Por Olivier Pascalin

Todos estamos aquí para actuar de manera concertada y sostenida para promover un envejecimiento saludable.
La felicidad es sin duda la búsqueda principal de cada uno de nosotros.
Pero… ¿Qué es la felicidad? ¿Qué sucede dentro de nosotros cuando somos felices?

En realidad, si la felicidad se resumiera en una sola cosa, sería esta: ¡la serotonina!
Es simplemente la hormona de la felicidad. Es ella quien regula nuestro estado de ánimo, la que nos proporciona bienestar y la que crea en nosotros un sentimiento de satisfacción y plenitud, que se llama felicidad. Y esta serotonina no se crea fuera de nosotros, en realidad se produce en su mayor parte… ¡en nuestro intestino!

Esto se debe a que el 95 % de la serotonina la produce nuestro cuerpo y se produce en nuestro intestino.
El problema es que hoy en día, con nuestra forma de vida actual y la influencia de los lobbies agroalimentarios y farmacéuticos, nuestro intestino no está necesariamente bien tratado.
Esto crea depresión, ansiedad y una serie de otros problemas de salud, ya sea relacionados con el cerebro o no. Tus genes determinan apenas el 10% de tu longevidad.
Su capacidad para vivir una vida larga y saludable depende en un 90% de su estilo de vida.

¿Entiendes lo que esto significa?
Esto significa que depende de usted elegir lo que quiere llegar a ser dentro de 20 años, porque sí, puede actuar hoy para tener todas las posibilidades de conservar una buena salud durante muchos años más.
No soy un científico de laboratorio ni estoy en contra, soy un hombre de campo: un explorador de la salud. Por haber viajado por el planeta para estudiar los estilos de vida de diferentes pueblos: Nepal, Madagascar, México, Argentina, Paraguay, Senegal, entre otros. Después de todos estos años de investigación y viajes, he desarrollado un «código de conducta«, un protocolo basado en el conocimientos médicos más recientes, para optimizar mi salud a lo largo de los años.
Hoy tengo 70 años. Pero antes prefiero advertirte: si eres de los escépticos, si crees que todo esto es utópico, si crees que la enfermedad y la discapacidad son el resultado natural de los seres vivos, debo decirte que no es así.
Empezaremos con algo de anatomía sanadora o sea conocer su cuerpo es la primera medicación. Cuando sepas como funciona lo cuidarás más. Déjame llamarle «plomería«.

Los vasos sanguíneos hacen parte del sistema vascular y se caracteriza por ser tubos huecos como cañerías que transporten la sangre a través del cuerpo.
La sangre es una sustancia que suministra oxígeno y nutrientes a todos los órganos y también se encarga de eliminar los productos de desecho como el dióxido de carbono.
Existen dos tipos principales de vasos sanguíneos, perdón cañerías, que son las venas y las arterias. Las venas se encarga de devolver la sangre sucia con desechos al corazón y el segundo, las arterias transporta la sangre limpia desde el corazón hasta los órganos.
Sin embargo, se pueden presentar otros problemas debidos a la falta de circulación en la sangre, como la arterioesclerosis, que también se conoce como endurecimiento de las arterias. Esta patología se da por el cúmulo de depósitos de grasa que obstruyen las arterias, lo que puede provocar un infarto, ictus, accidente cerebrovascular, entre otros. Es fundamental tener buenos hábitos de vida desde temprana edad como una alimentación balanceada, actividad física regular, evitar fumar y consumir alcohol en exceso, entre otros. Asimismo, también es importante consumir ciertos suplementos vitamínicos para regular la salud vascular.

Los alimentos están compuestos por varios nutrientes. Entre ellos están los macronutrientes que aportan energía, y los micronutrientes: vitaminas minerales, y el agua. Los macronutrientes son los hidratos de carbono, los lípidos y las proteínas. Cada uno de ellos está formado por otras moléculas más pequeñas, que se unen para formar otra mayor. De esta manera, cuando comemos los alimentos, los macronutrientes se separan en sus componentes más pequeños para poder atravesar la mucosa intestinal y ser metabolizados y utilizados en las células.
Estos dos procesos se denominan digestión y absorción. En el caso de las proteínas, que son moléculas grandes y complejas en su forma espacial, sus componentes básicos se denominan aminoácidos. En la naturaleza, como integrantes de las proteínas, existen 22 aminoácidos en total.

Un aminoácido esencial es aquel que el organismo no es capaz de sintetizar por sí mismo y, por esto, debe tomarlo necesariamente desde el exterior a través de la dieta. Además, son aminoácidos necesarios para el correcto desarrollo de algunas funciones en el organismo. Los aminoácidos esenciales son entre otros : leucina, isoleucina, valina, metionina, lisina, arginina.
En el caso de la histidina, es un aminoácido esencial en la infancia que pasa a ser no esencial en la etapa adulta.
Lisina: participa en la formación de colágeno, elemento fundamental en las articulaciones. Se relaciona también con el metabolismo del calcio y en la formación de anticuerpos por lo que refuerza el sistema inmunitario.

Cuando un alimento posee todos los aminoácidos esenciales y en una cantidad considerable, se dice que contiene proteína de alto valor biológico. La proteína considerada de mejor calidad es la presente en el huevo, la albúmina. Esta proteína no solo contiene todos los aminoácidos esenciales para el hombre, sino que, además, se encuentran en una disposición y orden inmejorable para su absorción en el intestino.
También puede suceder que un alimento contenga todos los aminoácidos esenciales excepto uno, o lo posea en muy pequeña cantidad. En ese caso, se considera que ése es el aminoácido limitante en ese alimento para poder considerarlo como proteínas de alto valor biológico y el consumo de mínimas cantidades de aminoácidos esenciales es necesario para el mantenimiento de la vida.

Los requerimientos hablan de entre 20-150 mg de cada aminoácido por cada kg de peso y día. Con una alimentación variada que incluya todos los grupos de alimentos en las cantidades recomendadas, el contenido de aminoácidos esenciales es más que suficiente.
En principio, cuanto más proteico sea un alimento, mayor cantidad de aminoácidos esenciales aportará: carnes, embutidos y derivados; pescados y mariscos; huevos y alimentos derivados; leche y productos lácteos todos tienen proteínas de origen animal .Esto no significa que los alimentos de origen vegetal no contengan aminoácidos esenciales pero lo habitual es que les falte alguno (aminoácido limitante).
El arroz es deficitario en lisina. Ante deficiencias continuadas de estos componentes pueden aparecer síntomas a nivel del sistema nervioso, pero la afectación se hará evidente en todos los órganos y sistemas, como el aparato locomotor y lesiones a nivel muscular. También pueden evidenciarse dificultades en la cicatrización de heridas y en la recuperación muscular tras un esfuerzo.
Empezaremos con algunos consejos y la primera letra del alfabeto de las vitaminas necesarias. Solamente 5 de ellas tan importantes como los primeros 5 chacras:

La vitamina A, es un nutriente que tiene acción antioxidante y ayuda a mejorar la circulación sanguínea.
Mejora la salud visual: este nutriente en la forma de carotenoides, como la luteína y zeaxantina, ayuda a combatir los radicales libres y a proteger la retina, previniendo la degeneración macular y las cataratas, que son enfermedades asociadas con la edad. Fortalece el sistema inmune y Ayuda a bajar de peso. Su falta es causante de sequedad en los ojos, úlceras en la córnea, disminución y ceguera.
La vitamina A es encontrada en alimentos de origen vegetal, como la calabaza, tomate, berro, espinaca, y también en alimentos origen animal, como el hígado, yema de huevo y aceite de pescado, y es responsable de mantener la salud de la vista y promover el crecimiento y renovación de las células del cuerpo. Entre sus beneficios, este nutriente, al poseer propiedades antiinflamatorias, ayuda a aumentar los niveles de óxido nítrico en el organismo, una sustancia que promueve el relajamiento de los vasos sanguíneos, mejorando la circulación de la sangre.
Vitamina B12
Una vitamina que ayuda a la formación de glóbulos rojos, favorece el sistema nervioso, aumenta el ánimo y la energía, mejora el sistema inmunitario, combate la fatiga y el cansancio.

Facilita la absorción de hierro, retrasa el avance de la degeneración macular asociada a la edad, ayuda en la producción de melatonina y favorece la digestión, entre otros beneficios.

Vitamina C
Esta es un poderoso antioxidante fundamental para evitar la degeneración macular y la aparición de las molestas cataratas y está, principalmente, en frutas y verduras como las fresas, papaya, kiwi, naranja, mango, melón, brócoli, col rizada y pimiento rojo o verde.
Un vaso de jugo de naranja natural ofrece la dosis diaria recomendada.
La vitamina D es un nutriente que el cuerpo necesita para fortalecer los huesos y mantenerlos saludables. Es por eso que el organismo solo puede absorber calcio, el principal componente óseo, cuando la vitamina D está presente. Además, esta vitamina regula muchas otras funciones celulares en el cuerpo.
Sus propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y neuro protectoras contribuyen con la salud del sistema inmune, la función muscular y la actividad de las células cerebrales. La vitamina D no se encuentra naturalmente en muchos alimentos, pero puedes obtenerla de leche y cereales fortificados, y pescado graso, como salmón, sardinas y caballa.
El cuerpo también la genera cuando la luz solar directamente convierte un químico en la piel en la forma activa de la vitamina (calciferol). Las personas mayores de 70 años necesitan vitamina D al día para mantener sus huesos fuertes y saludables juega así un papel crucial en la función muscular. Los músculos esqueléticos contienen receptores de vitamina D, lo que sugiere que esta vitamina tiene un impacto directo en su funcionamiento.


Vitamina E además de ser un poderoso antioxidante, también ayuda a prevenir las enfermedades degenerativas. Es ideal para ayudar a prevenir las cataratas. Los especialistas de la salud recomiendan añadir a la dieta el germen de trigo, ya que es fuente de la vitamina E y se puede encontrar en aceite o en polvo.
Este ingrediente lo puede usar en cualquier preparación de las comidas. Además, consumir aceites vegetales, guisantes, nueces, semillas de girasol, ciruela, manzana, plátano, aguacate, espárragos o tomates, puede ayudar a mejorar la visión. Cabe mencionar que hay diversos factores que ayudan a mantener los ojos sanos, como tener una dieta saludable que incluya frutas y verduras, especialmente las que aporten vitamina A, C y E.
Asimismo, alimentos ricos en licopeno y omega-3, los cuales ayudan a prevenir la afección. A todo esto hay que sumarle rutinas saludables no solo de alimentación, sino de actividad física, lo cual permite la regeneración celular por medio del ejercicio. Acuérdense que la sangre también se encarga de eliminar los productos de desecho como el dióxido de carbono.
Tú, como yo, sabes que ducharte para eliminar la contaminación diaria es importante para sentirte bien, tonificado, relajado… Y sobre todo limpio.

Entonces, ¿por qué no hacer lo mismo con nuestras emociones negativas?
¿Alguna vez has sentido ansiedad o angustia nocturna, fobias debilitantes, trastornos físicos inexplicables o incluso dificultades para dejar ir que están envenenando tu vida?
Pueden ser la causa de emociones reprimidas o de estrés postraumático que no ha sido tratado adecuadamente. Las emociones negativas son shocks que cierran tus chakras, debilitan tus vibraciones y destruyen tu energía vital diaria.
¡Todo lo que no se expresa, se imprime!
Sí, están impresos en todas partes a través de múltiples síntomas:
- Conductas desadaptativas (bloqueo, huida, agresividad, procrastinación, adicción, hiperactividad, trastornos de atención (TDA),
- Trastornos de la alimentación (TCA),
- Trastornos obsesivo compulsivos (TOC),
- Estados psicológicos desagradables (estrés, depresión, ansiedad, agotamiento, etc.),
- Manifestaciones crónicas molestas (dolor, eccema, taquicardia, extrasístoles, insomnio, ataque de pánico, depresión, etc.)
Esto es lo que he visto durante 50 años. Si nuestras emociones están mal gestionadas o mal expresadas, nuestro campo energético personal se altera y crea poderosos bloqueos en nuestros flujos de energía.
Es momento de darnos una ducha mental para descargar nuestros chakras, purificar nuestra aura y aligerar nuestras cargas emocionales. Cuando limpias tus cuerpos sutiles, restauras el reequilibrio energético y activas la liberación de tus emociones. Y eso es exactamente lo que te ofrezco.

