El umbral del dolor

Por Olivier Pascalin

Llegué a un lugar conocido que desconocía por completo, ¿será porqué me equivoque de país otra vez? ¿o porque yo cambié sin saber que lo había hecho?

Alguna razón de ese cambio de situación emocional será. Intentemos juntos investigarlo a fondo. Hay cosas que con algunas personas como yo, solo pueden y suceden en un fin de semana largo o un día festivo. Obviamente no siempre son los momentos o cosas agradables que uno está acostumbrado vivir o escuchar, pero suceden nomás. Será cuestión de karma o de mala suerte.

Cuando uno piensa o espera el famoso fin de semana. cuando uno espera y piensa todo lo que va hacer, ese día festivo nunca se piensa en algo negativo o desagradable, pero sucede y cuando ocurre a uno nos saca del estado de confort y nos interpela.

El no estar atento para esas situaciones, a las lecciones diarias que nos ofrece la vida de manera gratuita, nos permite reflexionar sobre si en verdad estamos preparados para atender esos hechos, si hemos aprendido en la escuela a estar atentos.

Prestar atención no es tan fácil, como se parece, la atención no se presta se da. Vivimos en medio de ruidos que nos distrae, por lo que estar atentos es una acción muy difícil de sostener; tenemos en la mente y los sentidos con muchos disruptores que nos hacen viajar a otros tiempos y lugares. Por lo que estar atentos nos cuesta y más, cuando envejecemos .

Cuando no estamos tan atentos pues la vida juega con nosotros y nos deja con la boca abierta. Ahí vemos lo importante que es vivir con atención, eso no se aprende, se experimenta a cada instante. Ninguna escuela o academia lo enseña, es obvio que tampoco existe una carrera para eso.

Quizás existen profesiones que forman profesionales para atender a otros, y que debieran estar mejor preparados, porque justamente se supone que se dedican a atender a los demás, dije los demás y no a ellos mismos. Pero ¿qué pasa, cuando ellos no saben atenderse a sí mismos?

Dedicarse a eso es más que una vocación o profesión, es amar, observar, estudiar en silencio, escuchar cualquier tipo de sonidos, vibraciones. Es una contemplación aguda, un salirse de sí para ver con otros ojos, para estar preparados. Y esa agudeza no todos la tenemos, a veces contamos con alguien que nos la presta. Pero nunca debemos olvidar que es sólo un préstamo, una mínima ayuda temporal para darnos tiempo de entender ciertas cosas.

Entender no funciona si uno no presta la mínima atención a lo que intenta comprender. Si no escuchas menos entenderás, y la comprensión nunca te tocará, será todo un misterio divino o no, pero sí un misterio.

¿Cuales son esas profesiones más tocadas? ¿Quiénes son? ¿Qué tipos de seres fantásticos, bíblicos, oníricos, místicos son? ¿A qué género pertenecen?

Un árbol nace de una semilla, pero se desarrolla y crece según las condiciones de clima, ambiente, terreno… Un mineral la tiene más fácil, porque a cada rato se modifica, a cada siglo o mileño. ¿Y nosotros podemos adaptarnos al medio o sólo robamos lo que podemos, sin nunca devolverlo?

Todos nacimos de un dolor tremendo, proyectados a un mundo absurdo, inentendible, más sombra que asombroso, pero único, del cual no existe ninguna escapatoria. Por ello es necesario estar atentos y ayudar a otros, porque el mañana siempre será impredecible.

¿Porque pasar el umbral del dolor?

Tu mirada me hace existir.
Lo divino está en lo humano.
El mundo es perfecto pero confuso.
Que tus miedos sean mínimos.
Si el sol está en tu corazón
el sueño es la esperanza
en la gran rueda del tiempo.

O. Pascalin

Publicado por oberlus1954

Ce qui est capital, ce ne sont pas les moyens financiers mais votre motivation et votre discipline.

Deja un comentario