Por Hilda Palermo
Puch es un apellido catalán de origen eslavo, puede ser también Puig o Puche, está extendido por toda Europa y América y, en especial en Argentina, Perú, Chile y Estados Unidos de América.
De los afincados en España, Navarra, Vizcaya, Valencia, Cataluña, el origen sería Austria durante el gobierno de Carlos I, rey de España y Carlos V de Alemania.
Anteriormente se tienen otras noticias de la familia Puch como el Cardenal Ausías de Puch, en el siglo XV, nacido en Valencia y en el registro de comerciantes de Venecia.
Los hermanos Puch Iruzela llegan a América, a fines del SXVIII, a la Villa de Potosí en Bolivia, Alberto se queda en Potosí y Domingo sigue a Jujuy. La familia comienza a expandirse y encontramos en Chile (Iquique, Santiago y Valparaíso), en Argentina (Jujuy, Salta y Buenos Aires), en el Perú (Callao, Lima, Arequipa y Tarma) y en Estados Unidos (Los Ángeles, Chicago, Miami, New York y Washington).
Durante el comercio del guano con Europa, en el listado de pasajeros de uno de los barcos llegados al Callao en 1826, aparece el nombre de Pablo Puch, quién sería el padre de Dolores Puch; también aparecen en la Guía de Domicilios de Lima de 1863.
En Chile, se establecen en la Serena y en Iquique, así como en Santiago de Chile.
En el Perú, los encontramos en Tacna y Arica, teniendo vinculación con sus parientes de Salta y Jujuy. El movimiento comercial entre Argentina, Perú y Chile era muy intenso, además del ambiente político de guerra y exilio que daba lugar a formación de nuevas familias.
Asimismo, los encontramos en la ciudad de Tarma, en la sierra central del Perú, donde residía el prócer salteño Francisco de Paula Otero, primo de Martín Miguel de Güemes.
Toda esta genealogía nos lleva a explicar que las vinculaciones de los Puch en América, especialmente en Salta y Jujuy, provienen de una solo rama que es la española de Vizcaya.
Las Tertulias de Juana Manuela 