¡Se trata de vibración!

Por Olivier Pascalin

Absolutamente todo está en estado de vibración… y si vibra es porque emite una frecuencia… podamos oírla o no.

Cada parte del cuerpo también está en estado de vibración…

Cuando todo está en orden, nos encontramos en un estado de “buena salud vibratoria”.

Vibramos como una “orquesta perfecta”… una sinfonía de salud… ¿Pero qué pasa si un violinista pierde sus partituras?

El cuerpo empieza a vibrar de forma desordenada… esto es lo que llamamos “malestar”.

¿Qué pasaría si pudieras restaurar la “parte” correcta al violinista?… ¿restaurando la frecuencia de resonancia correcta?

Las cosas que vibran a frecuencias similares necesitan muy poco esfuerzo para sincronizarse en armonía…

Si se afinaran un piano y una guitarra y se tocara la nota “C” en el piano, la cuerda “C” de la guitarra también vibraría (siempre que estuvieran razonablemente cerca una de la otra). En este ejemplo de la guitarra, la cuerda absorbió las ondas del piano, porque está sintonizada a la misma frecuencia. El sonido del piano hizo que la guitarra resonara al mismo tiempo que lo hacía.

Esto también sucede si sostienes dos diapasones… si golpeas uno, el diapasón que no fue tocado también comenzará a vibrar.

Siempre que hay frecuencias similares, la frecuencia más débil armoniza con la más fuerte.

Por ejemplo: Sincronización de los ciclos menstruales de la mujer. Reiniciar el reloj biológico interno después de un vuelo muy largo en avión. Luciérnagas que parpadean juntas al mismo ritmo y al mismo tiempo.

Esto pasa incluso con tu estado de ánimo… Por ejemplo “mala energía”. Cuando has estado cerca de alguien que está de mal humor, probablemente sus malas “vibras” te hayan “influido” y también te hayan puesto de mal humor.

O por el contrario, si estás rodeado de gente de buen humor… la energía común de la multitud también te pondrá de buen humor.

Asi que como lo decia Einstein: «¡Todo en la vida es vibracion!»