Por Olivier Pascalin

A lo largo de su vida, primero a través de una poesía cada vez más alucinada, luego durante sus andanzas exploratorias y mercantiles en África, Arthur buscará derribar los muros entre lo visible y lo invisible, el mundo sensible y el de la inspiración, el sinrazón, impulsado por una insaciable sed de novedad, pero también, como un místico que nunca alcanza el objeto de su fe, profundamente torturado.
Artur Rimbaud es un poeta «absoluto», como lo describe Verlaine («Absoluto en la imaginación, absoluto en la expresión, absoluto como los Reys-Netos de los mejores siglos», escribe en su libro sobre sus contemporáneos los poetas malditos). Heredero de una cultura clásica, adulador de la armonía griega y de Racine, inspirado en Villon y Banville, parnasiano en sus inicios, Rimbaud se convirtió, no obstante, en un poeta reformador, zuritico e insolente, y en un eslabón cardinal entre el romanticismo y el surrealismo.
Autor imprescindible de una obra poética capital, adolescente precoz e irreverente, «pequeña inmundicia» (como se autodenominaba en una de sus cartas a Verlaine) soñador de París y de Europa, entonces poeta maldito y amigo íntimo de Verlaine, pero también comerciante de Abisinia , aventurero de Adén y Zanzíbar -esta tierra que fue su última fantasía y que nunca esperará-, Arthur Rimbaud llevó varias vidas a toda velocidad, hasta que terminó lisiado, golpeado, trágico.

El que ha sido apodado a su vez «el paciente vivo de la poesía«, (Mallarmé), el «gamberro«, (Fondane), «el ángel de Charleville«, (Claudel), «el hombre con suelas de viento«, ( Verlaine), «el genio impaciente«, (H. Mondor), el «surrealista en la práctica de la vida, y en otros lugares», (Breton), «el explorador«, «el traficante de armas«, este «vidente» con un fuego temperamento, todavía ejerce una gran fascinación en nuestro tiempo.


A Paul mi amado.
Mi ángel guardián de siempre.
Portador de mi incertidumbre.
Yo el loco vidente de todos los tiempos
¿Tu quién eres, todos mis tormentos?
Mi vida fue una vida «maldita»
Es decir, una vida de tormenta.
Incomprensión Yo tenia a penas 19.
Incomprensión Tu Paul con tus 29.
Tanto rebelde como enamorado o mas
Yo el explorador y traficante de palabras.
Transgresor y surrealista: ¿quién fuiste realmente?
Ocupabas mi corazón y mente.
Paul querido fuiste mi poeta maldito.
Fuiste el adolescente eterno.
Yo era tu música y en mi mano tenia tus sentidos.
Yo el comerciante de otros tiempos.
Yo era tu viajero alucinante
Yo el golpeado de la vida y algo insolente
¿Por qué todo terminó mi sol?
¿Por qué todo termino mi Paul?
Niño de nadie y abandonado.
Me heriste hasta mi mano
Luego de una noche de alcohol, peleas y sexo,
me abandonaste de un disparo.
Así firmo esas líneas ,Tu amante de siempre Arthur

