Secretos del perfume

Por Hilda Palermo

A pesar que la palabra perfume se asocia siempre a una mujer, creo que también se debe asociar al hombre, porque de alguna manera las fragancias identifican a las personas que las usan, impregnando los sentidos y almacenando recuerdos; esta es una reflexión muy personal que me he sentido complacida al leer un informe de la Doctora Victoria de Andrés, de la Universidad de Málaga, en el que asegura que las amígdalas son el centro cerebral más relacionado con las emociones, mientras que el hipocampo está relacionado con la memoria, traducido, quiere decir que el olfato está relacionado con hechos que nos han ocurrido y que se guardan en nuestra memoria y que, en un momento dado, podemos identificarlos.

Los perfumes interaccionan con nuestras propias sustancias químicas que se encuentran en la superficie de nuestra piel, produciendo leves variaciones al mezclarse con nuestro sudor o con nuestro ph, la reacción es única y no es idéntica a las de los demás.

El escritor Plinio El Viejo decía que el perfume era el más volátil de los lujos y solamente era para la persona que se había perfumado.

El origen de la palabra, viene del latín PER FUMUN, que quiere decir por medio del humo, debido a que inicialmente, el perfume era para el ambiente, quemaban resinas, raíces, maderas, flores, hojas, etc., que producían humo perfumado.

En Roma, existían las tabernas ungüentarias donde se vendían estos productos; cada barrio romano tenía su propia taberna, propiedad de familias que conservaban sus fórmulas en secreto y las transmitían a sus descendientes.

El perfume y su industria se desarrollaron de manera distinta en cada país; hay muchos tipos de fragancia que no se consideraban perfumes, pero fueron los húngaros quienes llegaron primero al perfume moderno, usando aceite y alcohol.

El primer perfume moderno fue preparado para el uso personal de la reina Elizabeth de Hungría, conociéndose en Europa como Agua de Hungría, siendo el tomillo y el romero, sus componentes básicos.

En la antigüedad, la elaboración de un perfume era muy simple: el aroma se fijaba en una sustancia grasa que, generalmente era aceite de oliva, aunque también usaban el de sésamo o el de lino. A esta base líquida y grasosa, le añadían conservantes y colorantes como el cinabrio o la orcaneta de flores amarillas, aportando las fragancias, destacando el perfume de rosas, entre la mirra, la canela, el azafrán, el nardo, el narciso o el membrillo.

Habían distintas fórmulas que imprimían un sello característico a cada uno de los productos terminados.

Actualmente, la industria del perfume mueve millones de dólares y es, al mismo tiempo, una competencia muy fuerte para presentar el mejor envase, el mejor diseño, la mejor fragancia, siendo Francia, la que lidera esta industria, sin dejar de lado fragancias, aguas de colonia, lociones, etc., que se producen en muchos otros países.

Publicado por Juana Manuela

Empresa destinada a la publicación de textos de difernetes géneros literarios, como así también a la difusión de nuestra cultura latinoamericana.

2 comentarios sobre “Secretos del perfume

  1. Excelente, felicito a la señora Hilda Palermo, pues sus artículos están muy bien documentados , y son temas muy actualizados.

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