Por Daniela Leiva Seisdedos

¿Hay demasiados brincos como para afrontar el cambio del status quo de la educación en Argentina? ¿La educación es una política de estado en Argentina?
En Argentina desde 1966 llevamos gobiernos democráticos y de factos y en esos gobiernos, la política hizo a la educación y no la educación a la política. Solo el presidente Arturo Illia invirtió en educación, en su gobierno alcanzó casi el 24% del presupuesto nacional.
La inversión educativa genera disminución en la brecha de desigualdad, pero…campaña tras campaña, pelas tras peleas y así sucesivamente. Nuestros alumnos necesitan de la educación hoy, están sentados en nuestras aulas hoy. La reducción del presupuesto en la educación implica un gran rezago en el nivel educativo país, reflejándose en la falta de infraestructura y la deserción de miles de estudiantes que no volvieron a la escuela.
Para desarmar la pobreza hay que invertir en educación.

La educación y la universidad necesitan reformas de eso nadie tiene dudas. No hay ideal de Argentina educativa, desde hace años. No hay Ministerio de Educación con responsabilidades serias de políticas educativas.
Desde la presidencia de Carlos Menem, hay hoy una simulación de conceptos en la presidencia de Javier Milei. Muchos reniegan de que la Nación delegó a las provincias el tema educativo, pero de alguna manera se sigue metiendo –y está bien–, es más debiera de tener más injerencia.

La educación debe ser equitativa, no igualitaria. «Igualitaria» es un concepto de decimonónico que no responde a la realidad de la educación actual. En el presente estamos ya en el siglo XXI, ¿o no?
Preguntas como ¿la verdadera intención de declarar a la Educación como un servicio esencial es limitar el derecho a huelga? El artículo 97 del DNU que anunció el presidente Javier Milei establece que se considerará como “servicio esencial”, entre otros, a la educación denivel inicial, primaria y secundaria, así como los servicios de cuidado de menores y la educación especial.
El comité de Libertad Sindical de la OIT ya estableció que la educación no es un servicio esencial, interpretando que su suspensión no pone en peligro la vida, la seguridad o la salud de la población. En 2022, el Diputado Nacional Alejandro Finocchiaro, diputado de Juntos por el Cambio y exministro de Educación de la Nación durante el segundo tramo del gobierno de Mauricio Macri, también había impulsado un proyecto de ley para declarar la educación como servicio esencial. Además, existen antecedentes a nivel provincial: La Rioja y Salta tienen leyes al respecto, mientras que también hubo un intento de impulsar iniciativas en esta línea en la provincia de Buenos Aires durante los gobiernos de María Eugenia Vidal y de Daniel Scioli.

En el tema de la educación en Argentina se habla de programas, de acciones imposibles como si fuera posible. En Educación no se debe improvisar, pero lo vivimos haciendo.
La educación es una carrera de estudio, nunca se analiza así, siempre dicen apostolado, vocación, ect; obvio que los docentes, la mayoría tenemos vocación, como los médicos, políticos, secretarios de educación, etc. En nuestro país desde 1983 hubo 19 Ministros de Educación Nacional, sólo 3 eran docentes de escuela y de aula: Salonia, que duró 3.5 años, Sileoni, que duró 6.5 años y Perczyk, que duro 2 años. El resto, abogados y economistas, ¿será una de las causas de la baja de la calidad? Las Naciones Unidas en este año estima que faltan alrededor de 60 millones de docentes en todo el mundo, principalmente de educación secundaria, y claro, sobre todo, en los países en vías de desarrollo como Argentina.
La profesión docente no debe involucionar la calidad educativa. Nuestro sistema educativo actual se inició en 1884 con la ley 1420, la educación se profesionalizó, la docencia como Plan B, no genera buenos docentes.

El homeschooling o escuela en casa. Una cosa es clara, el proyecto de la Ley Ómnibus de Argentina no plantea el homeschooling, sino la opción híbrida a partir de cuarto grado, pero en Argentina lo que hoy se intenta legislar, en «cinco segundos» cambia, somos así, bastante «improvisados», jugando a decir que somos innovadores.
El sistema de homeschooling o escuela en casa data del siglo XVIII, de cuando los aristócratas aprendían con tutores. Así, por ejemplo, mi propia abuela, de familia «platuda», aprendió de esta manera, en los inicios del siglo XX, en el campo de Argentina. La desigualdad tecnológica es intrínseca a la social, por lo tanto, este tipo de escuela fragmentará más a nuestra sociedad.

Hoy, en esta sociedad digital, el tiempo avanza rápido, no pide autorización para entrar y aprender cómo se debe. Sí, lo sostengo, es avanzada, pero… ¿Para quién? La institución de la Escuela se debe renovar y para eso debemos preguntarnos ¿para qué la escuela?
La educación requiere la escolarización en grupo, con pares. Es conveniente educarse en un entorno en el que relacionarse con los demás alumnos y docentes, en donde haya una buena comunicación entre todos, pues también esto es materia de aprendizaje. Es necesario que en nuestros países las escuelas públicas dejen de lado la teoría de contención y comiencen con la educación real, no con la idealizada en el papel, recordemos que en la Pandemia quedó demostrado los resultados de «ir a la escuela desde casa».
Con la escuela en casa hay que tener a los chicos todo el día en el hogar y saber ayudarlos con las tareas, ¿los padres de hoy día se ocupan de sus hijos de esta manera?
Como docente de aula les digo que eso no es así. El colegio es un depósito, una suerte de guardería, se «guarda» a los hijos 5 o 6 horas por día, tienen una «niñera» de calidad, una ¿docente? que se ocupa de: su psicología, sus medicinas, su asistencia social, etc. La inversión de tiempo y recursos es para un proceso PERMANENTE y no emergente. Obviamente, nada de esto es para todos, es tan costoso como la educación privada.
En un país con educación no hay distinción de clases. La calidad de educación es un problema concreto que intiman respuestas concretas a corto plazo por parte de todos los gobiernos.
Hacen falta ideas, presupuesto y preocupación en serio por la educación, pero…ya largamos la campaña política para el 2025.


Un tema que debemos DEBATIR y mucho!!
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