Por Luis Ponce

Sale,
así como el sol cada mañana.
Llega,
como el colibrí a la flor temprana.
Toca,
como tibia brisa
que acaricia mis mejillas,
y se va;
dejando
ese vacío abismal
que me sorprende.
Es mi sol, mi colibrí, mi brisa…
Mi bienestar,
mi barquito de ilusión
donde me hundo en alta mar,
y me pierdo,
y me encuentro,
y me evaporo,
para regresar en lluvia bienhechora.
El ser
que desestabiliza mi emoción,
me conmueve en su pasión
y me regresa
a lo dulce de la esperanza;
que ya creía muerta.
