Más allá del cuerpo

Por Olivier Pascalin

La medicina occidental actual se ocupa principalmente de nuestro cuerpo físico, con la posible excepción de la psicoterapia que explora los giros y vueltas de nuestra mente. Es eficaz porque podemos considerar nuestro cuerpo como una máquina cuyas partes pueden repararse.

Sin embargo, hay una dimensión que se le escapa por completo: nuestro cuerpo energético.

Esto explica por qué nuestra medicina a veces se muestra impotente ante ciertos trastornos que no comprende. El cuidado energético se basa en el siguiente principio:

Existe una fuerza vital, o una energía sutil, que circula dentro y alrededor del cuerpo. Las experiencias y emociones vividas pueden bloquear o interrumpir estos flujos de energía. Esto puede tener como resultado diversas consecuencias físicas y/o psicológicas.

Al actuar sobre estos flujos de energía, el practicante reequilibra todo el organismo en su dimensión energética pero también física, estando ambas interconectadas.

«Todo en la vida son sólo energías y vibraciones». Esta declaración no es mía sino de Albert Einstein.


Sin embargo, la evidencia científica que valida la existencia de estas energías es limitada. ¿Cómo podemos entonces hacernos una idea precisa de la eficacia de estas prácticas? Volviendo nuestra mirada hacia tradiciones terapéuticas desde otros horizontes.

¡Y por qué no, suponiendo que tengas la suficiente apertura de mente, poniéndolos a prueba!

Hay un mundo en otra parte.

La fuerza vital, esa energía que todos poseemos, ha sido tenida en cuenta desde hace milenios por diferentes culturas para sanar.

Ya sea que la llamemos Chi (en China), Qi (en Japón), Prana (en India) o incluso Aura (en diversas terapias holísticas), esta energía debe circular libremente. Es entonces una extraordinaria fuente de vitalidad y salud. En cambio, cuando se trastoca por un motivo u otro, empiezan los problemas.

Los tratamientos energéticos proporcionados por curanderos de otras culturas se basan en la misma evidencia curativa que la cirugía o los medicamentos aquí.

De estas prácticas nacieron diversas especialidades como la acupuntura o el shiatsu que empiezan a hacerse un nombre en Occidente.

Sin embargo, si la curación energética está bien establecida en otras partes del mundo, no olvidemos que también tenemos una tradición de curanderos. Los curtidores de huesos han existido en el campo durante siglos, y puedo decirles por experiencia que son efectivos y tienen una gran demanda incluso hoy en día, ya sea cortando fuego o imponiendo las manos para curar, el principio sigue siendo el mismo: usar el magnetismo para movilizar las fuerzas curativas naturales del cuerpo que circulan en forma de energía.

¿Con qué tratamientos energéticos deberías empezar?

La curación energética incluye varias prácticas que tienen como objetivo equilibrar e interactuar con la energía del cuerpo.

Mi lista no es exhaustiva y sólo he conservado prácticas puramente energéticas, es decir, en las que no hay interacción directa con el cuerpo (de ahí la ausencia de acupuntura en esta selección, por ejemplo).

Así que aquí están los que te recomiendo que pruebes: ¡un toque terapéutico!

Es un enfoque energético que se inspira en varias prácticas curativas tradicionales, incluida la imposición de manos.

Fue desarrollado a principios de los años 1970 por Dolores Krieger y Dora Kunz. En concreto, los practicantes mueven las manos por encima del cuerpo para detectar y reequilibrar los flujos de energía.

El objetivo es removilizar las fuerzas físicas, emocionales, psicológicas y espirituales.

El contacto terapéutico está reconocido por la Orden de Enfermeras de Quebec desde 1987 como herramienta de cuidados complementarios a la profesión. Se trata también de un ámbito que ha sido objeto de numerosas publicaciones científicas que atestiguan su eficacia sobre la ansiedad, los trastornos del sueño e incluso el dolor.

Sanación Pránica

Se trata de una técnica antigua reintroducida y hecha accesible a todos gracias a las enseñanzas de Choa Kok Sui, fundador de la guía pránica moderna. Utiliza prana (término sánscrito que significa energía vital) para tratar trastornos físicos o psicológicos.

La práctica consiste en trabajar el cuerpo energético del paciente con el objetivo de «limpiarlo» y revitalizarlo.

Terapias de sonido

La musicoterapia y la sonoterapia utilizan instrumentos específicos u ondas sonoras (con cuencos tibetanos, por ejemplo) para inducir la relajación, reducir el estrés y mejorar el sueño.

Estas son las diferentes frecuencias que nos guiarán hacia un estado de bienestar armónico o, por el contrario, hacia una entropía que sea fuente de estrés, o incluso de enfermedad.


Oraciones curativas

Algunos practicantes confían en prácticas espirituales para restaurar la salud y la armonía en general.
Entre estos practicantes se pueden encontrar tanto seguidores del chamanismo como hueseros. Los bomberos utilizan una oración particular para brindar su atención. La gran ventaja de esta forma de tratamiento es que se puede practicar de forma remota.

Biorresonancia

La biorresonancia es una terapia energética asistida por ordenador.

El principio es escanear al paciente para visualizar y medir el campo de energía que lo rodea.

Luego, el practicante envía mensajes regulatorios al cuerpo a través de ondas electromagnéticas. Considerada una de las herramientas clave de la medicina energética cuántica, generalmente se practica utilizando instrumentos llamados “bioscanner” o “fisioscanner”.

La biorresonancia es particularmente eficaz en el tratamiento de la depresión leve a moderada. Según un estudio, sería incluso mejor que los antidepresivos.

Todas las técnicas que acabo de presentarles brevemente se pueden utilizar además de cualquier tratamiento médico tradicional sin riesgo. Durante la sesión de tratamiento, probablemente sentirás toda una gama de sensaciones.

Esto puede manifestarse como calor u hormigueo. También podrás visualizar colores, ver caras, escuchar sonidos, experimentar liberación emocional o tener un estado meditativo profundo.

Todo esto es único para cada persona.

Después de la sesión, probablemente sentirás una sensación de calma y relajación. Sin embargo, los resultados no siempre son inmediatos e incluso puede haber un período de transición durante el cual te sentirás mal.

Puedes sufrir náuseas, dolores de cabeza, ansiedad, trastornos del sueño, fatiga, trastornos del tránsito, etc. No debes preocuparte por ello y acoger con la mayor tranquilidad posible estos malestares. Al cabo de dos o tres días, los beneficios del tratamiento se verán reflejados, comenzará a sentirse y el bienestar se instalará.

Tenga en cuenta que a veces se necesitan varias sesiones para obtener resultados duraderos. Siempre le advierto contra los pseudo-practicantes que sólo están ahí para aprovecharse de su debilidad y vaciar su billetera.

Mantente a salvo y no pongas tu salud en manos de nadie.

Tenga en cuenta que algunos profesionales no cobran ninguna compensación por sus servicios. Son los más confiables. A menudo son hueseros cuyos dones se transmiten de generación en generación.

Obtener recomendaciones de amigos, conocidos o de un médico integrativo es otra forma de encontrar al médico adecuado. Tenga cuidado con las personas que le prometen grandes cosas y que le alientan a volver y verlas con regularidad.

Espero que esta carta te haya abierto nuevos horizontes.

Publicado por oberlus1954

Ce qui est capital, ce ne sont pas les moyens financiers mais votre motivation et votre discipline.

Deja un comentario