La sociedad que tenemos

Por Lucila Moro

Pensaba en lo que nos pasa, como sociedad activa, y lo hacía con mucha humildad tratando de mirar y analizar cada uno de esos pensamientos que a veces adornados con la altisonancia de frases lindas, los convertimos en palabras sin darnos un tiempo para la reflexión o considerar el contexto, el lugar o las personas que están oyendo…; y entonces me doy cuenta que esto parece ser un mal colectivo donde la añeja prudencia, el decoro y la sutileza ha dejado paso a esa necesidad de parecer superiores; donde hablar y tener protagonismo es más importante que escuchar y donde nos conferimos la licencia de decir cosas que creemos inteligentes o lo que se nos ocurra, amparados en también creer que liberando a través de la palabra nuestros pensamientos estamos siendo fieles a nosotros mismos, sin darnos cuenta que cada vez nos tomamos menos tiempo para analizar razonar o elaborar.

¿Como vamos a aprender si no escuchamos? ¿Acaso nos podemos dar el lujo de no pensar que cada persona tiene algo para enseñarnos? ¿Qué lleva a una persona a decir “¡no!… ¡no es así!” y dar argumentos poco entendibles o en el peor de los casos terminar diciendo lo mismo con otras palabras?.

Estamos circunscribiendo el mundo a un horizonte que no vá más allá de nuestras narices, y la interacción con el otro termina en el diván del terapeuta o en un diálogo en las redes sociales con gente a veces desconocida.

¿Tan estupidizados estamos que ya no sé puede hablar de fútbol, de religión, de política, de economía ni de amor.? ¿Por qué no escuchamos? ¿Por qué creemos estar un paso más adelante? ¿Por qué no creemos más en nadie? ¿Por qué nuestras frustraciones pasadas creemos que fueron producto de la confianza o falta de personalidad de nuestra parte? ¿Por qué hemos dejado de considerar al otro?

Es evidente que estamos cambiando y yo no me adapto; entonces yo y quienes sean como yo vamos indefectiblemente a desaparecer.

Los crédulos, honestos vamos a desaparecer, y entonces el mundo quedará enteramente para los vivos y sabios de siempre; para los absolutos y para los engañosamente buenas y sabias personas, que deberán googlear “el amor” para conocerlo o entender que no se acaricia con una lija en la mano, y que los bienes materiales no compran respeto.

Que no todo se paga con un fajo grande de billetes y que los esfuerzos de los demás no los podemos medir con nuestra vara porque seguramente jamás los vamos a llegar a valorar.

Sigamos educando con el ejemplo, los valores, la educacion y el respeto que nos enseñaron nuestros antepasados.

Publicado por vickylm57

Soy docente prof.de Educacion Fisica. Prof de Educación Especial. Prof Emerita de Danzas Cid Unesco Francia Escritora y autora de varios libros. Investigadora en Envejecimiento y cuidados del cuerpo, dictando conferencias, seminarios y clases magistrales dentro y fuera del País.

Un comentario en “La sociedad que tenemos

Deja un comentario