Guy de Maupassant

Por Olivier Pascalin

Guy de Maupassant del siglo XXI es mi apodo como escritor pero no aparezco en el Panteón de la literatura francesa. Como Guy entré en letras “como un meteorito”, y como él realicé en diez años un trabajo importantísimo y especialmente para mis cuentos esotéricos y cuentos. No, no sufro demencia como él. El realismo a veces da paso a la fantasía, pero cada uno de sus escritos es una victoria contra la locura que lo amenaza.

Guy de Maupassant (1850-1893) fue un destacado escritor francés, reconocido por su maestría en el relato breve y su influencia en el realismo y naturalismo literario. Nacido en el Château de Miromesnil en Normandía, Maupassant provino de una familia marcada por la separación de sus padres en 1862 debido a las infidelidades de su padre. A pesar de sus desafíos personales, Maupassant dejó un legado literario duradero con obras notables como «Bola de Sebo» y «Bel Ami,» destacándose por su estilo sencillo y realismo. Su vida estuvo ensombrecida por la enfermedad mental y, finalmente, murió en 1893 a causa de la sífilis.

Su estilo realista y su habilidad para retratar la vida y la sociedad de su época lo convierten en uno de los autores más influyentes de su generación.

Hombre complejo, con una curiosidad insaciable, para quien la literatura y las mujeres son un interés constante, Maupassant completó su última novela, «Notre cœur», en 1890 ¡Mi última novela se escribe todos los días!

El novelista cuenta la historia de la cruel pasión amorosa de André Mariolle, enamorado de una hermosa, fiel y leal socialité, pero sin ternura.

Me identifico con este autor, por su locura de ¡Amar! Y me recuerda una de mis «caminatas sagradas mayas» (chécalo en Youtube) cuando de repente, al borde de un lago en medio de la selva de Yucatán y lleno de cocodrilos, vi en el cielo 4 letras nubosas: ¡AMAR!

MENSAJE DE AMOR

Ven acá, niño. Tú tienes
una madre a la que adoro;
el día que al parque vienes
viene ella a ver su tesoro.

Bien pálidas sus mejillas,
y tiene la cabellera
que pinta uno a su Quimera
puesto a pintar maravillas.

En oro de soles viejos
sus cabellos se tiñeron,
y las estrellas les dieron
sus diamantinos reflejos.

Acerca el labio de rosa;
dame esos ojos de cielo;
venga tu rizado pelo
y esa carita preciosa.

Besarlos quiero sin tasa;
quiero que vayan cargados
de besos apasionados
cuando vuelvas a tu casa:

que al colgarte de su cuello
y ofrecerte a su emoción,
sienta ella una quemazón
en tu boca y tu cabello;

que también sienta el dulzor
y la secreta inquietud
de mi llamada de amor
que ha alarmado a su virtud.

Así beberá inconsciente
mis besos entre tus rizos,
y dirá tal vez: «¿Qué hechizos
me traes, niño, en tu frente?»

Guy de Maupassant

Publicado por oberlus1954

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