Su origen, el motivo de la celebración y su presencia en la literatura
Por Mary Dib Ashur

El mate una tradición argentina, que se dispersó por todo el mundo, tiene su día de celebración, y también un concurso nivel nacional donde se elige al mejor cebador del mate del país.
Horacio Abel Fernández fue galardonado como Mejor Cebador de Mate en la feria Matear y además fue el subcampeón en la edición 2023 de la Fiesta Nacional del Mate en Paraná.
El Sr. Aldo, uno de nuestros lectores, amigo de nuestra revista, radicado en Buenos Aires, muy gentilmente compartió conmigo el texto de Fernanda Jara.
Desde el 30 de noviembre de 2015 se conmemora el DIA NACIONAL DEL MATE,es esta fecha por el nacimiento del comandante guaraní Andrés Guacurari y Artigas, Andresito, uno de los primeros líderes federales de las Provincias Unidas del Río de la Plata y el único gobernador indígena.

La influencia guaraní y considerada un “regalo de los dioses”.
Amargo o dulce, caliente o tereré; con cascaras de manzanas u hojas de menta y carqueja… El mate acompaña casi toda la vida de los argentinos: desde aquel que madruga y se ceba unos antes de ir a trabajar, del estudiante que aprovecha el silencio de la noche para preparar una materia, hasta la de Lionel Messi en alguna concentración. Su sola presencia significa unión, amigos, familia… la unidad misma alrededor de un ritual tan argentino como Carlos Gardel.
Es tan popular que no hay personajes nacionales reconocidos que no hayan posado con un mate en la mano al menos una vez. Infusión misteriosa que capta la atención de los extranjeros que no dejan pasar la oportunidad de probar uno cada vez que pueden aunque luego frunzan la nariz mientras lo tragan.
Claro que la literatura argentina también lo hizo protagonista. Ricardo Güiraldes lo cita en la voz de su magnifica obra gauchesca, Don Segundo Sombra:
“En torno al fogón, casi apagado, concluía de matear la peonada y ligué tres amargos que me despertaron un tanto. Vamos -dijo uno, y como si no se hubiese esperado si no aquella voz, nos desparramamos desde la puerta hacia rumbos diferentes”
Ricardo Güiraldes
También es parte de la obra máxima de José Hernández, el Martín Fierro, el gaucho reflexiona con un mate en mano.
Aunque su uso se remonta a los antiguos pueblos guaraníes, pioneros en consumir de diversas formas las hojas de yerba mate, bebiéndola con agua e incluso mascándolas, desde el 30 de noviembre de 2015, se celebra el Día Nacional del Mate. Según los investigadores, los primeros en usar las hojas de yerba mate como infusión fueron los guaraníes que no tardaron en hacerla objeto de culto y moneda de intercambio. El caá —yerba, planta y selva, en su lengua— era “un regalo de los dioses”.

Pese a ese tributo, los que difundieron su consumo y sus virtudes en el Virreinato del Río de la Plata fueron los conquistadores españoles y, más tarde, los Jesuitas comenzaron a cultivarlo en las reducciones guaraníes. Fueron ellos los que la popularizaron. Así, el mate comenzó a imponerse como costumbre que lleva siglos y que nadie la pone en duda.
El investigador Pau Navajas, y autor de Caá Porã. El espíritu de la yerba mate, dice que esta es una de las costumbres vigentes y sostiene que los independentistas de 1816 debieron cebarse unos mates durante las reuniones en la Casa de Tucumán.
“En 1816 había un contexto de comarcas aisladas, con fortísimos regionalismos, y el mate era uno de los pocos elementos transversales, como el poncho. Era un elemento de construcción de identidad común. Por ello, debe haber tenido un rol muy importante en esa fecha, algo bueno para investigar profundamente ya que ninguna crónica o ilustración muestra a los congresales tomando mate en las sesiones”.
Pau Navajas
También cuenta que nunca fue discriminado por clases sociales sino que la diferencia estaba en qué le agregaban y en dónde lo tomaban: los aristócratas le agregaban leche, crema, canela o clavo de olor. “Mandaban a labrar sus mates a Potosí, con la plata de ahí. Cuanto más ostentoso, elaborado y barroco fuera, más refinado se lo consideraba. También tenían la figura de la cebadora, que se ubicaba en las salas de las casas. En aquel entonces el mate se ofrecía como hoy se ofrece un té o un café”, describe.
En la música y en la literatura
“Y sentao junto al jogón, a esperar que venga el día, al cimarrón le prendía hasta ponerse rechoncho. Mientras su china dormía tapadita con su poncho”, dice uno de los fragmentos el Martín Fierro.
José Hernández.
También lo citó Julio Cortázar en Rayuela:
“Mirá, un mate es como un punto y aparte. Uno lo toma y después se puede empezar un nuevo párrafo”.
Julio Cortázar
Para Jorge Luis Borges, la cita fue en la Revista Proa:
“Iguálenos el mate parejo y compartido, el mate que es de muchos como el sol y la luna, volcancito que humea caliente como un nido, manso reló que mide las horas de la duda. Dele a su honda guitarra. Mi corazón la escucha. Y ella, igual que un aljibe, desparrama confianza”.
Versos para Fernán Silva Valdés, de 1925.
En el cancionero milonguero, Francisco Canaro lo cita en “Tomá mate, tomá mate” (1951): “Tomá mate y avivate, que hay un dicho que dice: Recordarte, que el que pisa nuestro suelo, no se va si toma mate (…) Yo, en cambio, en una ocasión, con mi china me enojé y mateando conquisté, de nuevo su corazón. Tomá mate, tomá mate, tomá mate, mi china, tomá mate que es mejor, sin duda alguna, que el café, que el chocolate”.
Para el cantautor y poeta argentino José Larralde, el momento de mencionarlo fue cuando compuso la canción Mi viejo mate galleta:
“En tu pancita verdosa, cuantos paisajes miré, cuantos versos hilvané, mientras gozaba tu amargo, cuantas veces te hice largo y vos sabías por qué (…) En esos duros inviernos, cuando la escarcha blanqueaba, tu cuerpito calentaba, mis manos con su calor, pa’ quel amigo cantor se prendiera a la guitarra”.
José Larralde
BUDIN CON YERBA MATE

Para acompañar unos ricos mates, nada mejor que un budín también de yerba mate.
Ingredientes:
- 150 g de manteca.
- 180 g de azúcar.
- 3 huevos.
- 1 taza de mate cocido fuerte.
- 1 cdita de esencia de vainilla.
- 1 cda de ralladura de naranja.
- 1/2 taza de cascaritas de naranjas confitadas.
- 300 g de harina leudante.
- Azúcar impalpable a gusto.
Preparación:
Batir la manteca con el azúcar, cuando esta preparación este cremosa, agrega los huevos, de a uno por vez.
Incorporar el mate cocido, la esencia de vainilla, la ralladura de naranja y las cascaritas de naranja confitadas y picadas. Agregar la harina leudante y batir.
Colocar la preparación en uno o dos molde enmantecado y enharinado, hornear 45 minutos a fuego suave, controlar su cocción con un palillo o un tenedor.
Retirar, enfriar y espolvorear con azúcar impalpable.
Acompañar con unos mates, en agradable compañía de familiares y amigos.

