Por Olivier Pascalin
Desde Londres, observando la gente desde mi mesa pensé mucho en Hipócrates. En el siglo IV, Hipócrates, el padre de la medicina convencional, definió 4 temperamentos energéticos en los humanos:
- El Nervioso, animado por una energía variable equivalente a la corriente alterna.
- Los Bilieux, animados por una fuerte energía equivalente a una corriente de 380 voltios.
- La Sanguína, animada por una fuerte energía con algunas variaciones equivalente a una corriente de 300 voltios.
- El Linfático, impulsado por una débil energía equivalente a una corriente de 110 voltios.
¿Cómo reconocer tu temperamento?
Aquí te damos algunas pistas que te ayudarán:
- El Nervioso naturalmente buscará protegerse. Preocupado y cauteloso, su primer reflejo será buscar su seguridad.
- El Bilious, con su gran energía, afrontará la situación y siendo ofensivo buscará controlar a la persona enojada y si es necesario por la fuerza.
- Los Sanguíneos tampoco huirán de la situación y buscarán resolverla mediante el diálogo.
- El Linfático, con su energía tranquila, tendrá una actitud más pasiva y dejará que otros resuelvan el conflicto.
¿Has encontrado el tuyo?
Dependiendo de tu temperamento, tus necesidades fisiológicas, psicológicas e incluso dietéticas son diferentes. Pero Hipócrates no reinventó la rueda…
Porque la medicina tradicional india ya había descubierto todos estos temperamentos hace 5.000 años creando el Ayurveda…
Por tanto, podemos comparar las dos ciencias:
El Vata dosha (energía), compuesto por los elementos Aire y Espacio, “producirá” un temperamento muy nervioso.
El Pitta dosha (energía), compuesto por los elementos Fuego (y un poco de agua) se subdivide en 2 temperamentos:
- El dosha Pitta-Vata (energía), compuesto por los elementos Fuego y Aire-Espacio “producirá” un temperamento “bilioso”;
- El dosha (energía) Pitta-Kapha, compuesto por los elementos Fuego y Agua-Tierra, “producirá” un temperamento “sanguíneo”.
El Kapha dosha (energía), compuesto por los elementos Agua y Tierra, “producirá” un temperamento “linfático”.
Es increíble que textos sagrados de hace 5.000 años ya contengan todas las claves del temperamento humano. Increible que tambien desde mi mwsa en un Pub londonense puedo observar y identificar esos temparamentos ¡sin ninguna dificultad!
Sin duda, porque la confianza en uno mismo está en el corazón de todos los grandes éxitos y yo he desarrollado bastante bien el mío como observador y escritor. ¡Me encanta observar!
Pero, ¿qué sucede cuando esa confianza parece evaporarse incluso antes de que tengamos la oportunidad de expresarnos?
Muchos de ustedes luchan en silencio, sintiéndose atrapados por sus propias inseguridades, ¿verdad?
La confianza no debe ser una lucha, sino un camino que se recorre con confianza. Nunca dejes que la falta de confianza en ti mismo te detenga nuevamente.
Las Tertulias de Juana Manuela 