MADRE, MUJER, VIRTUOSA E IDEAL

Quisiera tenerte aquí
y darte un abrazo tierno
y enjugarte con mis lagrimas
tus sufrimientos eternos.

Pero es en vano el deseo
ya no estás en este tiempo
tu recuerdo permanece
con el pasar de los vientos.

Recordarte los silencios
el aumento de tus senos,
y los largos nueve meses
que crecí dentro tu cuerpo.

Es en vano recordarte
acariciando tu vientre
mientras lento maduraba
el ángel para quererte.

Tu nombre de cuatro letras
de enorme significado
hablan de amor, de sentires
y de cariños pasados.

Ahora que no te tengo,
siento en mi alma un vacío,
un frío y mucho silencio
y te extraño cada día…

Y cada día te contemplo
en esa lápida fría
junto a las flores que dejo
y que riego con mis lágrimas
con tanto dolor que siento.

Ya no estás en mi camino
ya no estás en este suelo,
Mujer virtuosa e ideal;
¡MADRE! ahora estas en el cielo.