Preguntas básicas sin respuestas de un docente real de aula.
Por Daniela Leiva Seisdedos

Cuando decimos “todos a la escuela” ¿hablamos de inclusión? ¿La escuela es la única que tiene que incluir? Y en ellas ¿solo los docentes? ¿Y solo a un grupo de alumnos? Trabajar en la inclusión NO es fácil, se necesita paciencia, mucha, capacitación MUCHAAA, que obvio la pagamos nosotros. Gracias a Dios la mayoría de los padres colabora y lo entienden, pero hay algunos padres que dinamitan todo, lo destruyen y esto lo hacen en forma violenta, ¿por qué lo debemos aguantar? En la docencia nadie es mártir.
¿Qué pasa cuando la ley excluye a un grupo de alumnos?, ¿Qué sucede cuando se deja de lado al resto para beneficiar a un grupo muy minúsculo y no dar respuestas al resto? , el resto ¿no está incluido?. ¿Qué sucede cuando no se dan herramientas para solucionar los problemas y esto problemas se hacen endémicos?

La ley es beneficiosa si incluye a TODOS los alumnos, TODOS, a la institución, TODA, a los chicos que se deben incluir TODOS, a los que trabajamos, a TODOS, a TODOS los padres, porque si no se incluye a todos los derechos se convierten en privilegios.

La inclusión educativa toma en cuenta las características, habilidades y necesidades particulares de cada alumno, a efectos de brindarle un ambiente ideal para el aprendizaje, pero no se da, hay situaciones que, en beneficios de unos pocos, se excluye al resto y no es justo, NO es legal.
Los docentes de aula de algún modo estamos obligados a creer en la educación inclusiva sin ningún tipo de miramientos y sin decir nada; no se educa para unos pocos, se educa para todos y en esto está el éxito de la ley de inclusión educativa.

Para que la sociedad está preparada en la inclusión, necesitamos formar personas que normalicen que todos somos distintos pero iguales en derechos, que entiendan la diferencia, la diversidad, y las necesidades, pero si la ley NO atiende a todos, la ley y la sociedad falla, no iguala, arrincona y divide.
Hoy, en muchas escuelas estamos a un paso de escuelas segregadoras. La inclusión educativa no debe ser un rejunte de alumnos en el aula y que el docente de aula se encargue. Todos nos debemos incluir, NO algunos.
Una sociedad con aspiraciones de ser equitativa y abierta a todos, requiere una educación inclusiva y de calidad. Ahora…¿somos diversos pedagógicamente? ¿los gobiernos trabajan más allá del discurso para entendernos que somos diversos? ¿los que piensan la educación como política de Estado piensan que las aulas está compuesto por alumnos diversos?

El derecho a la educación no tiene excepciones, es universal y el Estado no puede hacerse el distraído, pero…se está haciendo.
Ni las escuelas solas, ni sólo los docentes pueden construir un orden social nuevo, sino están todos. La sociedad contiene en su seno la diversidad, que debe hacerse visible; la escuela es el ligar docente se construye, en la educación NO sobra nadie pero…
El progreso de los alumnos no sólo depende de sus características personales sino del tipo de oportunidades y apoyos que se les ofrece, pero que sucede cuando los padres no ayudan, nos viven amenazando, nos hacen la vida alienante, no nos dejan trabajar y tampoco deja que otros alumnos puedan ser, ¿qué pasa? ¿la ley los excluye?
La educación inclusiva es vista como un modelo que propone cambios estructurales en Argentina un país que no invierte en educación que todo está atado con alambres, debe verse como una aproximación al desarrollo de todo el sistema escolar.
Es necesario comprender que la inclusión implica la construcción de una cultura de diversidad que trascienda los valores de estigmatización aún presentes en nuestra cultura, pero se hace entre todos, no se aísla a nadie.

El valor de cada alumno como persona es lo que persigue una educación que se precie como tal, es la posibilidad de sumar humanidad a esta humanidad que camina siempre por la cornisa. La diversidad en la escuela es entre todos, pero muchas veces se plantea como problema y no como la oportunidad de humanizarnos para crecer y entendernos.

