte de la realidad, seamos realistas, si no se desarrollamos en nuestra acción docente procesos de evaluación continua, resulta inútil hablar o escribir sobre logros de nuestra educación, los números mandan, hoy se manejan por estadísticas, si lo cualitativo es muy útil peor a mi modo de ver es un elemento de la evaluación.
Es inevitable motivar a los alumnos por el acceso al conocimiento desde todos los órdenes de la sociedad.

La educación es inversión si no tomamos a la educación como una responsabilidad colectiva es muy difícil solucionar el problema porque para universalizar la educación no sólo es necesario que haya más niños y niñas en las escuelas. En la evaluación, el docente debe tener un punto de referencia desde el cual partir para establecer niveles, de acuerdo con el cumplimiento o no de los objetivos que se propuso cuando planifico un tema, esto es pedagogía, esto es enseñar, esto es parte no renunciable de la educación.
Me queda pensar que siempre estamos hablando de la sociedad del conocimiento algún día tendremos que pensar en la sociedad de la ignorancia.
