“PEQUEÑA COMO LAS GOTAS DE UN SUEÑO”

Por Jorge Triviño Rincón

Describir a mi madre, es una de las cosas más hermosas, como lo era ella. Era una mujer menuda, delgada y pequeña, y quien mejor la define, es el cantautor español Emilio José, a quien he escuchado innumerable cantidad de veces, al evocar su sin igual estampa.

Había nacido en un pueblo cafetero del departamento del Tolima, denominado Líbano, que limita con nuestra región.

Nuestra familia debió huir de quienes fueron llamados como la chusma. Una cantidad de bandoleros, que pertenecían al partido conservador o al partido liberal, que se disputaban el poder, y que luego se convertirían en grupos armados alzados en armas contra el estado.

Llegó hasta un municipio llamado Apía, en el departamento del Risaralda, que también colinda con nuestra tierra.

Nos asentamos en un terreno de la zona rural, desde la cual se puede ver el río Cauca en todo su esplendor cuando el sol declina y lo llena de luz dorada con sus haces esplendorosos.

Debió asumir por completo las riendas de nuestro hogar, después de que mi padre emigró hacia el Chocó para construir un alcantarillado en Quibdó, siendo engañado por un ingeniero de apellido Toro.

Durante un año completo, se dedicó a lavar ropas ajenas y a asear los hogares cercanos, día tras de día, mientras yo me dedicaba a cuidar a mis hermanos y luego, ir a estudiar a la escuela cercana a nuestra casa.

En una ocasión, teniendo siete años de edad y cursaba primero de primaria, iba a salir para lavar las ropas en la casa de un docente; pero antes de irse, le dije:

— Mamá: No hay nada para hacer el almuerzo

Ella me miró con una dulzura especial que jamás olvidaré, y me respondió:

—No se preocupe, confíe en La Divina Providencia. Nunca nos faltará nada.

Esta aseveración, fue el principio de una confianza perfecta en Dios, ya que quien ha hecho Soles, Estrellas y Galaxias, jamás olvida a sus criaturas, enseñanza que me ha servido para afrontar las situaciones más difíciles y abstrusas y que ha iluminado mi vida de manera extraordinaria.

Pues viniendo de una mujer tan sabia y amorosa, ha sido quizá la más grande de todas las que he recibido y ha guiado mi sendero.

En otra ocasión, estaba ella calentando thinner, una sustancia bastante inflamable, y que explotó, encendiéndose la cocina de madera, y también la mano derecha de mi madre, pues levantó el recipiente y se le prendió la mano, con la llama. Yo me hallaba en el fondo de la cocina y las llamas me rodearon. Como no encontraba la manera de salir de allí; ella apagó el fuego con la ropa. Su mano sufrió quemaduras a raíz de aquel suceso. Esta acción dejó en mí, huellas indelebles y para siempre.

Otro día, cuando iba a estudiar a la escuela que quedaba a un kilómetro de distancia, la encontré en mi camino. Ambos estábamos en plena calle.

—¿Ya almorzó?— Me preguntó.

—No madre—, le respondí—. En la casa no había nada

Ella llevaba en sus manos un plato dentro de una bolsa. Lo sacó y me dijo:

—Siéntese a comer. Usted no puede estudiar sin haber comido…

—¿Pero aquí, mamá, en la calle?

—Sí, y me hizo sentar en el borde el andén.

El lugar aún existe, y de paso, cuando camino a visitar a mi hermana que vive en esa casa materna, me siento en esa acera, la doy gracias por su acendrado y sincero amor, y rememoro su figura y su voz frente a mí, repitiendo:

“Siéntese a comer. Usted no puede estudiar sin haber comido…”

En otra ocasión, mientras estudiaba en mi colegio, decidí, al salir en horas de la tarde, irme a visitar a una novia que vivía en un municipio cercano, sin haberla llamado.

Yo me senté en una silla que quedaba a la mitad del bus. Allí había escasamente dos personas, y estaba muy oscuro. De pronto oí una voz que decía:

“¡Jorge!” Era la voz de mi madre.

Al llegar a casa, ya muy tarde, le conté lo sucedido y ella me contó:

“Yo estaba rezando por usted, pidiéndole a la virgen para que no le pasara nada, también le prendí una vela.”

Aquella revelación conmocionó mi alma de forma trascendente.

Como a ella le pagaban algunas veces y otras no, me contó que cuando necesitaba dinero ella le decía mentalmente a la señora a quien le lavaba ropas: “Doña Lesbia: hoy necesito dinero” y la ama de casa, le preguntaba antes de salir:

“Obeida: ¿necesita plata?”

Todos estos hechos, hablan de la grandeza de una mujer, que era pequeña en estatura, pero que tenía un alma brillante y esplendorosa, y que iluminó mi vida de manera portentosa .

El siguiente poema, está dedicado a esta venerable madre:

LAS MANOS DE MI MADRE

Las manos ajadas de mi madre
acariciaban flores,
con el mismo amor con que la luz
roza el agua y la besa.
Eran dos pétalos de rosa
que aromaban
cuanto sus dedos tocaban.
Sabían plañir
cuando yo estaba triste
y también sonreír
cuando yo estaba alegre.
Acariciaron mi frente
cuando mi cabeza
era apenas un capullo,
y luego cuando niño
la elevaba para
 mirar a las estrellas.
Sus dedos perfumados
tocaron mi cabello
para dejarlo limpio
como agua de la fuente.
Lavaron ropa ajena y
plancharon muchos cerros;
cocieron para gente
que apenas conocía,
y supo que es mísero
quien yanta su pan
y niega las migajas
al servidor humilde.
Sus manos bendecidas
consagraron mis días,
mis noches, y mi vida.
Su amor fue un escudo
de luz que me amparó
y es un ángel que a mi lado
está en mis desgracias, 
y que también se alegra
 de mis felices días.
Supieron de la angustia,
del hambre y del dolor,
 enjugaron sus lágrimas,
 y las de mis hermanos
y acariciaron prestas
cuando hubo apremio.
Sus manos benditas
guiaron las mías
y me enseñaron a escribir
las palabras más bellas
de cualquier diccionario:
Dios, Amor, y Madre,
Bien, Verdad, Belleza,
Fraternidad y Libertad.
Sus manos piadosas
me enseñaron a juntarlas
y a pronunciar el nombre
más sagrado y puro
que dicen las criaturas
al unísono: Dios.
Después cuando fui adulto,
sus manos candorosas
me dieron su bendición
para seguir mi ruta
y encontrar mi destino.
Las manos de mi madre,
eran las alas visibles
de la caridad que había
en su hermoso corazón.

Publicado por jorgeeliecertrivigno

BIOBIBLIOGRAFÍA Nacido el 27 de enero de 1958 en la ciudad de Manizales. Estudios de dibujo y pintura artística en Bellas Artes, Manizales. Escritor de literatura infantil y juvenil. Ganador de mención de honor y de recomendación editorial del Premio Andino y Panamá Enka de literatura infantil y juvenil, con la novela infantil: “Ricardo Caracol”. Obras disponibles en: www.lablaa.org del Banco de la República: “El canto de la cigarra” (Poesía infantil) y “Ricardo caracol” Otras obras: “Rosa la luciérnaga” Publicada en la Imprenta Departamental de Caldas en 1992. Ensayo de carácter espiritual. Se han publicado cuentos cada mes, desde mayo de 2015, hasta el 2016, en la revista literaria: “La letra errante” de México. Ensayos publicados en la revista digital: Tras la cola de rata. Pereira, Colombia: Juan Ramón Jiménez y la rosa, La imaginación creadora, Proceso de la imaginación creadora, Anima Mundi; Amado Nervo, la búsqueda de sí mismo, Ramón del Valle Inclán y la Gnosis, Semblanza de un amigo, Iván Cocherín el poeta; Barba Jacob, un corazón atribulado, El tesoro de los magos, Grandes enseñanzas en Blancanieves, La sabiduría oculta en las palabras, La verdad y la mentira, El amante del viento y de la rosa, El mayor engaño y el mayor olvido, Inexistencia del eslabón perdido, García Lorca: dramaturgo y poeta del encanto, Luis López del Mesa: gigante de América, El amor según la sabiduría, ¿Qué es poesía?, Amado Nervo: La búsqueda de sí mismo. “Apólogos” Colección Cumanday. Editorial Manigraf. Manizales, Caldas. Octubre de 2015. “Ronda de la vida” Libro de poemas infantiles. Octubre de 2016. Obras en colectivo: • Escritos en cuarentena, en el año 2020. Editorial Manigraf, Manizales, Caldas. • Medellín, Colombia. Voces literarias en el año 2020. • Voces literarias. Editorial Manigraf, Manizales, Caldas, en el año 2021 • Poemario Baja California del sur. México junio de 2021 • Antología Mariposas peregrinas. Editorial Ave azul. Ciudad de México. noviembre de 2021. • Ensayo La imaginación creadora. Junio de 2021. Editorial Magenta. • Ensayo La imaginación creadora, diciembre de 2021. Editorial The University Press of the South. Europa.

2 comentarios sobre ““PEQUEÑA COMO LAS GOTAS DE UN SUEÑO”

  1. Cordial saludo, apreciado Jorge Eliécer.
    Qué hermoso y edificante relato, por no decir testimonio.
    Cada vez que compartes un tema en la tertulia de Juana Manuela, lo disfruto al máximo y vivo tus escritos, tan
    bellamente ilustrados.
    Muchísimas gracias, por compartir tus creaciones.

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  2. mil gracias, Rosita. Viniendo de ti, me siento halagado, pero mucho más porque sepan de mi amada mamá. Recibe un cordial y afectuoso saludo. Gracias por leer os.

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