Ramal C 14

Por Silvana Irigoyen

«Dejen la memoria ahí, donde se olvida el olvido»

La obra del Ramal C 14 incluye la construcción de 1.400 curvas, 21 túneles, 13 viaductos, 31 puentes, 9 cobertizos, 2 zig – zags y 2 rulos que cruza el tren. El viaducto La Polvorilla, es uno de los pasos más imponentes de la Puna, con sus 63 metros de altura.

La caprichosa geografía de la zona planteaba las complicaciones que Maury pudo superar con un proyecto que siguió tres premisas: no usar pendientes mayores a 2,5% cada 1.000 metros, las curvas no debían ser menores a los 120 metros de radio y tener siempre presente las sugerencias de los lugareños.

“­Huaytiquina paga, carajo!”, vociferaban los operarios que construían el ramal C-14 ( 1921-1948), en los boliches de la época.

Y es que no sólo la obra era magnífica por sus características técnicas, también lo eran los jornales que cobraban quienes estaban bajo las órdenes del ingeniero Richard Fontaine Maury. Dos mil hombres fueron contratados. El campamento principal se instaló en Campo Quijano y el ingeniero de Filadelfia no tuvo inconvenientes para reclutar esa cantidad de obreros, quienes aceptaron la oferta atraídos por el sueldo (era de $6,40, cuando en la época se pagaban $2), el sistema de trabajo (descansaban una semana luego de 21 días corridos de labores) y por el desafío de tender 571 kilómetros de rieles hasta “Huaytiquina o algún otro punto próximo a la frontera chilena”.

Sin embargo, muchas vidas se cobraría tamaña empresa y un panteón  en  una de las  quebradas  debajo de un viaducto lo recuerda, a pesar de los años transcurridos. Ese cementerio obrero  en medio de las montañas es la memoria de los olvidados.

Al fin y al cabo, las grandes hazañas se llevaron  adelante  por  mentes brillantes que las pensaron, pero también  por el sacrificio y trabajo de cientos  de anónimos  cuerpos que las ejecutaron.

Vaya este recuerdo agradecido por tantos nombres que abonaron el suelo del Ramal C 14 y que la Historia no registra.

Un comentario en “Ramal C 14

  1. Emocionantes referencias que motivan recuerdos, gracias Silvana por plasmar en tu excelente artículo una parte esencial de nuestra historia. A mí me toca muy de cerca por mi abuelo. Me has impulsado a escribir.

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