Por Daniela Leiva Seisdedos

¿Qué enseñanza nos dejan los hombres que construyeron nuestro pasado?. ¿Nos preguntamos qué es Ser independiente?
¿Estamos dispuestos a darle el valor que nuestro país merece esta palabra?
Tucumán se convirtió en la piedra fundamental de la Patria, allí comenzó a adquirir vigencia permanente las palabras “Libertad” e “Independencia”.

Han transcurrido más de 207 años desde que sucedieron estos acontecimientos que hoy recordamos y todavía escuchamos decir que somos una nación joven que intenta constituirse a sí misma. Hoy es un buen momento para no hacernos los desentendidos ni ajenos a aquel acontecimiento de 1816, la historia habla, la historia es maestra de vida como decía Cicerón.
Dos hechos destacados de 1816: la declaración de la Independencia de un nuevo país, hoy llamado Argentina y la organización final del plan de guerra de José de San Martín, que garantizaría la Independencia y llevaría el triunfo de los revolucionarios más allá de las Provincias Unidas.


Seguramente lo primero que destacarían es nuestra continuidad y eso no es poco. Nuestro país no es hija de nadie, tiene un nacimiento, tiene un pasado, una cultura, una lengua, una manera de ser argentinos. Y todo eso, se hunde en las raíces de la Historia, de nuestra historia.
Eran esos tiempos uno de los peores momentos para la Emancipación Americana; Simón Bolívar había sido derrotado, las fuerzas realistas apenas podían ser contenidas por las Guerrillas de Martín Miguel de Güemes y Fernando VII se había instalado nuevamente en el trono de España, tras la derrota final de Napoleón Bonaparte.
Un diputado de la época llamado; Fray Cayetano Rodríguez describía el momento diciendo:
Divididas las provincias desunidos los pueblos y aún los mismos ciudadanos, fue necesaria la firme voluntad de los congresales para comunicarle al mundo entero que ¡sí queríamos ser independiente.
Fracasado el intento de la asamblea del siglo XIII de organizar constitucionalmente a nuestra Patria, las Provincias son convocadas en 1815 a un congreso General para Organizar el Estado.

En este sentido, la independencia no es un evento sino un proceso de construcción de capacidades que muestra idas y vueltas, siempre objeto de una lucha política e ideológica.
Nuestro pasado, nuestro presente y nuestro futuro tienen su punto de encuentro: sí nos referimos a los esfuerzos que la Nación Argentina hizo, hace y hará por ser autónoma e independiente.
Para un pueblo independencia es sinónimo de soberanía, de autodeterminación, esto es el derecho y el deber de ejercer la autoridad en un territorio determinado, libre de toda dominación externa, asumiendo como sociedad independiente.

Lejos estamos de haber alcanzado la madurez necesaria para que todos los habitantes de nuestro país puedan vivir con dignidad y de alcanzar el modelo de nación que anhelamos.
Pese a una hegemonía de representantes de todas las provincias partidarias del centralismo porteño, el Congreso expresó en gran parte intenciones federales mantenidas por José de San Martín, Manuel Belgrano y Bernardo de Monteagudo. Luego de acaloradas discusiones, el Congreso del 9 de julio de 1816 proclamó la declaración de independencia argentina respecto de España y de toda otra dominación extranjera.
La libertad y la independencia son una construcción permanente, todos los días tenemos que luchar por ellas. Es importante que no dejemos de aprender todo lo que nos hace independientes, para seguir construyendo una Argentina en la que podamos vivir felices todas las personas.
Hoy 9 de julio es una fenomenal fecha para festejar, pero también puede ser una fecha ideal para reflexionar sobre nuestro pasado y hacia donde queremos ir como nación independiente.

