Por Hilda Palermo
El mundo científico español ha recibido con admiración los resultados de los descubrimientos de Sagrario Mochales, experta microbióloga que, aún ahora a los 90 años de edad, sigue aportando sus conocimientos a la farmacología universal.
En 1979, aparece su nombre en la descripción de la tienamicina, recetado para infecciones muy graves, pero antes, había escrito un artículo científico para la revista Science, sobre la fosfomicina, el primer antibiótico de origen español.
Los grandes laboratorios del mundo tienen proyectos de búsqueda de nuevos fármacos para su comercialización y así llegó a España, la firma Merck, que encarga a Sagrario la búsqueda de nuevos elementos antimicrobianos. Sagrario trabajaba para el laboratorio español Compañía española de penicilina y Antibióticos (CEPA).
El descubrimiento de la fosfomicina fue casual, ella y su compañero producían una bacteria que mataba los microbios, las procesaron y al cabo de unos días, notaron unas manchas azules que iban, creciendo paulatinamente.
Tres años después, ya estaba lista la fosfomicina que actualmente, es una dosis, cura las infecciones de orina en las mujeres. Asimismo, descubrió que el hongo zaterian arboricora, que combatía la infección producida por otros hongos, era muy eficaz para combatir las infecciones vaginales.
Al cabo de un tiempo, y siempre para Merck, Sagrario aportó nuevos fármacos antibióticos, antifúngicos y la materia prima para producir la lovastatina, principio activo de la primera estatina.
Actualmente hay más bacterias en general que, según la OMS, para el año 2050, habrá más muertos por esta razón que, de cáncer.
A fin de evitar catástrofes mayores, la OMS y algunos laboratorios envían equipos de científicos para que busquen nuevas sustancias, como también recurren a los medicamentos antiguos para sustituirlos por otros más potentes, de acuerdo a la aparición de nuevas bacterias.
Las Tertulias de Juana Manuela 