Por Emilia Baigorria

“ … la vida aun parece intacta, / esperando por mí, por mis cantares” dice Haydée Ávila en el poema Comenzar otra vez con la convicción de la fuerza e intensidad de su canto.
La poetisa (vale rescatar esta palabra, más en estos tiempos, dejando atrás algunos prejuicios) habita el universo de una de las palabras más plenas: maestra, evidenciando en todas sus actitudes su vocación. Nació en Jáchal en la provincia de San Juan radicándose en Salta en su juventud desde donde continúa entregando su palabra.
La poesía de la autora es delicada pero no por ello pierde profundidad, el vuelo de su palabra busca significados en temas infinitos como la eternidad, la esperanza, el amor, el mundo de la mujer, la naturaleza entre otros.
Y también las voces del tiempo:
“En este mundo de principios y finales, / el tiempo es un desgranamiento infinito, / en inquietantes fragmentos imprecisos/ donde la esencia del alma pierde el tino/ ”
Canta Haydée desde Alma en vuelo.
La autora ha reunido parte de su producción en tres libros: Esencia, Nostalgias tornasoladas y Desandando el amor publicados por la Editorial Juana Manuela.
Uno de sus poemas, Ausencia, muestra el camino de la palabra por la senda lírica.
Ausencia
Y un día vendrá el olvido
entre la lluvia azulada,
entre la noche irisada
y el dolor estremecido.
el amor se habrá perdido
como sueños de alas rotas,
sombra de penas ignotas,
en medio de los caminos
quizás buscando destinos
como vuelos de gaviotas.
Entonces, una mañana
sabrá de adiós demorado,
por ese rastro esfumado
sobre la senda secreta.
Pensamiento de profeta
que ya rondaba en el alma
como sinfonía en calma,
cuando las largas ausencias
eran claras evidencias …
y el corazón triste, empalma.
Tiempo de gris soledad,
los senderos bifurcados
muestran vientos resignados
que saben a libertad.
con nueva diafanidad
buscan indicios diversos,
de otros bellos universos
donde reencontrar la esencia,
que ahora es tan solo ausencia,
tan solo un recuerdo inmerso.
El amor no tiene olvido
tiene silencio y distancia,
ambos con gran relevancia
para el triste amor perdido.
En el éter difundido
sofocado en el tormento,
de un vacío pensamiento
entre alegría y tristeza,
esperando con certeza
el final alejamiento.
Es un regocijo para el lector el acercamiento a la palabra de la autora, quien con finura va ingresando a distintos universos, viaja por el éter, por el vacío, por el silencio, los reúne y los regresa renacidos.
Es el homenaje a la palabra de una poetisa con nombre propio: Haydée Ávila, en el día internacional de la poesía que se celebra el 21 de marzo.
Observo con mucho agrado, que hay un intenso y prolifico movimiento de escritores contemporáneos.
Mientras haya poesía todo es posible.
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