Por Argentina Mónico

Ya falta poco para comenzar el Otoño, y así como la naturaleza se prepara para la venida del frío, para renovar energías, y así poder resurgir luego del invierno en la primavera; el ser humano también comienza a sentir los cambios, y es un buen momento para reflexionar, para preparamos a lo que vendrá.
Como señala nuestro amigo Eduardo Ceballos:
El otoño de la vida, estación natural para tomarla como espejo, para empezar a comprender un poco mejor la vida. El árbol es un ejemplo donde mirarse, florecen en la primavera y se ponen bellos; dan sus frutos y sus sombras en el verano; se despojan en el otoño en un viaje hacia su interior; preparados meditan en el frío invierno. El ser humano, en el tiempo otoñal, debe despojarse de todo lo banal, lo innecesario, para concentrarse, corregir los errores, para valorar el amor, la paz, la salud, la amistad; tiempo de despertar nuevas ilusiones.
El otoño de la vida. Disponible en https://eduardoceballos.com/notas/el-otono-de-la-vida
Y ciertamente es momento de despojarnos de lo banal, lo inservible, para reflexionar sobre las cosas realmente trascendentales, como es la familia, los amigos, la salud, nuestra vida interior.
En la filosofía china, el otoño es una estación yin, tendente a lo receptivo, a la intuición y a la interiorización. Y así como la savia de los árboles se retira de las hojas y ramas, para volver hacia las raíces. Los animales también disminuyen su actividad y los días se hacen más cortos, y poco a poco aparece el frío.
Nuestras actividades se vuelven menos energéticas, pasamos más tiempo en el hogar, y es un excelente pretexto para disfrutar de la lectura, dialogar con la familia y preguntarnos sobre lo que sentimos y deseamos hacer…
Que este deseo del otoño se multiplique en muchos corazones, porque como sociedad necesitamos de un cambio, que nos permita volver a surgir como el ave Fenix; desde las cenizas para florecer.
Que el otoño nos ayude a prescindir de lo que no es necesario, para reforzar el interior y prepararse para un mundo transformado; serán las semillas de una sociedad más sabia que apunte a mejorar el mundo caduco. Nuestro futuro depende de si triunfa la codicia, o la lucidez.
Eduardo Ceballos
Ojalá que podamos alcanzar la lucidez necesaria para procurar un país mejor, un mundo mejor, ¡que lo necesitamos!, ¡que no se marchiten nuestras ilusiones!
El poeta Juan Ramón Jiménez personifica la estación en las hojas del amaranto, que en griego significa «que no se marchita«:
“Otoño, joven andaluz de ojos ardientes y cabellos áureos,
Juan ramón jiménez
todo vestido de brocado malva, con hojas amarantas en las manos”.
Siempre la poesía nos trae la magia de la reflexión y la dulzura, así que comparto un poema de una amiga tertuliana, Nelly Mormina:
Otoño dorado
El otoño llegaba
con su color dorado
y las hojas jugaban
en lugares soleados
de la mano paseábamos
en el parque vacío
la tarde ya se iba
el sol se había perdido
estábamos muy alegres.
Jugábamos como niños
todo era risa y canto
sentimiento y cariño
mientras las hojas caían
en ese parque al que fuimos
cuando sentimos al viento
zumbar en nuestro oído.
Ambas maletas blancas
de sueños estaban llenas
unos volaban al aire
y otros traían penas
los dos estábamos juntos
sin importarnos siquiera
de aquel otoño ventoso
de las hojas que cayeran.

Muy reflexivo y hermoso el articulo. Gracias
Me gustaMe gusta
Gracias amiga!! Me sumo a tus artículos que siempre nos hacen reflexionar😀
Me gustaMe gusta