Por Jorge Triviño Rincón

Me contaron que hace mucho—, pero mucho tiempo—, tanto que ya ni me acuerdo, cuando la humanidad iniciaba su desarrollo individual, que todo cuanto se imaginaba con amor, les era concedido; pero con el paso del tiempo, los seres empezaron a depender tanto de las demás criaturas divinas—, excelsas por demás— que se olvidaron de los esfuerzos propios y empezaron a sentir un raro sentimiento nacido de la angustia y de la aparente soledad, ya que los ángeles que les venían cuidando desde siempre, empezaron a desaparecer aparentemente de su vista a causa de rápida materialización de sus sentidos y de la falta de confianza en el Creador del Universo, aunque los pájaros continuaran hablando el divino lenguaje todos los días de sus vidas, pues sus ocupaciones en las faenas diarias les fueron absorbiendo.
En ese estado, fueron apareciendo en sus mentes, más no en sus corazones, un sentido de pobreza, aunque el sol irradiara su luz en abundancia y los frutos de los árboles los esparcieran a montones y el agua cantarina irrigase de manera portentosa cuanta criatura encontrase a su paso, en fin, a pesar de tal abundancia, entró en sus mentes desasosiego y creencia de que se les había abandonado.

Un día, un anacoreta que se había apartado del mundo para conocer las riquezas que yacían en su interior, se encontró en su camino a varios caminantes que pasaban junto a él para reconvenirle e indagarle al verle casi desnudo pero feliz.
—Señor —le preguntaron—. ¿Es usted feliz es ese estado de pobreza?
El anacoreta, les moró de hito en hito y les respondió apesadumbrado:
— ¿Juzgáis a los demás seres por la apariencia física? ¿Porque no visto lujosamente, creéis que soy pobre? ¿Porque no luzco joyas ni atuendos costosos
me sentenciáis? ¿Acaso veis mis vestidos sucios, o visto harapos o andrajos? ¿Habéis visto a las humildes violetas? ¿Necesitan adornos las rosas?
Todo cuanto veis tiene ya su belleza corporal o espiritual. ¿Conocéis lo que hay en el fondo de mi corazón? ¿Porque no es visible mi pensamiento, me creéis ignorante?
Yo he divisado vuestros edificios, calles y avenidas, pero he advertido también la miseria que anida en los alrededores y los rostros famélicos y tristes de hombres y mujeres que mendigan un trozo de pan para sus hijos. He recorrido todos los recodos de sus ciudades y he podido comprobar con asombro la forma como miráis a esos seres y la manera cruel y el indolente trato que les dais, pero no debiera ser así. Hubiera de brillar en vuestros corazones, la caridad y la misericordia para vuestros semejantes.
Los grandes almacenes con sus vitrinas llenas de joyas y ostentaciones, son expresiones de riquezas, pero yo me pregunto: ¿hay amor en sus corazones?
¿hay sentido de justicia social y de equidad? ¿podéis dormir tranquilos sabiendo que algunos de vuestros hermanos se han acostado con hambre?
Debéis hallar —primero— la riqueza en vuestros corazones. Debéis sacar la lujuria, la pereza, la gula, la ira, la envidia, la avaricia, la soberbia, el miedo, el odio y los celos, y encontrar el amor divino—, el sentido ideal de la vida…— ¡La caridad! Y cuando la hallareis, buscad a tu hermano y ayudadle pues solo así podréis avanzar en el camino de perfectibilidad que os ha trazado el divino Rabí de Galilea, el divinizado ser que anduvo por la tierra y a quien llamaron con sabiduría “La Rosa de Sharon”; el único mandamiento promulgado por él, es el pilar que sostiene el Universo. Se halla copiado en los corazones de los seres por la gracia maravillosa del Gran Arquitecto del Universo y es llamado: Amor —la fuerza que nos concede la inmortalidad.

Id y buscad en vuestros corazones los afines sentimientos de misericordia, de bondad y de piedad y acrecentadlos día tras día, día tras día y entonces hallaréis
la perla preciosa dentro de vosotros.
Los transeúntes callaron y un tanto apesadumbrados fueron a sus casas a continuar sus labores y otros, a meditar en las sabias palabras del anacoreta.
Un apólogo presente en la colección Pequeños Fabuladores

Estimado Jorge, muy hermoso el articulo para reflexión sobre las palabras de Anacoreta
Gracias🤗🤗
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Buenas tardes , excelente contenido para el aprendizaje en la vida cotidiana , especialmente estos momentos que vivimos , personas sin control ni valores …
Felicitaciones y gracias.
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Mil gracias, Arelis. Recibe un cordial y fraterno saludo de navidad y año nuevo, extensivo a todos tus seres cercanos. Puedes adquirir los libros en la editorial Juana Manuela. Te los pueden enviar por correo. Feliz día.
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Gracias, Lucila. Tú, siempre tan noble conmigo. Mil gracias.
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Hermosa moraleja,sabias palabras puso el autor en la voz del anacoreta y ciertamente si la humanidad sembrara algo de amor puro en su corazón tal vez permitiera acallar la voz atronadora de estos tiempos.Acerquemonos más al Señor,busquemos la armonía de la vida y encontraremos una ternura inimaginada para tratarnos. Bravo señor Luis 👏👏👏
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Muchas gracias por tu comentario. Recibe un cordial saludo. Te deseo una feliz navidad y un próspero año nuevo 2023. Mi nombre es Jorge Eliécer Triviño. En la editorial Juana Manuela puedes conseguir mis dos libros de literatura infantil.
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