Por Olivier Pascalin

Se puede comprobar cada día un poco más, nuestro mundo está atravesando profundas convulsiones. Ya sean tecnológicos, ecológicos, económicos, políticos, sociales, sanitarios…
Positivos o negativos, todos nos vemos afectados directamente por estos grandes cambios que están remodelando nuestro futuro y, por tanto, nuestra forma de vida. Todo se acelera…
¡Y lo mismo ocurre con la Energía! En este mismo momento se están sintiendo nuevas energías (cósmicas, telúricas, vibratorias), más poderosas y superiores.
¿Deberíamos ver un paralelo allí?
En mi opinión SÍ Al hablar del «próximo mundo», no nos dimos cuenta de que ya estaba allí. Debemos acoger este aumento de energía para florecer lo mejor posible en esta mutación y en este «nuevo mundo» llámanos, cada uno a nuestro propio ritmo, a elevarnos para ganar serenidad, salud y plenitud.

Nos instan a convertirnos finalmente en lo mejor de nosotros mismos para lograr nuestra misión en esta tierra y contribuir a un mundo en armonía.
Aprovecha el aumento de la energía de la Tierra para elevar tu consciencia e irradiar.
- Cumple tu destino y haz lo que siempre quisiste hacer.
- Junta las piezas de tu rompecabezas personal.
- Ánclate definitivamente en tu camino de vida.
- Cambia de manera sostenible para avanzar hacia la felicidad y la autorrealización.
- Crea la vida que deseas en lo más profundo de ti.
Todo esto puede parecer un poco loco… Y sin embargo, es posible cuando se cuentan con las herramientas adecuadas.
Gracias a los secretos y técnicas de enseñanzas ancestrales inspiradas en los amshi tibetanos, curanderos filipinos, chamanes polinesios y otros médicos de lo invisible…
Podrás crecer en tu cuerpo físico y espiritual, en tu materia y en tu entorno. Somos conscientes del poder del pensamiento humano y de los inicios de la revolución energética.
Abre tu agudeza sensitiva más allá de los límites impuestos para abrir las puertas de tu subconsciente.
Un poema para reflexionar de la escritora salteña Salomé González Vega:
Caminos
Salomé González vega
Si buscaría su existencia
el ser en el espejo
solamente hallaría
la incompletud de la materia
y la comodidad de lo sincrónico.
Y ausente la imagen transparente,
habría sólo una parte de partes,
no conciencia completa del ser
y su sensibilidad;
sólo testimonio visible de su orfandad.
Mas inventaría en su desamparo
el infinito habitable del ensueño
que hace mella en la palabra oída
pero queda en la escrita.

