Por América Barrientos

Mujer… ¡Angelical pureza!
rosa suave que rozas mis mejillas
plena de gozo, amor, algarabía
¿Por qué te llena tanto esta pequeña vida?
Sublime intermediaria de la misión divina,
sólo el amor sincero te ha llevado a cumplirla
insegura, asustada, a la vez decidida
a hacer de este pimpollo una luz encendida
Abrázame…
Cobíjame en tus brazos como en aquellos días
dame con tu mirada esa paz, la alegría
de saberme hija tuya jamás desprotegida
Con el tiempo he pasado esa azul travesía
donde todo era juego, inocencia, sonrisas…
He aprendido a soltarme de tu mano bendita
que ha cargado mi escudo de verdad infinita
Hoy soy en el camino esa luz encendida
y he dado a tu rosal tres florcitas chiquitas…
Todavía no sé si soy como querías
pero sé que en el alma llevaré por la vida
todas sus enseñanzas Mujer, Madre y Amiga.
