¿Conocemos nuestro interior? 2da parte

Por Lucila Moro

En el artículo anterior vimos la importancia que tiene, saber manejar nuestras emociones para nuestra salud, donde usar la inteligencia emocional nos permite regular los sucesos que nos acontecen a diario.

Un consejo interesante en esta área es pensar en lo que le dirías a un amigo cercano o a un ser querido que se siente preocupado o ansioso. Enumere de 3 a 5 cosas que podría decirle a un amigo que se siente preocupado o ansioso por el coronavirus. Ahora, ¿puedes aplicar estas mismas estrategias a ti mismo?

Otros pilares vitales para reducir la ansiedad además de esta regulación emocional, que puede ser efectiva en cualquier momento o la práctica de la meditación mindfulness de manera formal, existen factores físicos esenciales para nuestro equilibrio (¡que también representan momentos ideales para meditar informalmente!). Aquí están los 3 parámetros de vida para preservar:

Alimento – Actividad física – Sueño

Alimento:

Permite que nuestras células grises funcionen de manera óptima, si comemos buenos nutrientes, también llamados «nutracéuticos«. Por otro lado, se ha demostrado que el consumo de dulces o grasas malas, a través de las toxinas y la hiperglucemia asociada, tienen consecuencias nocivas sobre el estado de ánimo y las funciones cognitivas.

Entonces, tal vez te estés preguntando ¿qué conexión hacer con la meditación? Simplemente permitiéndote este pequeño ejercicio muy simple llamado “alimentación consciente”, esta práctica se reconoce como un medio para limitar las compulsiones alimentarias que, como sabemos, generalmente se asocian con malestar emocional. En concreto, se trata de elegir los alimentos con conciencia, anticipando las comidas, en lugar de hacer un «rápido bien hecho» bajo la influencia del hambre.

Así tienes más claridad mental para elegir alimentos saludables y las combinaciones adecuadas. Al preparar tu comida, tómate el tiempo de observar, por ejemplo, la forma de tus vegetales, como si los estuvieras descubriendo por primera vez; tocar la textura, calificándola con adjetivos. ¿Es coloreado, suave, áspero, suave, granulado? ¿Hay un olor asociado al pelar la piel? Luego, si te apetece, prepara tu plato dejando trabajar tu creatividad, por ejemplo, dibujando un mandala… Si tienes niños, les gusta enormemente esta actividad, al igual que la sonrisa del hombre en el puré, el pelo en la ensalada, ¡o cualquier otra fantasía!

El arte activa el cerebro derecho, es una forma de conexión con tu intuición que conduce a un estado de receptividad y relajación. Luego, cuando llegue el momento de sentarse a comer, tómese el tiempo para observar a las personas con las que comparte la comida.

Luego comienza su degustación observando su comida y observando sus reacciones (pensamientos, salivación, gorgoteo en el estómago?). Huele los aromas que llegan a tus fosas nasales y mastica entre 5 y 10 veces los tres primeros bocados. Pregunta si quieres tus cubiertos después de cada uno de los primeros bocados. Intenta seguir el camino de los alimentos desde la boca hasta el esófago, esta práctica favorece la conexión con el momento presente y una mejor digestión.

Actividad física:

¿Qué mejor que las sesiones deportivas diarias para mantenerte en forma y canalizar tu energía? El yoga, el taï-chi o el qi-qong son prácticas todavía calificadas como “meditación en movimiento”. ¡Incluso el entrenamiento con pesas o el baile pueden ser excelentes oportunidades para meditar!

Centra tu conciencia en tus gestos, transiciones, en tu respiración, en las sensaciones de tu cuerpo… Aprende a respetar tus límites, lo que también agudiza la “autoconciencia”, útil en la vida cotidiana. Observa la calidad de las sensaciones físicas al final de la práctica y aprovecha para terminar tu sesión con una sentada en silencio para desarrollar tus cualidades como observador interior.

Sueño:

Imprescindible para regenerar nuestras funciones cerebrales, restablecer el equilibrio en nuestros neurotransmisores, el sueño es como una invitación a «dejarse llevar», a esa cualidad de abandono confiado en los brazos de Morfeo.

Se puede ser favorecido por pequeños rituales sinónimos de vuelta a la calma, a la relajación, a su refugio. Por ejemplo, prepárate un té de hierbas con un sabor reconfortante, y pruébalo con conciencia, desde el sonido de verter agua caliente en tu taza hasta observar las sensaciones al tragar, los automasajes te seducen, de igual forma, en conciencia, trae tu crema favorita y ofrécete un masaje en los pies, las manos, estando atento a las sensaciones en la piel.

Finalmente, cuando te sientas listo, sienta gratitud por tres eventos en tu día posiblemente colocando tu mano sobre su corazón. Esta gimnasia inspirada en la psicología positiva puede ayudarte a prepararte para una buena noche y un mañana más feliz.

Si alguna vez te despiertas en medio de la noche, un ejercicio de meditación llamado «escaneo corporal» es extremadamente efectivo para ayudarte a volver a dormir. Simplemente establezca su observación consciente con curiosidad desde los dedos de los pies hasta la parte superior de la cabeza y deje que su respiración lo calme. Aquí te damos algunos consejos para hacer de este tiempos inciertos una oportunidad para entablar una relación íntima contigo mismo. De esta cualidad de presencia fluirá la práctica de otros beneficios: resiliencia y compasión.

¡Hasta la próxima!

Publicado por vickylm57

Soy dozente profesora de educacion fisica en capacidades especiales y autora de varios libros .Investigadora en Envejecimiento y cuidado del cuerpo.

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