Por Argentina Mónico

Me andan preguntando
no i´ sabio contestarles,
que noticias les daría
de estas vastas soledades.
Con la plata de mis pagos
hazme Platero un anillo,
que me encadene a una moza
fragante a sol y membrillo.
Coplas, coplas quiero
humildes cuando me muera,
quiero música criolla
sonando triste en mí ausencia.
Aquí vengo carnaval
deshojando flores negras,
así las penas se van
por su camino de piedras.
Alegria carnaval alegría
talco albahaca serpentina,
en la hermosa Ucrania
la humanidad mal herida.
Cállense pues coplitas
coplitas no se hagan odiar,
se ponen tan cargosas
siempre quieren cantar.
Agrupación cuatreros de coplas
Es un placer recibir y leer estas coplas de un grupo de amantes de este tipo de poesía tan nuestra y tan sentida. Para acompañar un poco al análisis de la copla, encontré un trabajo de investigación sobre la copla española en América Latina, que me pareció interesante así que comparto algunas partes del texto:
Estas canciones semiliterarias (coplas, décimas, romances nuevos) fueron traídas al Nuevo Mundo por los conquistadores y colonizadores durante los siglos XVI y XVII. Por lo que constituyeron la capa primaria de la poesía popular hispanoamericana, a partir de la cual se formaron otros géneros del folclor criollo. Varios factores condicionaron la evolución de la poesía española en América, entre ellos: la ruptura con el suelo nacional y la existencia en otro medio geográfico, étnico, social e histórico, así como el cambio del carácter y del ideal del pueblo, la influencia de las tradiciones india y africana, o la formación de una cultura mestiza.
En relación a su sentido, expresa lo siguiente:
El rasgo más característico del arte menor es su laconismo: cada texto expresa una idea completa; lo que define otra particularidad de la copla y géneros parientes: el carácter de improvisación. Esto se revela, primero, en la capacidad de un ‘cantaor’ de componer instantáneamente el texto nuevo, fundándose en la estilística canónica; segundo, en la posibilidad de incorporar las coplas ya conocidas a las series temáticas no limitadas (llamadas cantares), y, tercero, en la elección de los versos conocidos, de entre los centenares existentes, que correspondan a la situación concreta (de este modo, los géneros del arte menor pueden servir como medio de comunicación poética y lúdica. Finalmente, esta tendencia a la improvisación condiciona los rasgos del arte menor, como su vínculo estrecho con la realidad circundante y, principalmente, su capacidad de transformar el mensaje sin cambios significativos en lo que respecta a la forma literaria y musical
Otro aspecto importante, tiene que ver en cómo se transformó la copla española en el contexto americano, en virtud al entorno, la cultura y el lenguaje:
La copla, por su naturaleza, está orientada al reflejo inmediato del entorno, por eso contiene abundantes topónimos, nombres de animales, de plantas, etc. A todas estas realidades del medio las llamaré ‘fondo épico’ de la lírica folclórica. Por supuesto, las características geográficas, étnicas y sociales debían reflejarse de tal o cual manera en la copla: en boca de un cantante americano sonarían ridículos los topónimos españoles u otras realidades de la vida española. Por eso la mayor parte de las coplas españolas que contenían elementos de su fondo épico fue olvidada y la menor parte quedó sujeta a la variación particular, la que podemos llamar ‘variación intencional’. Este tipo de variación reflejó la consolidación de la conciencia nacional y los primeros intentos del folclor criollo de buscar su propio desarrollo. La variación intencional consiste en el cambio consciente de las realidades españolas a las americanas.
Para los que quieran profundizar mejor el análisis sobre la copla y sus vínculos con el entorno, les dejo la fuente consultada.
Fuentes:
- Kofman, Andrey. La copla española en América Latina. La Colmena, núm. 79, julio-septiembre, 2013, pp. 65-78. Universidad Autónoma del Estado de México Toluca, México
