El origen del «Tomate»

Por Alejandra Saravia Mónico

El tomate es originario de los bajos Andes, y fue cultivado por los Aztecas en México. Los Mexicas o aztecas lo conocían como xïctomatl, fruto con ombligo. Debido a esa palabra azteca «tomatl» los conquistadores españoles lo llamaron»tomate».
Existen evidencias arqueológicas que demuestran que el tomate verde, una especie que produce una fruta ácida y de color verde, que aún se consume en México, fue usado como alimento desde épocas prehispánicas. Esto hace pensar que el tomate rojo común también fue cultivado y usado por los pueblos originarios mesoamericanos desde antes de la llegada de los españoles. Es posible que después de la llegada de los españoles el tomate se cultivara y consumiera más que el tomate verde por su apariencia colorida y su mayor tiempo de vida después de ser cosechado.

Junto al maíz, la patata, el chile y la batata, el tomate fue introducido en España a principios del siglo XVI. Se cree que llegó primero a Sevilla en 1540, uno de los principales centros del comercio internacional, junto con Italia.  

Al principio se pensaba que era una planta venenosa debido a la presencia de tomatina, un alcaloide que se encuentra en sus hojas y frutos inmaduros. Así que inicialmente sólo se usaba como planta ornamental.  Afortunadamente para nosotros eso fue cambiando en el siglo XVIII, cuando se incorporó como un ingrediente culinario más.

TOMATICÁN

Hablar del tomaticán en la Argentina remite inevitablemente a la región de Cuyo, donde es uno de los platos típicos de su cocina, de la misma manera que existe en Chile, donde inició su aventura americana.
De colores llamativos y exquisito sabor, el Tomaticán tiene como ingrediente principal al tomate, que era muy utilizado por el pueblo de huarpe que habitaba la región cuyana y al que ellos llamaban “tomati”. De ahí deriva el nombre de Tomaticán.
En la época de vendimia los peones preparaban este guiso por ser barato, fácil de preparar y rápido de cocinar en el campamento. Los cosechadores se levantaban temprano y se iban a trabajar a los viñedos, mientras en el campamento, en un gran disco de arado se preparaba este guiso de vegetales.
Cuando llegaban de trabajar, se ponían recién los huevos y se podía ver a los peones debajo de los árboles comiendo el tomaticán en grandes rodajas de pan.
Se dice que las migas del pan cortado para comer el guiso que caían en la preparación, eran las que al final le daban el punto exacto.

INGREDIENTES
 Tomates grandes 4
 Cebollas 2
 Cebollita de verdeo 1
 Pan lactal 2 rodajas
 Leche
 Pan rallado
 Huevos 4
 Sal
 Especias
 Aceite

PREPARACIÓN

Remojar las 2 rodajas de pan lactal en leche tibia durante unos 10 minutos aproximadamente.
Realizar un corte superficial en forma de cruz en la base del tomate, sumergirlo en una olla con agua hirviendo durante unos segundos. Retirar y colocar en un bowl con agua fría.
Pelar los tomates, cortarlos en cuartos, quitarles las semillas. Cortar en cubos.
Cortar la cebolla en juliana, la cebolla de verdeo en finas rodajas. Cocinar en una sartén caliente con aceite hasta dorar.
Agregar los tomates, condimentar con sal pimienta orégano, tomillo. Cocinar durante 10 minutos a fuego bajo.
Incorporar las rodajas de pan embebidas en leche y revolver hasta obtener una mezcla homogénea.
Añadir a la preparación una cuchara sopera colmada de pan rallado, para obtener así una salsa espesa.
Sobre la misma sartén realizar 4 huecos separando la salsa, romper un huevo en cada hueco. Tapar la sartén para que se cocinen los huevos con el vapor.

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