Juanamanuela la flor de la maleza

Por Argentina Mónico

“Crecí entre los rebaños, sin otra sociedad que los pastores y los soldados de mi padre. Era éste un guerrero piadoso y severo observador de la justicia y del deber, y, por consecuencia, sus compañeros de fatiga y de gloria eran como él, justos, piadosos, valientes y leales” (J.M. Gorriti)

Este ensayo ha sido realizado en el marco de la Diplomatura en Cultura Argentina cursada con el CUDES, Instituto de Cultura que conjuntamente con la Universidad Austral, realiza todos los años su convocatoria de estudio presencial o virtul, y a fin de ampliar mis conocimientos sobre Cultura Argentina, cursé diferentes módulos: Literatura, Arte, Historia, Pensamiento argentino, Música, Teatro, Religión, Cultura popular, Arquitectura, entre otros, logrando tener un panorama global sobre nuestro país y sus vínculos con América y el Mundo.

Me pareció interesante, desde mi rol de Editora, refrescar algunos temas vistos en mi formación académica y conocer otros que entrelazan el Arte, dado que a diario recibo obras de diferentes temas y géneros literarios.

Es así que me aboqué a analizar el accionar de nuestra querida Juana Manuela Gorriti, porque me ha permitido entramar saberes culturales, que hacen al contexto histórico, social y político que le tocó vivir, que se manifiestan en sus obras, resaltando el pensamiento argentino de esa época y las costumbres de la sociedad en la que vivió.

Así que les comparto el ensayo denominado «Juanamanuela la flor de la maleza«, haciendo alusión a la expresión vertida por nuestro General Martín Miguel de Güemes, cuando la conociera de niña.

Hablar de Juana Manuela Gorriti es hablar de la creación de nuestra Patria, porque justamente ella nació en los albores de la independencia, un 16 de julio de 1816, cuando su padre Don José Ignacio Gorriti aún estaba en las sesiones de la Casa de Tucumán, representando a Salta.

Abordar sus obras, es también hacer un recorrido por la historia de la independencia en Sudamérica; es abrevar  las ideas  de libertad  y emancipación que caracterizaron a los protagonistas de las gestas libertarias del siglo XIX; es, además, albergar  la cultura popular y la ruralidad, asumiendo posición frente a la dicotomía civilización y barbarie, que tendía a denigrarlas y desvalorizarlas. Estas  perspectivas,  sin duda, moldearon su pensamiento, y porque no, su identidad.

En Europa a comienzos del siglo XIX, las ideas libertarias se propagaron desde Francia al resto de los estados europeos.  En mayo de 1808, Napoleón Bonaparte invade el territorio español, arrestando al rey español Fernando VII, quien debe abdicar, quedando la plaza real en poder de José Bonaparte, hermano de Napoleón. Esta intervención extranjera, motivó que se planteara un cuestionamiento sobre la soberanía del nuevo monarca sobre sus territorios y súbditos, entre los que se incluía América, y por ende el Virreinato del Río de la Plata.

Las Juntas de América, vislumbraran la oportunidad de hacer que nuestro territorio se independizara. Pero las ideas libertarias, también dependían de quiénes estaban al mando del gobierno, así que toda la gestación del proceso libertario no fue nada fácil por las diversas luchas internas dentro y fuera del territorio del Virreinato.

Es ese momento histórico que le tocó vivir a Juana Manuela Gorriti y en la que fue formada, ya que la situación en las provincias del Alto Perú y en particular la jurisdicción salto jujeña, fue escenario de la lucha constante de resistencia a las fuerzas realistas. La familia Gorriti se sumó a esta lucha, en  defensa de nuestro territorio, participando de la famosa Guerra de Guerrillas, al mando del Gral. Martín Miguel de Güemes.

En esa lucha, fue clave el rol de las familias, ya que, si bien no iban al frente, acompañaban a sus gauchos, en la preparación de las vituallas, confección de uniformes y también asistiendo como emisarios en el envío de mensajes a las tropas.

Además de los gauchos que conformaban el escuadrón de Martín Miguel de Güemes, se sumaron los esclavos, muchos de ellos incorporados voluntariamente (sin autorización de sus amos), quienes abrigaban el deseo de libertad y autodeterminación.

Resulta interesante analizar los vínculos existentes en las tropas de gauchos, donde los hacendados, llamados patrones, conformaban junto con las personas que trabajaban en su tierra, verdaderas familias; pues no sólo trabajaban la tierra, sino que defendían los intereses de sus patrones, a quienes querían como si fueran de su misma sangre.

En este contexto social y político creció Juana Manuela, y se sintió  llamada a  hacer uso de su pluma para defender los intereses de la  Patria y dar voz a quienes estaban invisibilizados.

Sustentando estas ideas  García, Juan Agustín (1900) plantea en relación al sentimiento de libertad: “Creo que tres o cuatro sentimientos se destacan con bastante nitidez: la fe en la grandeza futura del país, el pundonor criollo, el culto nacional del coraje, el desprecio de la ley, que han sido los motivos de la voluntad social en esa época.” Juan Agustín García. La ciudad indiana. (p.5)[1]

La región de La Frontera, hoy conocida como departamento de Rosario de la Frontera (Salta), es el lugar donde nació y vivió Juana Manuela Gorriti, y en su familia, se distinguen tres personajes claves: su padre José Ignacio Gorriti, quién luego de la muerte de Güemes asume la gobernación de Salta; José Francisco Gorriti, llamado el Pachi, quién fue primera lanza de Güemes y murió en batalla,  y el presbítero Juan Ignacio Gorriti, quién tuvo un rol decisivo en Jujuy, donde fue nombrado gobernador. Los tres comulgaban las ideas libertarias y de defensa de nuestro general, ya que vivenciaban un profundo respeto hacia nuestra tierra, sus riquezas y sobre todo su población.  Y si bien existían luchas internas entre Federales y Unitarios, la familia Gorriti acompañaron hasta el final las decisiones de nuestro General.

Otra particularidad de La Frontera, fue su geografía y naturaleza, una tierra agreste, con monte tupido, conformado por plantas espinudas y un territorio con cerros y lomadas, que sirvió de escenario fundamental para la Guerra de Guerrillas; ya que los gauchos conocedores del lugar,  se ocultaban en el monte y salían como fieras a amedrentar a los españoles, con sus guardamontes y coletos haciendo ruido, provocando gran temor en las fuerzas realistas, que aprovechaban para ocultarse en la maleza y esperar un nuevo ataque.

Ese paisaje inhóspito será un insumo para recrear sus historias, y también para forjar su temperamento, ya que a pesar de diversas situaciones infortunadas que tuvo en su vida, siguió firme a sus ideales y su lucha.

Juana Manuela Gorriti, era una gran lectora y como toda integrante de una familia patricia, tuvo una formación humanística que se reconoce en el uso de un lenguaje cuidado. El  Romanticismo, movimiento que  caracterizaba el estilo escriturario de la época, atraviesa su mirada estética y ética. Pero también  supo abrevar en las fuentes de la cultura popular, creando su estilo propio.

Habiendo introducido este breve  contexto político y  social, trabajaré aspectos de la vida de Juana Manuela Gorriti, para comprender mejor su obra no sólo en lo  literario sino como una hacedora de nuestra Patria.

¿Cómo influyó el contexto en su personalidad y en su estilo literario? ¿De qué manera el pensamiento independentista motivó su accionar cultural? ¿Cómo influye la cultura popular en su estilo literario?

Habiendo introducido el marco contextual y teniendo el privilegio de ser descendiente de la familia Gorriti, comenzaré  dando respuesta a los interrogantes planteados, analizando primeramente el contexto que la vio nacer, Horcones (Rosario de la Frontera), que fue determinante para forjar su personalidad y además le dio insumos para su producción literaria.

La Frontera, es un amplio territorio en tiempos de la colonia, abarcaba las localidades de Rosario de la Frontera, Metán, Galpón, Anta y que geográficamente correspondía a lo que los jesuitas denominaban el Chaco Gualamba[2], un extenso territorio que abarcaba parte de Bolivia, Brasil y actual norte de Argentina, habitados por diferentes comunidades aborígenes.

Es una zona árida, agreste, conformada por una flora y fauna que está condicionada a las inclemencias del tiempo y donde los habitantes utilizan su ingenio para poder resolver las problemáticas diariamente.

Sin duda que ese contexto geográfico  marcó fuertemente  el desarrollo literario de Juana Manuela. La  escritora e investigadora  Leonor Fleming (2013), hace alusión a este aspecto formador que tiene el contexto, “la escuela como naturaleza”, donde resalta cómo ese contexto influyó en su formación literaria, ya que el conocimiento del lugar, sus costumbres, las particularidades de las personas, sirvieron de insumo para las narraciones posteriores. Así señala:

En la fronda lujosa de Rosario de la Frontera desarrolla el conocimiento y el amor por la naturaleza que supone individualizar cada hierba y cada árbol por su nombre: el lapacho por su copa rosa, el churqui por el pinchazo de sus espinas, el algarrobo en el dulzor de sus vainas y la frescura de la sombra. (…) Ella misma se presenta como la flor de la maleza, con frase que adjudica al general Güemes en el perfil que le dedica, cuando muestra al héroe en plena gloria, a la par que anticipa su propia muerte.” (p. 26) [3]

J.m.gorriti

Recordar su niñez, es viajar por los campos de Horcones y Miraflores, verla libre como los vientos, amante de la naturaleza, observadora y partícipe de las costumbres. Será esa geografía agreste que indiscutiblemente forjó su carácter, volviéndola aguerrida, inquieta e indomable. Cuando evoca a su terruño, manifiesta ese sentido de pertenencia y añoranza:

“¡Orcones! Hogar paterno, montón uniforme de ruinas, ¿habitado sólo por los chacales y las culebras que ha quedado de tu antiguo esplendor? Tus muros yacen desmoronados, los pilares de tus galerías se han hundido, cuál si hubieran sido edificados sobre un abismo. ¡Apenas si las raíces sinuosas de una higuera y el bronceado tronco de un naranjo, señalan el sitio de tus vergeles (…) Ah! Yo también sombra viviente entre estas varias sombras, yo también voy ahí con el recuerdo a reconstruir mi vida despedazada por tanto dolores y extraer del delicioso oasis de la infancia, algunos rayos de luz, algunas flores, para alumbrar y perfumar mi camino. (…) ( p. 205) [4]

j.m.gorriti

Hablar de la Frontera, es recordar la gesta güemesiana, la lucha de tantas mujeres y hombres y familias, que se sumaron a los ideales libertarios para abrazar una causa común: nuestra Independencia. Sólo los que viven o han vivido en esa zona comprenden la importancia del valor, la lucha, la honestidad, la valentía y el coraje.  Cualidades que sin duda forjaron a muchos de nuestros gauchos que defendieron nuestra Patria.

Serán esas familias patriotas, como Los Gorriti quienes educaron a sus hijos, con la convicción de ver a la Patria libre. Recordando ese tiempo ella expresa:

La que escribe nació en la Frontera de Tucumán, y en el recinto de un campamento, pasé los primeros años de mi infancia en la soledad de los campos, donde mi padre, coronel en el ejército patriota, había juzgado necesario relegar su familia, pues, las ciudades eran entonces, el teatro de la guerra. Crecí entre los rebaños, sin otra sociedad que los pastores y los soldados de mi padre… estos eran justos, piadosos, valientes y leales.”(p. 205)[5]

j.m.gorriti

Los paisajes de su infancia, aparecen en sus relatos en descripciones minuciosas, que dan cuenta no solo de su capacidad de observar e imaginar, sino también del conocimiento  acerca del relieve, flora y fauna de esos espacios geográficos; como también  costumbres y creencias de la  gente que los habita.

Diversos autores, hacen referencia a la importancia del contexto en el que vivió Juana Manuela en la construcción de su perfil literario, pero además de su estilo narrativo, también está su personalidad que imprime su sello principal, no solo desde la mirada de la escritora, sino sobre todo la hacedora de la Patria. Son sus ideas, aquellas que ha ido forjando desde la cuna familiar y en convivencia con su contexto particular, lo que determina la manera de expresar en palabras, lo que observa, siente y percibe de la realidad.

            “Su historia personal se encuentra entrelazada con la historia política del país, pero también por su voluntad de intervenir en la interpretación del pasado: a través de sus memorias literario-biográficas y de sus ficciones históricas apelando a su doble posicionamiento testigo y víctima”. Graciela Batticuore (2005, p. 288)

Es tan variada la producción literaria de su obra, que nos permite encontrar vestigios de su sentir en relación a lo que la preocupa, en cómo fue educada, a su crítica en relación al contexto donde se encuentra, lo que podría decirse que muchos de sus cuentos son autobiográficos, uno encuentra parte de su vida representada en algún personaje, y eso permite no sólo tener una percepción personal acerca de su vida, sino trabajar con su propia realidad.

Para analizar un poco su pensamiento libertario, cito una parte de su obra “El mundo de los recuerdos”[6]:

“Dormid tranquilos el beatífico sueño, ínclitos iniciadores de la grandiosa idea que fermentan nuestro espíritu; no está lejos la hora en que, cual nosotros, los hijos de todos los pueblos americanos, se alzarán unidos por un mismo pensamiento, cumplirán en los infames que pretenden tiranizarlos, corromperlos o explotarlos, ejemplar justicia, y un abrazo de fraternidad hará, de América Latina, desde el golfo de Darien hasta el estrecho de Magallanes, lo grande y gloriosa nación que vuestra mente divisara en un profético miraje.”( p. 9)

j.m.gorriti

El pensamiento libertario estuvo presente hasta su muerte, porque luchó con su pluma para liberar a los pueblos y lograr que nuestra Patria Grande fuera libre.

Considerando este aspecto que hace a la cultura popular que moldeó la formación de esta escritora, Pablo Alabarces señala:

Entre 1812 y 1879. Los modos en que el letrado representa lo popular –lo narra, lo captura, lo disciplina, lo expurga, lo estigmatiza, lo reivindica, lo produce, lo inventa, entre tantas otras posibilidades– no se limitan a la literatura. Podríamos arriesgar, siguiendo a Valeria Añón, que ya las Crónicas de Indias del siglo XVI son los primeros textos que narran ese encuentro: como guerra y como alianza. Y a partir de allí, los letrados latinoamericanos –desde los coloniales hasta los poscoloniales– se interrogan casi obsesivamente por sus “otros”: para ser reiterativo, por sus gauchos, sus indios, sus negros. Una hipótesis quizás excesiva: ¿lo hacen incluso cuando los silencian?[7]

Pablo Alabarces

Para analizar el estilo literario de Juana Manuela Gorriti, también es importante analizar los enfoques literarios reinantes en esa época, como lo fue el Romanticismo, que en el Perú, lugar donde residió durante su exilio la mayor parte de su vida y dio inicio a su actividad literaria, tuvo un enfoque especial.

Lima, durante fines del siglo XIX, era centro del cultivo de las bellas artes, donde el Romanticismo estaba presente en producciones literarias, líricas o de teatro. Y es en ese paisaje cultural que Juana Manuela Gorriti, inaugura las Tertulias literarias, las que fueron centro de atracción de la sociedad, en particular de las damas, donde podían expresar sus sentimientos a través de la palabra, generando un ambiente literario y artístico, al que concurrían artistas de la época, como Ricardo Palma que la denomina «La Bohemia de mi tiempo».[8]

El romanticismo  fue un movimiento literario y artístico que tuvo un impacto significativo en América del Sur durante el siglo XIX. Este movimiento se caracterizó por una fuerte exaltación de las emociones, la imaginación y la naturaleza, y una crítica a la razón y la racionalidad que habían predominado en el siglo de las luces. Los escritores románticos buscaron reflejar las pasiones humanas, los paisajes de su país y la lucha por la independencia y la identidad nacional.

La cuestión de la identidad nacional y el mestizaje fueron temas recurrentes en la literatura romántica americana. Los escritores exploraron la herencia cultural indígena y española y se preguntaron sobre la formación de una identidad nacional.

Pero si bien el Romanticismo marca el estilo de Juana Manuela Gorriti, también lo hará la cultura popular, aprehendida durante su infancia, en contacto con su pueblo; ese saber ancestral, que se pone en evidencia en diversas producciones literarias, como lo fue su primera novela La Quena.

El indio fijó en mi madre una mirada de tierna y dolorosa compasión, murmurando tristemente… Ella también, como sus abuelos, debía caer en los lazos que esa raza impía tiende á nuestros sencillos y afectuosos corazones. En vano seria, desventurada hija del Cuzco, que yo te descubriese el sombrío porvenir que leo en este momento sobre tu frente y la de tu hijo, porque nadie puede huir de su destino, y además la voz del amor, dulce y sonora, cubriría la voz trémula, aunque inspirada, del anciano.”(p. 28)[9]

j.m.gorriti

Pero además de entramar lo clásico con lo popular, sus narraciones evidencian particularidades del género fantástico, que según la escritora y crítica literaria María Negroni, la literatura fantástica latinoamericana es una derivación de la literatura gótica.

Resumiendo, será esa época histórica y el lugar geográfico que la vio nacer, la que marcó su estilo literario, llevando en alto la bandera de la libertad a través de su pluma. Una escritura sin freno, que la lleva a mostrar nuestra cultura hacia afuera y a habilitar espacios culturales, en los que daba  voz a la mujer cuyo protagonismo cultural  le había sido negado hasta entonces.

Juana Manuela es y será una Hacedora de la Patria, una flor de la maleza, porque La Frontera, moldeó su personalidad y su estilo de escritura, siendo una mujer cultivada, logra también entramar y respetar el lenguaje de su pueblo, haciendo visibles a muchos personajes que defendieron nuestra Patria.

Güemes la llamó la “Flor de la maleza” y creo que su caracterización es más que precisa, porque fue una mujer sensible pero aguerrida a la vez, como esa maleza que ante cualquier inclemencia sigue presente, difícil de erradicar.

Considero que la época en que nació Juana Manuela, los albores de nuestra Patria, ha sido crucial para definir su pensamiento y estilo literario, como así también, ese contexto geográfico y familiar en el cual se educó, sustentada en los valores de amor a la Patria y defensa de la Tierra, han sido el sustrato para toda su obra.

Hablar de Juana Manuela, es reconocer su valentía para poder luchar contra estereotipos de la época, sin medir su propia reputación, porque estaba convencida de que a través de las letras podía encontrar su libertad.

“Una vez que se ha entrado en el camino de las letras, hay que marchar, marchar siempre…”

            Gracias Juana Manuela, por trazar un sendero para que muchas ¡seamos Juanamanuela!


Citas:

[1] García, Juan Agustín (1900) La ciudad indiana. (Módulo de Pensamiento argentino).

[2]Ramírez Velazco en uno de sus escritos lo delimita como al norte de Tucumán, arriba del Valle de Jujuy y Serranías del Alto Perú.

[3] Fleming L. La Tierra natal (2013, p. 26)

[4] Gorriti J.M. (1892). Lo íntimo.Tomo VI. Alicia Martorell (comp. 1999)

[5] Gorriti J.M. El mundo de los recuerdos. Tomo VI. Alicia Martorell (comp., 1999).

[6] Gorriti J.M. El mundo de los recuerdos. Tomo VI. Alicia Martorell (comp., 1999).

[7] Alabarces, Pablo Pospopulares: las culturas populares después de la hibridación / Pablo Alabarces. – 1a ed. – San Martín: unsamedita; Guadalajara: Universidad de Guadalajara, 2021.

[8] María Delia Gatica de Montiveros. “Juana Manuela Gorriti, aspectos de su obra literaria. Musa americana. Biblioteca Virtual UNL.

[9] J.M. Gorriti. (1995). Sueños y realidades. Tomo IV. Salta. Ediciones Noroeste Argentino.

Fuentes consultadas:

Publicado por Juana Manuela

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