«El arte de enseñar es el arte de ayudar a descubrir»
Mark Van Doren
Por Daniela Leiva Seisdedos

Educar en valores nos compete a todos y no solo a las escuelas. La educación en valores es trascendental para que nuestra libertad no sea algo idílico que únicamente está escrito. La educación y los valores no es simplemente una asignatura concreta que deba impartirse en las escuelas, debe ser transversal a la vida de todos nosotros, es aporte de la libertad.
Hacer de nuestros hijos, buenos hijos es una de las tareas que más nos develan a nosotros los padres. Los hijos son el reflejo de lo que nosotros somos, son nuestra foto instantánea ¿qué relación existe entre la educación en valores y el proyecto educativo que deseamos para el futuro de nuestros hijos?, también es una duda existencial, ya que los valores son un tema transversal en la educación.

La educación y sobre todo la educación en valores no se inicia en el aula, debe empezar en el hogar, donde los padres transmitirán con el ejemplo, esto no se puede delegar. El ejemplo en todos los órdenes es una herramienta de educación.
Un ciudadano que sea valioso a la sociedad no nace, se aprende, se educa con los primeros educadores que son los padres, en la escuela, en el club, en los voluntariados, etc.; por ejemplo nadie nace rechazando al otro por ser de una religión o idea política, ha ser así se aprende y es aquí donde la educación en valores toma valor social. La crisis social que actualmente viven las familias las afecta directamente. Enfrentarnos a la tarea de educar puede convertirse en un gran reto para muchas familias. En la actualidad, son muchos los padres que se sienten desbordados ante la educación de sus hijos, pero ante este desborde se sale con límites y que esos límites se acuerden con hábitos de autoridad no autoritarismo.

Los valores son una guía para conducirnos en la sociedad. Lo primero a tener en cuenta es que nuestros hijos son, en cierto modo, el reflejo de lo que nosotros somos, ellos no van por la vida con una careta, eso no se disimula. Los padres transmitimos con el ejemplo y ellos son como esponjas aprenden lo bueno y lo malo y esto lo ponen en marcha en la escuela por ejemplo.
Educar no sólo significa tener las mejores calificaciones o competir para ser el resultado de una nota. Convivir en paz, con tolerancia al que no es igual a mí, y convivir con ese respeto en Derechos Humanos con inclusión, son un reflejo de nuestros intereses, emociones, pensamientos y creencias.

Son los padres quienes deben ayudarle a esta tarea y transmitirles valores básicos como por ejemplo el bien común o el respeto eso que tanto está faltando en nuestra sociedad.
Educar tiene que ser una tarea coherente entre enseñanza y aprendizaje, pero también se que el camino no es fácil porque no somos perfectos y ningún papá nace con un libro bajo el brazo, muchas veces quizás, solo hay que tener sentido común lo cuál es lo más difícil de todo.
Conclusión:
Y es que no hay universidades que generen especialistas en la carrera de ser padres, porque la educación es un proceso continuo y sólo conjugando el papel formativo de las escuelas, con las responsabilidades de las familias, es posible garantizar a todos una buena educación.
La orientación que brinden a sus hijos, debe corresponderse con su propia actuación; aprendizajes, valores y principios, en esto reside el éxito de la escuela, padres y docentes tras un bien común: nuestros hijos, porque docentes y papás siempre estamos educando.

Fuentes consultadas:
