¿Por qué los niños nunca se equivocan… y tú sí?

Por Olivier Pascalin

Tu intuición se silenció el día que un adulto te dijo:

«Deja de hacer el tonto y piensa un poco».

Desde ese día… aprendiste a desconfiar de ti mismo; a confiar en la lógica por encima de tus instintos; a dudar de lo que sentías.Así que… aprendiste a ignorar esa vocecita, a silenciar ese radar interno, a sofocar esas extrañas sensaciones en tus entrañas.

Entonces esa conexión se debilitó. Como un músculo que ya no usas o un idioma que olvidas.

¿Y hoy? Necesitas ESTA luz en tu vida más que nunca.

La que te guió sin esfuerzo. La que te protegió de las malas decisiones.
La que te conectó con algo más grande. La buscas en todas partes.

En los libros de autoayuda; en los análisis racionales; en los consejos de los demás.
Pero es como buscar tus gafas cuando aún las llevas puestas. Porque tu intuición nunca se fue. Simplemente está latente.

Adormecida por años de «sé razonable». Sofocada por capas de «no está hecho».

¡La buena noticia es que este proceso es reversible! Es posible despertar esta conexión divina; reavivar el fuego sagrado que yace latente en tu interior; recuperar la claridad que guió tu infancia.

Al aprender a despertar tu intuición, reconectarás con esa parte de tu alma que YA sabe. Después, las decisiones complejas se volverán claras y fluidas porque tu brújula interior finalmente se reajustará con tu verdadero camino.

Todos tenemos intuición. Es un sentido escrito en tu ADN. Como la vista o el oído. Es imposible «no tener» intuición. Como tampoco lo es «no tener» sistema nervioso. Solo que hay una diferencia entre TENER intuición y ACCEDER a ella.

Es como tener un coche en el garaje, pero sin las llaves. El coche está ahí. El motor funciona. Pero no puedes conducirlo.

¿Tu intuición? Funciona. Te envía señales constantes: Esas extrañas «sensaciones»; esos sueños premonitorios; esas sensaciones físicas; esos «¡Lo sabía!» después. Solo tú has aprendido a ignorar estas señales. A racionalizarlas. A minimizarlas, o peor aún: a silenciar estas experiencias.

«Es solo una coincidencia»,
«Me estoy imaginando cosas»,
«Estoy paranoico».
La verdad es que: Tu intuición sigue hablándote, pero el volumen está bajo.

Por suerte…
No es tu intuición la que está rota. Es solo tu receptor el que está desafinado. Un poco como esas viejas radios FM…

Sabes que la emisora ​​está ahí. Pero solo oyes un crepitar. Giras el dial ligeramente y, de repente, sale la música. Clara. Nítida. Potente.

Lo mismo ocurre con tu intuición. Está transmitiendo constantemente, pero no captas bien la señal. Así que te pasas la vida descubriendo «a posteriori» que tenías razón; arrepintiéndote de no haber escuchado esa vocecita; acumulando amargos «¡Lo sabía!».

Escucha a tu alma». Este es el mensaje que debes escuchar. Amplifica el silencio para recibir un mensaje de tu alma; permítete (¡por fin!) pedir ayuda; aprende a complacerla hoy.

Esto te permitirá conectar de forma natural con tu esencia más profunda y recibir la guía que necesitas.

Publicado por oberlus1954

Ce qui est capital, ce ne sont pas les moyens financiers mais votre motivation et votre discipline.

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